Martina es una mujer apurimeña, de familia campesina de una comunidad quechuahablante. A través de su historia, nos cuenta el devenir de la vida de una mujer migrante, que en busca de educación, se desplaza de las montañas apurimeñas hacia ciudades más grandes, para finalmente asentarse en un barrio periférico de un distrito de Lima Norte con su esposo, en ese entonces, policía. Durante los años del conflicto armado, Martina vive el temor de que su esposo sea asesinado, al mismo tiempo que enfrenta la precariedad y la escasez. Participa desde joven en el comedor popular de su barrio, actualmente trabaja como parte de su directiva, es ama de casa y madre de 5 hijos. En su relato de vida, Martina exige a nuestra sociedad algo esencial: que vivir en condiciones de pobreza no signifique no tener derecho al respeto y a la dignidad.


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Álbum

Laguna similar a la que visitaba en mi infancia, al llevar a pastar a las vacas.

Imágenes de comedores populares en los 80s y 90s (CDI del LUM)

Línea de tiempo

  • 1963

    Nacimiento.

  • 1970

    Migra al pueblo cercano, a 15 km, con su hermana, para estudiar la primaria. Viven solas, un profesor invade su cuarto por las noches, ebrio, y las violenta con tocamientos indebidos.

  • 1971

    Llegada a Lima, su hermana la convence, para que pueda estudiar su secundaria, vive en su casa, pero la maltrata constantemente, física y verbalmente.

  • 1976

    Trabaja en tareas domésticas en casa de una señora en Chorrillos.

  • 1979

    Regresa a la casa de su hermana, trabaja en un negocio familiar.

  • 1981-82

    Empieza a ser acosada por su cuñado, decide escaparse de la casa de su hermana. Llega al distrito de Lima Norte donde ahora reside, primero vive con una amiga. Conoce por primera vez las condiciones difíciles en las que se vive en las invasiones en los cerros de Lima. Es enamorada del padre de sus hijos, es policía. Conoce el comedor, pero no sabe cómo se organiza.

  • 1987

    Al quedar embarazada, su esposo le pide casarse y se muda a la casa familiar de su pareja. Nace su primer hijo.

  • 1989

    Tiene a su segundo hijo.

    En esta época nota que la violencia se agudiza, la siente más intensamente en su barrio. Hay lugares en él que identifica como «zonas rojas». Empieza a aparecer la hoz y el martillo en las laderas de los cerros, en las noches, formada con pequeños fuegos.
    Su esposo, que es policía, prefiere quedarse en el cuartel, sale escondido de vez en cuando para ver a su familia.

  • 1990

    Falleces su padre.

  • 1991

    Tiene a su tercer hijo. Al tener que cuidar a sus tres niños y no tener posibilidades de trabajar, su esposo le dice que entre al comedor. Entra como suplente, empieza a conocer cómo funciona, le dan 5 soles cada que participa en la preparación de alimentos, lleva consigo a su hijo pequeño.

  • 1992

    Su esposo se tiene que quedar en el cuartel por la violencia en la zona, visita de vez en cuando a Martina y a sus hijos. Ella descubre en esa época que tiene otra pareja, con la que tiene una hija, se separa, pero luego tienen dos hijos más.

  • 1995-96

    El fujimorismo da más víveres o un poco más de dinero a los comedores a cambio de que participen en sus mítines de apoyo a Fujimori. Ella no está de acuerdo.

  • 1995-2000

    Su ex esposo es enviado a Huancayo, en zonas donde opera SL, tienen poca comunicación, ella y su familia viven preocupadas por lo que le pueda suceder.

  • 2000

    Al tener posibilidad de escribir actas y recibos, la eligen secretaria del comedor.

  • 2001

    El comedor se integra a una organización cultural, ella participa activamente en sus actividades.

    Nace su 4to hijo.

  • 2002

    Nace su hija

  • 2019

    En su barrio aparecen nuevos peligros, hay venta y consumo de drogas. Hacia el 2024, la delincuencia baja.

Transcripción

Esta transcripción se ha generando automáticamente y su precisión puede variar.

Tamia

Entonces, me contabas que tú naciste en 1963, y cuando eras… estabas recordando algo de cuando eras…

Martina

Sí, no tengo ideas de la edad que tengo, que habría tenido había tenido cinco años, no creo que sea más. La cosa que yo era muy altita siempre.
Entonces siempre mi papá decía de que era que era más desarrollada que mi hermana, que mi hermana que me seguía era muy alta.
Entonces recuerdo que estoy en una estancia y también recuerdo una cómo se llama?
Un lugar donde terminaba una ladera que era muy productiva.
Y acá era agreste, muy agreste, muy agreste.
Que era así como de piedras que brillaban así negras, pero brillosas.
Eran así.

Y el pasto se encontraba así, pero así, alejado, alejado, alejado.

Y eso le encantaba a las vacas.

Pero entre esos entre esta neblina y la piedra y la lluvia y el arco iris, habían lagunas, unas pequeñas lagunas.

Y recuerdo una vez que mi mamá me manda y me dice se le vaya a traer las vacas, me dice, así que ya tienen que tomar leche a los becerros.

Tamia

Qué hora sería?

Martina

No recuerdo, porque estaba muy pequeña.

Y de pronto está como que sale el sol y sale el arco iris de una laguna.

Era medio circular, ovalada.

Era de una laguna y entra al mismo lugar.

Generalmente no es así, se traslada así.

Y este era así, de ese lugar entraba, y al mismo lugar entraba, pero al lado opuesto.

Entonces, pues en la sierra hay muchos mitos, muchas leyendas.

Y mi mamá me decía, cuando suceda eso, me dice escápate, córrete, no tiene que tener polos rojos.

Y lo otro es que tienes que la hierba se llama muñe, creo, la hierba, eso tienes que frotarte y pasarte por toda la cara y esconderte.

Yo vi eso y corrí a esconderme detrás de un arbusto, detrás de un matorral estoy yo frotándome la hierba del cuerpo.

Y eso fue uno de los episodios más aterradores que yo viví.

Regresé corriendo, llorando, no traje la vaca, creo.

Y eran vivencias constantes así, no?

Constantes así, no?

Y luego yo creo que estaba un poquito más grande y ya tenía no sé si era mi hermanita, pero yo estoy viendo a una bebita chiquita, así.

Está metida en una como una cunita.

Es de la sierra, es así chiquita nada más.

Pero está hecho de madera.

Sí, de madera.

De madera tejida.

De madera, así, así ovaladas, chiquititas.

Ahí está la bebé.

Mi mamá me dice Mamá, “ahorita vengo”.

“Y si la bebé tiene hambre, le vas dando”, eso me dice, así.

Bueno, mi mamá es temprano pues, no?

5   a.m. y están saliendo con la vaca a llevar donde hay pastizal, donde hay agua, entonces mi mamá se fue llevando y no regresaba mi mamá, la bebé estaba llorando y estaba su biberón ahí.

Y yo recuerdo que la bebé lloraba, lloraba, sacaba, sacaba y lo movía y lo moví.

Se dormía de nuevo la bebé, se levantaba de nuevo y lo moví.

Hay un momento que la bebé no dejó de llorar.

Entonces de la ollita había una… como no sé si era cuáquer o leche, no sé qué era… leche.

Al biberón le di a la bebé, se tomó y se durmió la bebé.

Y era pues estaba oscureciendo ya, mi mamá no llegaba, eso es que pasó.

Mi mamá entonces entró como en penumbras, así escondiendo el sol y mi mamá aparece así por aparece así como todo.

Y ella siempre llevaba un hilado en su manito, una huaraca era para arrear a las vacas y el hilado porque ahí en la sierra pues ellos no pierden tiempo nunca, ese es su desestrés, yo que sé.

Entonces yo venía y mamá: «¿qué pasó?»

Yo llorando, corrimos junto con el perro llorando que había pasado.

Estoy mal, me dice en quechua, estoy mal.

¿Qué pasó mamá?

Yo en quechua recuerdo que le estoy reclamando a mi mamá, le reclamo ¿qué pasó?

Porque me dejó solita, el perro, el puma nos va a llevar de noche, ¿por qué vienes tan tarde?

Me dijo que el rayo le había agarrado, me dice “el rayo me ha agarrado hijita”, me dice así.

“Menos mal que nadie se ha visto y he podido recoger mi cuerpo”, así me dijo.

Y ya pasando ya de los días, me cuenta, mamá qué pasó?

Yo le seguía preguntando que mi mamá estaba tonta.

Por qué mamá, por qué te dejas así?

Me dice “no”, me dice “hijita, el rayo, el rayo me ha dejado así”, me dice así “porque dices que tu cuerpo estaba regado”, me dice “es que cuando el rayo te agarra te parte en pedazos”, me dice así “y si nadie te ve, el cuerpo solo se junta, me dice así”.

Eso, recuerdo eso bastante, yo aterrada, cómo va a ser posible eso?

Y con eso yo me quedé siempre.

Y yo hasta ahora tengo unas ansias de llegar a ese lugar, es lejísimo, pero quisiera llegar a ese lugar.

No he podido regresar, no he podido regresar porque son zonas inhóspitas.

Sé que hoy en día han encontrado oro en esa zona donde tenía terror, es oro en una mina de oro.

Y la parte donde es una ladera sigue siendo un puquial, sigue, sigue habiendo cosas muy naturales que así nomás nadie llega ahí, son solo gente muy antigua vivía en la zona, pastando, sembrando, pero hoy en día casi está deshabitado, eso.

Tamia

¿Y tú ibas solita con la vaca?

Martina

Claro, solita, yo iba solita con la vaca

Con la vaca, llevando ahí a la que tome agua, o sino que vaya al pastizal, porque ahí traía leche.

O sea, la vaca encontraba pasto que le gustaba, pasto limpio, muy limpio.

Entonces yo lo dejaba ahí y luego regresaba.

Entonces en la noche, cuando la vaca ya no regresaba, estábamos aterradores, porque en la noche, por sus crías, la vaca regresa sola a la casa, lejísimos, pero regresa solo.

Pero el tema es que cuando uno regresa, lo tienes que ir a buscar al otro día, porque a veces te pasa que se quedó en algún sitio atascado y no puede regresar, y tú tienes que guiarlo porque regresé de nuevo.

Entonces ahí está el tema.

Entonces nosotros teníamos que cuidar cuando ya no venía a una cierta hora, no estaba apareciendo, porque estábamos aquí y al frente estaba ese lugar donde estaba el puquial, donde tomaban las vacas.

Pero si no lo veías de lejos que estaba regresando, tienes que ir correr, correr a buscar la vaca para que antes que se haga de noche y para que traigas de nuevo a tu hoja, a tu vaquita.

Y eso era así.

Tamia

Y que edad tenías más o menos?

Martina

Dice de ahí tendría seis años, no creo que tenga cuatro, cinco, seis años.

Yo fluctúo esa edad.

Tamia

Chiquitita.

Martina

Chiquitita. Te estás levantando, te estás con la justas, con el pantalón, ya tienes que dar de comer a los pollos, por ejemplo, yo recuerdo una vez que estaba en mi casa y mi papá me dice “tienes que hacer estos pollos están abajo”.

Yo con la justa caminaba.

Yo recuerdo eso porque me caí, no, este maíz tiene que chancar.

Entonces había un batán, una piedrita, uno por uno los maíz, diente por diente, chancaba, lo tenía que lavar en una coladera y esa comida tenía que ir al pollo bajando.

Por eso pum.

He ido del muro para abajo, he estado desmayada.

¿Cuánto tiempo habría estado desmayada ahí?

Mi mamá me encontró ahí.

Entonces así los niños en la sierra tenemos labores muy o sea, desde que tenemos uso de razón, tenemos labores que hacer y nunca estamos desocupadas, a pesar que no hay Internet, no hay otras cosas, tenemos muchas cosas que hacer en la sierra, y es así.

Tamia

Y tú vivías, tú has nacido, me contaste en Apurímac.

Martina

En Apurímac, pero en el distrito de [distrito de Apurímac] y anexo [anexo del distrito mencionado].

Es un anexo muy chiquitito, donde hay poquísimas casas, como había uno, dos, había como cinco casas nada más.

Eso era mi pueblito, [distrito de nacimiento de Martina].

Y más allá había mucho más…

Más acá había muchísimo más.

Pero en el lugar donde vivía se llama [nombre del anexo en el que nació Martina], es el encuentro de dos ríos.

Ahí está.

Es un lugar muy bonito, ahora le tengo mucho aprecio.

Acá hay un río que viene de [distrito de nacimiento de Martina], esto viene de [nombre de otro distrito de Apurímac], creo.

Ya, pero esta es una que te digo, a ver es la casa del cóndor.

Es inmenso acá es una con una grieta inmensa, con una falla geológica.

Acá está el río y la roca está así, así, en este lugar inaccesible.

Es la casa del cóndor.

Acá está normal, acá hay carreteras también que pasan para allá, pero acá no, esto es el río.

Y toda la vida, esta vida he tenido miedo porque siempre tengo terror a los… ¿cómo se llama?

Tamia

¿A los cóndores?

Martina

No, no, no, a los cerros, así imponentes.

Siempre le he tenido terror

Sí, siempre

Tamia

¿Ah, sí? ¿Y por qué?

Martina

No lo sé, toda la vida le he tenido miedo.

O sea, por ejemplo, si yo veo una esas características que van que abajo, ay Dios mío, me da un vértigo horrible, dios mío.

Siempre, siempre he tenido pánico.

Siento que como que tienen vida, que me absorben así, siento eso y me da así como una sensación de así.

Entonces no me da mucho miedo.

Tamia

Sí, pues es que son muy grandes.

Martina

Sí, demasiado.

Son imponentes.

Vieras, de ese cerro donde viven los cóndores, vieras como es.

Y por abajo pasa el río y ahora lo miras así Wow.

Parece que de pronto se va a cerrar.

Parece así, feo es, sí.

Tamia

Y eso que contaste del arco iris que entraba y salía de la misma laguna…

Martina

De la misma laguna.

Y era una laguna muy pequeña.

Tamia

¿Y ahí qué podía pasar?

Martina

Si, es que el tema es que mi papá, mi mamá decía de que el arco iris se te puede meter a la barriga, entonces es como un encanto, se hincha, se hincha tu barriga y con eso te hincha, se te hincha, se hincha y te mueres y no hay cura para eso.

Y ha pasado varias veces, a un montón de personas, entonces es como son con lugares de oro, ahora sabemos que eso que es oro, antes no sabíamos eso, eran pequeñas lagunas y salía así, terminaba y salía así, terminaba ahí es algo ilógico que va a pasar eso. El arco iris es de un lugar a otro lugar y todo eso, no?

Entonces son lugares encantados de donde pues no está el… ¿cómo se llama?

El duende, vive el duende.

Eso es verdad, eso no es mentira.

Entonces pienso que es alguna energía que sale y de pronto sale y luego se mete al mismo lugar, porque luego deben ser energías, supongo que deben ser energías buenas y malas, o lo que emana la tierra de pronto y si pasas por ahí absorbes y te pasa.

El cuerpo no está adaptado, acostumbrado para oler esas energías, ¿no?, supongo que debe pasar eso.

Tamia

Entonces, esos eran tus primeros recuerdos.

Martina

Sí, mis primeros recuerdos.

Tamia

¿Y tenías una hermanita o más…?

Martina

Sí, tenía una hermanita.

Yo vivía con una hermanita nada más.

Pero yo tenía pues cuatro hermanos más.

No vivían conmigo.

Estaban en Lima.

La mayoría estaban en Lima.

Tamia

Y eran más grandes que tú.

Martina

Y eran los más grandes.

Soy la penúltima de los hermanos, uno fallecido y quedamos cinco.

Tamia

Y en la casa, cuando tú eras niña, estaban tú, tu hermanita, tu mamá y tu papá

Martina

Sí.

Tamia

Y así como dices que era inaccesible, tú ibas al colegio?

Martina

Claro.

Y más o menos ya habría pasado, supongo.

Había tenido siete años, ocho años.

Supongo que si iba al colegio, pues mi mamá preparaba el desayuno, era un cuáquer serrano que le digo ahora que es molido de maíz o de trigo con azúcar y tu canchita, un pedazo de queso.

Y tomabas tu cuáquer, te ibas con eso y si podías te llevas tu canchita y tu queso nada más.

Y eso era tu almuerzo.

Y en la tarde venías a comer la sopita que había hecho mamá, porque antes era todo el día del colegio.

Y en el colegio te daban cuadro, te daba un desayuno creo, y con eso todo el día la pasabas.

Una vía, otro almuerzo.

Tamia

¿Pero en tu mismo lugar, en [distrito de nacimiento]?

Martina

No, [anexo de nacimiento]. En [anexo de nacimiento].

Tamia

¿En el mismo [anexo de nacimiento] estaba la escuela?

Martina

No, no, no, no. En [anexo de nacimiento] tiene un pequeño otro anexo que es [nombre de otro anexo].

Tamia

¿De ahí de [anexo de nacimiento], más o menos cuántos kilómetros estará?

Martina

A ver, unos cuatro km, cinco km para el colegio.

De ahí íbamos caminando.

Ibas corriendo, caminando y rezabas, caminando.

Y cuando, cuando… ya solo había primer grado ahí.

Y sólo había primer grado creo que en ese colegio.

Y segundo grado, tercero, tenemos que ir a [centro de su distrito de nacimiento], que estaba como a cuanto?

Como 15 o 20  km, lejísimos.

Y nos levantamos a las cinco, estaba saliendo el sol, estaba penumbrando que era muy temprano.

Sales en la sierra corriendo al colegio hasta [anexo de nacimiento], caminando  .

Y salías del colegio, te soltaban creo que a las cinco p.m.

Te venías corriendo, corriendo, dos horas, corriendo de noche ahí también, esquivando los perros en el camino que encontraba.

Así era.

Y así era el colegio.

Tamia

¿Cuánto se demoraban esos…?

No lo sé, pero estaba yo estaba llegando, estaban llegando cuando estaba oscureciendo ya no sé, pero veníamos corriendo, corriendo.

Tamia

Y las dos hermanas.

Martina

Las dos hermanitas.

Sí, así.

Pero en ese tiempo también pues, vivíamos.

Cuando ya mi papá se dio cuenta que era, o sea, que era mucho peligro que andáramos así, nos alquila una casita de un padrino de su padrino, de mi papá.

Entonces ahí nos quedamos.

Era un patiecito para dormir, era puerta abierta, todo patiecito, era así como es como esto libre, esto libre.

Pasaban, salían las noches a las dos hermanitas y recuerdo mucho que había un profesor que nos acosaba y nos hacía tocamientos.

Nosotros lloramos ahí las dos juntitas, abrazaditas.

Menos mal que no pasó a mayores, pero se sufría mucho de eso cuando era niña.

Tamia

Y eso era en el colegio, o no?

Martina

En la noche, en la noche venía, estaba ebrio y seguramente se sabría que dormíamos ahí solas, supongo.

Venía a hacer tocamientos.

Nosotros acuerdo que mi hermano nos abrazamos duro ahí, ahí, ahí, ahí, ahí.

No importa que nos pasaran las manos, todo importa ahí abrazar a las dos ahí cara a cara, bien abrazada.

Y hasta el otro día igual tenías quitarle cara al profesor, tenías que estudiar igual, igual te castigaba.

Antes era pues la regla de la mano, las jaladas de patillas, los cocachos, igual, igual era, no había diferencias, no. No había quejas.

Tamia

Tú no podías

Martina

No, nada.

Era común que los profesores hicieran eso, era común.

Solo tenías que protegerte, nada más, solo protegerte, nada más.

Cuidarte de abrazarte duro, nada más, que no te vayan a pasar más allá, nada más.

Y eso era así.

Tamia

Y ahí cuándo te has ido a vivir ahí a [centro de su distrito de nacimiento]?

Martina

Me fui a vivir más o menos cuando terminé primer grado, para ir a segundo grado.

Y cuando estuve más o menos medio año ya ahí mi hermana viene y me dice “sabes qué [nombre de Martina]

Tienes que, tienes que ir conmigo porque acá no hay futuro para ti”.

Y me trae para acá a los ocho años, ocho años, casi para nueve, mayo, me acuerdo mucho para, casi para Lima, me trae más o menos tendría, sería en mayo, junio, julio, por ahí, me traería a medio año, me trajo en la vacación de medio año, me trajo mi hermana.

Mi hermana mayor, pero fue peor porque aquí mi hermana estaba con un embarazo y pues yo fui el plato roto, como decir así, porque se agarró conmigo, mi hermana me pegaba.

Me escapé, no quería [volver a] mi casa por nada del mundo.

Y ya tenía ahí por lo menos nueve años, me escapé.

Recuerdo mucho ahí estaba en [distrito céntrico limeño], estaba en la estaba en la comisaría de, de [distrito céntrico limeño], me recuerdo un policía que me encontró, me dijo estás perdida?

Le dije sí.

Muy joven el policía, estás perdido?

Sí.

Vamos a la comisaría, me dice.

Si dije, me agarré de su mano, no tuve miedo de él.

Vamos a la comisaría para que dibujen tu familia, ya le dije sí.

Me acuerdo que me subieron al carro y me hicieron pasear y pasear y pasear.

Yo pasaba por la puerta de mi casa, pero no quería entrar a mi casa.

No, no conozco, no conozco, no conozco, no conozco, no conozco.

Y esa noche recuerdo que ese policía me compró un cuarto de pollo, me hizo comer, le recuerdo mucho y me gustaría encontrar a esa persona para agradecerle.

Tamia

¿Te quedaste ahí en la comisaría?

Martina

En la comisaría me quedé toda la noche.

Tamia

Que ya no querías que tu hermana…

Martina

Yo no quería regresar a mi casa, estaba lleno de herida, mi cabeza, mi orejita, estaba lleno de herida, estaba acá, no quería regresar a mi casa.

Pero después de  , que pasó dos días, tuve que regresar porque un policía y adulto ya sabía del tema, o sea, un adulto ya me dijo tú sí sabes dónde vives?

Me dijo así de frente, me dijo así, tú sabes dónde vives

Le miré y como yo no sabía mentir, le dije sí, le dije bueno, yo no quería regresar, quién es tu familia?

Nos llevaron hasta mi casa, tuve que quedarme de nuevo ahí, pero fue una tortura porque yo no quería estar ahí.

Era mi hermana, pero yo era niña, no entendía nada, no era mi culpa, nada.

Tamia

Y así a la luz del tiempo, por qué habrá tenido esa…

Martina

Había estado embarazada y se había agarrado conmigo y yo era muy torpe, yo era muy torpe, era niña, nueve años y niña viniendo de la sierra, no quería comer nada de acá, la comida de acá, para mí todo olía desagüe, porque yo venía de la sierra.

Entonces el huevo para mí era horrible, el agua no podía tomar, el café era horrible, podía comer un pedacito de carne así, pero el pollo tampoco quería comer porque sabía para mí era horrible o todo olía desagüe.

Entonces para mi hermana era un problema yo porque no comiera.

Entonces por eso el día que me maltrataba, no lo sé cuál sería su tema, pero la cosa es que me pegaba muchísimo.

Me escapé

Tamia

Y estando acá en Lima, ella te trajo, dijo, para tener un major…

Martina

Sí, yo estudiaba.

Yo estudiaba a los nueve años, estaba estudiando.

Mi hermana vivía acá en [distrito céntrico limeño], pero yo un tiempo había estado en [zona de distrito del sur de Lima] con mi tía, me había ido a [zona de distrito del sur de Lima] y me había ido a buscar mi tía [zona de distrito del sur de Lima], pero me recordaba que una vez me había mi hermana me había llevado y me fui a [zona de distrito del sur de Lima] tomando ese carro, me fui, me volví a ir y ahí mi tía me matriculó a un colegio [Nombre del colegio], me acuerdo eso, como ya estaba matriculada mi hermana, mi hermana estaba acá, mi tía le dijo que tenía que seguir viviendo con ella.

¿Entonces cómo se llama?

Me dice ya, me dice, si me quedé en la casa de mi hermana.

Desde [distrito céntrico limeno] me iba hasta [zona de distrito del sur de Lima] me iba a ir a estudiar ahí.

Tamia

¿Y por qué preferías ir para allá?

Martina

Porque mi hermana decía que tenía que estudiar ahí porque estaba matriculada ahí.

Y luego ahí ya pasaron creo como dos años ya.

Luego ya me pasó a un colegio acá cerca de su casa, a una cuadra de su casa, la Gucci, que está en la [distrito céntrico limeño], el frente, había lagugier al costadito de un colegio chiquito.

Todavía no sé si existirá, ahí estudiaba, terminé ese primaria ahí.

Tamia

¿Y cómo fue… así retrocediendo:  está el tema de tu hermana en el lado más doméstico que de haber sido bien duro. Y Lima cómo fue llegar así, a vivir a esta ciudad?

Martina

No, yo no quería estar acá, no quería, pero no tenía opción porque cómo iba a regresar, con qué plata regresaba?

No tenía opción y tenía que quedarme sí o sí aquí.

Tamia

¿Qué era lo que no te gustaba?

Martina

Nada me gustaba nada la comida, ni mis hermanas, nada me gustaba.

Pero yo tenía otra hermana y otro hermano, pero trabajaba en… trabajaba en uno trabajaba en Sedapal, mi hermano, mi otra hermana trabajaba en casa, tenía a mis primas también acá en Lima.

Y mi hermano me defendía mucho, pero estaba con mi hermana en [distrito céntrico limeño], vivía.

Pero mi hermano me defendía mucho, me decía de que, de que… ¿cómo se llama?

Tamia

¿Te defendía de tu hermana?

Martina

Sí, me defendía mucho de mi hermana y que me iba a llevar lejos a vivir con él. [solloza]

Entonces que no me desesperara y que me quedara ahí.

Y así me quedé ahí con mi hermana y pues también mi hermano también, porque de repente sacarme adelante.

Él vivía también [distrito de Lima Este, adyacente al distrito en el que vivía con su hermana] vivía y tenía amigos creo movidos.

Mi hermano también era movido, pero él trabajaba en Sedapal.

Un cierto día pues los amigos le dicen que Oye [apellido de Martina], lleva este paquete a tal sitio, lo dejas ahí y te vas a trabajar.

Entonces pues mi hermano hace eso, lleva un paquete, lo deja en sitio, se va a trabajar y no sabía que era droga.

Entonces no sé si no recuerdo mucho, pero la policía lo va para mi hermano.

Él se sale del trabajo, me dice, le dice mi hermana, esto ha pasado hermana, me tengo que ir del país.

Entonces no sé de dónde habrá conseguido s/ 1500.

En ese tiempo era un montón de plata y sacó su pasaporte está bien para EE.UU.

estaba yéndose y el aeropuerto lo detiene porque tenía una denuncia, requisitoria.

Todo lo que estaba llevando como bolsa de viaje se lo dio a la policía y desapareció de Lima.

Ahora vive en [otra region del país] con otro nombre, con otro apellido.

Con otro nombre, no, con otro apellido.

Desde ese momento entonces me quedé al abandono de nuevo de mi hermano.

La persona que me protegía y así.

Y tenía otra hermana, pues, mi hermana mayor que yo tenía otra [nombre de otra hermana de Martina], ella también vivía con su pareja, pero era una pareja disfuncional, porque era maloso, le pegaba a mi hermana tenía un niño y mi hermana trabajaba bastante, entonces yo siempre estaba con ella, con ella, con ella, pero con ella vivía bien, no había maltrato, nada, pero pero ella solita no podía, no me podía ayudar a mí, no me podía mantener a mí porque era niña de todas maneras tenía nueve años, nueve años y medio así.

Entonces de nuevo tuvo que regresar a la casa de mi hermana mayor, la que me maltrataba lo tenía maltratado, pero de ahí ya mi hermano no se cómo se habrá comunicado todo, pero mi hermana me dice [nombre de Martina] le tiene que trabajar a los  13  años me ponen a trabajar en una casa, una niña de trece años trabajando en una casa, que sabía hacer solo, sabía romper las cosas de los nervios, rompía las cosas.

Pero igual me tuvieron ahí tiempo, mi hermano me iba a ver… la señora, era buena, me pagaba, me daba de comer bien.

Era un poco renegona, sí, pero bueno, yo estaba acostumbrada a eso, así que me daba lo mismo que renegar o no.

Vivía con ella, vivía con ella.

[Distrito del sur de Lima] también, acá en la, en el malecón de [Distrito del sur de Lima], el edificio había, existe hasta ahorita, entonces ahí vivía con ella.

Es tranquila, más tranquila porque igual pero ahí estudiaba también, ahí en el colegio [nombre de colegio del distrito].

Allí estudiaba secundaria.

Luego cuando ya estaba mi cuñado, había un pequeño negocio ahí por la [distrito céntrico de Lima] y mi hermana vivía [otro distrito céntrico de Lima], entonces tuve que regresar de nuevo a la casa de ella y me dice sabes que esto es un negocio, estoy abriendo un negocio y puedes trabajar ahí.

Me hice así y obediente fui de trabajar de nuevo y dije bueno, ya seguramente mi hermana está cambiando.

Es cierto que había cambiado mi hermana, pero yo no sabía que había crecido, yo no me daba cuenta.

De mi cuerpo normal andaba así como cualquier niño, mi cuerpo habrá crecido, pero mi mente era de una niña.

Entonces también ahí hubo cosas con mi cuñado, acoso.

Tamia

Te acosó.

Martina

Entonces yo ya conocí ahí al que ahora es mi esposo y conocí y ahí, me escapé con él pensando tener una vida mejor.

Nada de eso fue así, me llené de hijos.

¿Y cómo me ves?

Tamia

Te estoy conociendo.

Martina

Así como me ves, me llene de hijos, a pesar de que no podía tener hijos, no debería tener hijos tantísimos, pero ya están hechas las cosas y bueno, pues aprendí a… mucho tiempo y viví con rencor, con odio, pero al pasar el tiempo aprendí a perdonar y para ser feliz yo misma, porque el rencor y el odio nada, nada bueno, te trae más bien a uno le carcome por dentro, no eres feliz.

Entonces bueno, pues estoy en ese camino, en ese tiempo es cuando yo conozco el comedor, conozco que cosa era un comedor, yo no sabía que era un comedor.

Tamia

Tratamos de ponerlo un poco en la línea?

Martina

Tamia

Porque acá en 1963 naciste, de ahí a los nueve años te vienes a Lima, entonces sería a los nueve años, ponemos acá. Y acá ya has crecido.

Martina

Hasta que tengo trece años.

Tamia

Trece años. Te vas con la señora y ya regresas nuevamente a los deciseis años.

 

Martina

A los dieciseis…

Tamia

¿Y cuándo te escapas?

Martina

Yo me escapé más o menos con mi esposo, yo me escapé cuando tenía diecinueve… no… a los diecinueve, veinte años.

Tamia

O sea, has estado… veinte años… cuatro años ahí con tu hermana.

Martina

Tamia

¿Y con su pareja acosándote?

Martina

No me molestó, más o menos cuando yo tenía 19, y de ahí ya fue una vida tortuosa, así es que ya dije-. «no, me tengo que ir de acá».

Entonces ahí te has ido, te has ido a [distrito de Lima Norte].

Claro, me fui a la casa de una amiga, no me fui con mi esposo, me fui a la casa de una amiga.

¿Y cómo era [distrito de Lima Norte] en esa época?

Bueno, donde yo vivo ahora, más arriba, era su casa, yo no sabía más arriba, porque ella vivía por acá, por Barranco, mi amiga, pero no sabía que vivía allá, o sea que se había mudado arriba, porque yo me escapé en el que vamos a mi casa, me dice así entonces, entonces cuando me lleva arriba, me quedé tonta.

“Qué, acá vives”?

Yo vivía en [distrito de Lima Norte], pero en la parte urbanizada.

Entonces me sí me dice sí, ya no, no me quedaba otra opción que.

Quedarme ahí

Tamia

¿Por qué, cómo era?

Martina

Era como una invasión, era pura tierra, no había agua, los servicios higiénicos no había, no había, era un silo.

Yo no sabía qué cosa era eso, esas cosas en la sierra, si bien es cierto, no teníamos baños, pero el campo está libre.

pero ahí era un silo, era diferente, entonces también había agua, tenemos que cargar agua y todo eso.

Entonces era difícil, difícil.

Y ahí recién conozco, tengo una noción, a los veintiún años más o menos, la noción que era un comedor, porque la señora participaba en eso.

Pero bueno pues dije bueno, será un comedor, bueno, donde comen, yo decía donde comen, pero no pensé que era una asociación, no sabía que era eso.

Entonces de ahí pues pasó el tiempo igual, Fui a la casa de mi hermana, le dije que me había ido a la casa de mi amiga, que estaba viviendo ahí, pero que no está viviendo con ningún hombre, le dije.

y conozco a mi esposo, ya lo conocía antes, pero ahí ya tenía más frecuencia, más frecuencia, digamos, yo iba a trabajar, yo iba a trabajar, luego la casa de mi amiga.

Así era, así era.

Él también trabajaba y así.

Entonces no nos veía mucho, solo fin de semana nomás nos veíamos.

Entonces ahí llevo un tiempo en que pues yo salgo embarazada a los veintitrés años, más o menos… veinticuatro años, salgo embarazada.

Tamia

Todo ese tiempo, entre los más o menos los veinte y los veinticuatro estabas con él?

Martina

Éramos enamorados, con la palabra enamorados.

Tamia

¿Pero en todo ese tiempo se cuidaban?

Martina

No, no, no, nosotros no teníamos nada, enamorado.

Exactamente.

Y en los cuando tenía más o menos veinticuatro años, pues en el primer encuentro, en el segundo encuentro, el tercer encuentro, salí embarazada.

Pero entonces salí embarazada.

Entonces yo le digo pues, ¿no?, ¿qué voy a hacer ahora?

Y lo primero que me dice es que «¿cómo qué vas a hacer? Nos tenemos que casar.Yo tengo trabajo», él estaba en la policía, «yo tengo trabajo, yo quiero que te cases. No quiero que mi hijo sea que sea de la calle y que esté rodando por aquí, por allá».

Nos casamos, y nos casamos.

Pero yo creo que uno de error de nosotros fue vivir de repente en la casa de la familia.

Entonces eso fue un gran error.

Tamia

O sea, se mudaron, tú que vivías en la casa de tu amiga, te casaste y te mudaste a la casa de tu suegra.

Martina

Entonces yo fue un gran error, porque no debió ser así, porque si me casaba tenía que irme a otro sitio a vivir, ¿no?

Entonces hice eso y fue lo… o sea, eso no debí hacer nunca.

Hay que reconocer eso.

A veces una comete errores.
 
No debió pasar.

O sea, de repente si es que vivía sola, de repente mi esposo hubiera sido más responsable, de repente hubiera visto lo que se necesita, una casa y otra cosa, una cosa y otra cosa, ¿no?

Pero como en la casa de la mamá todo tenía, casi todo, casi todo tenía lo básico, entonces yo creo que no se preocupó.

Y su papá era un gran irresponsable.

Entonces él cubría como que la responsabilidad de su papá, lo cubría con sus hermanitos, porque tenía hermanos, muchos hermanos pequeños.

Entonces él cubría esas responsabilidades y yo pues no le podía decir tampoco, ¿no?

Entonces pasó el tiempo y se dilató todo, se malogró absolutamente todo.

Tuve uno y otro hijo, a pesar que me cuidaba y todo eso, pero pues dificultades de la vida que no… estaba prohibido completamente para mí, los anticonceptivos, las ampollas, estaban completamente prohibido, porque me había chocado los nervios.

Entonces pues esas las píldoras y las ampollas me una vez que me hinchaba y otro me daba dolor de cabeza y náuseas y náuseas y náuseas, no podía.

Entonces lo dejé todo y pues me dijeron de que uno es que ligarte y que venga tu esposo a dar el consentimiento porque antes tenía que dar el esposo el consentimiento, no eras tú.

Entonces pues mi esposo nunca fue, “cómo voy a dar consentimiento”, que esto, que el otro, que esto, nunca fue.

Tamia

Y ahí ya tenías dos hijitos.

Ya tenía dos, no quería más, no quería por nada del mundo más no.

Tamia

¿Y por qué?, ¿cómo fue ser mamá?

Martina

Fue como una bomba de tiempo para mí, porque uno es que toda la vida yo trabajado, yo no sabía lo que es lavar ropa, que sabía cocinar, no sabía limpiar, simplemente trabajaba todo el día, daba por mi plata mi hermana y mi obligación de la casa era dejar limpio la sala y el comedor, eso era mi obligación de todos los días, me levantaba a cinco de la mañana, dejaba todo limpiecito, trapeadito, todo perfumadito, todo lo dejaba ya eso era mi lavado, nunca era cocinar, nunca era hacer otras cosas.

Mi ropa también, mi hermana me lo lavaba, no tenía problemas y si no, pues mi ropa rapidito todos los días te cambia así la ropa?

No se tanto, rapidito la lavaba y lo colgaba y así.

Entonces fue un caos, porque una vez que no hay agua, no hay comodidades, la tierra, los niños se te enferman, fastidioso, muy fastidioso.

Tamia

Y ellos también vivían en esa zona de [distrito de Lima Norte]

Claro, claro, viven de ahí donde en la misma casa donde vivo ahora. En la mayoría se fueron, pero yo sigo ahí.

Así es.

Tamia

Entonces tú tienes tus dos hijitos, estás en el comedor y acá ya estamos entrando.

Martina

No, yo no tenía dos hijitos, yo tenía ya cuando yo entré al comedor yo conocí lo que es el comedor cuando tenía tres niños.

Cuando tenía tres niños, mi niño tenía más o menos un año, yo supe que cosar era un comedor sí, pero de ahí normal, cocinaba en mi casa, todo lo que sea, si una sopa o lo que sea, pero cocinaba en mi casa.

Tamia

Y cómo era eso de hacer una asociación o pertenecer a un…

Martina

Yo no sabía, o sea, no, nunca, o sea lo que pasa es que como mi esposo era irresponsable, me decía cena, me decía no tienes para los bebés, a veces no había plata para la comida, tenía un niño muy enfermizo con los bronquios, entonces paraba en el médico.

Entonces me dice “entra al comedor”, me dice “qué es el comedor”, ¿no?, me dice,me dice así, «mejor sé suplente», me dice así: «cocinas y te pagan».

Yo feliz que cocine, me paga aparte mi esposo me va a dar, entonces va a alcanzar para muchas cosas.

Entonces me acuerdo que en ese tiempo me hacían cocinar conmigo y me daban cinco soles de propina, luego subieron a diez soles y aparte me daban mi comida.

Entonces si yo lo cocinaba era una comida que para mí estaba bien, pero si otras personas lo cocinaban, había muchas personas que no sabían cocinar y la comida estaba mala, ¿no?

Entonces así era pues yo entré por necesidad económica, porque no podía trabajar a otro sitio porque tenía tres niños, a quien los iba a dejar, no había con quien se quede.

Entonces la opción era de que yo los iba, por ejemplo a mis niños, a los dos niños mayores, lo llevaba al nido o al primer grado del colegio, uno al nido uno a primer grado lo llevaba y con un niño en brazos me venía comprando el mercado y cocinaba en el comedor, pero con mi niño ahí al costado, siempre estaba en su coche, en su corral, estaba conmigo siempre.

Entonces llegaba a las doce, doce y media, recogía a mis niños o pagaba a alguien que me lo recogía, que nos lo trajera hasta la casa y así tres niños varones y el nido estaba pues a media cuadra, iba corriendo a recoger al bebé, la daba de comer y ya lo llevaba a la casa y así era.

O si no, yo iba a recogerlo yo personalmente iba al colegio y lo recogía rapidito y regresaba rápido también así.

Tamia

¿Y cómo era? ¿Se asociaban entre varias mujeres?

Martina

Ahí supe que eran como quince mamás.

Era un grupo de mamás, pero hasta ahí, o sea, sabía que era un grupo de mamás y que le daban víveres para tres meses y que teníamos que cumplir con algunos requisitos, por ejemplo, yo era suplente, si yo no tenía nada que ver ahí, simplemente me pagaban y chao.

Pero luego con el tiempo, como me habían empadronado y antes tenía algunas obligaciones, por ejemplo, como que tenemos a la limpieza del comedor una vez por mes y cumplir algunos horarios cuando reunió.

Y luego pasó el tiempo y me nombran secretaria del comedor.

Entonces ahí supe muchas cosas.

Bueno, como tenía un poco de educación, entonces podía hacer un acta, podía hacer algunos recibos y todo eso.

Entonces estuve mucho tiempo como como secretaria y ayudante de cocina que me pagaban 5 soles.

Tamia

¿Y cómo era? ¿Qué cosas buenas, qué cosas malas?

Martina

Lo malo era que era una persona adultas, habían padecido un montón y tenían sus cosas pues como que tú eres nueva, tú no mereces nada y yo soy antigua y yo he padecido un montón y merezco mucho más cosas que tú.

Eso era la diferencia.

Y estaba mi suegra, entonces bueno, pues no me quedaba de otra que aceptar lo que estaban diciendo.

Tamia

¿Y te conociste con otras?

Martina

Claro, con unas mamás adultas, muy adultas, la mayoría eran muy adultas, eran muy bandonas, eran un poco como te digo, cerradas en sus temas, no aceptaban así nomás cambios, eran muy cerrados sus temas, estaban capacitadas de otra forma y la comida era pues muy mala.

Entonces pues es que como que tú de pronto te vas de aquí perteneces a un comedor y tienes que comer como cocinan.

Entonces hoy en día el comedor por ejemplo se cocina muy bien, pero antes, anteriormente no, la misma comida era como decía, hacer un lomo, todos los insumos lo tenían, pero lo hacían así en una tina, lo revolvían o uno lo revolvían así, luego lo servían.

Para mí era súper desagradable eso, porque pues no estaba acostumbrada a comer así, entonces no era agradable hacer eso, sino que no me gustaba para nada y a veces no lo comían mis hijos y era un problema.

Entonces yo pues pasan muchísimo tiempo y después luego desde haber sido secretaria me pasan a… mucho tiempo secretaria, como a ver, como cuántos años?

A ver…

como seis años estuve secretaria.

Entonces de ahí ya pasó a ser, entran más mamás jóvenes y las mamás jóvenes también se piensan igual que yo, porque tienen niños pequeños, más las adultas ya tienen hijos grandes y están acostumbrados comer como lleve su mamá, están acostumbrados a comer ya.

Ellos siempre también priorizaban la sopa, para ellos la prioridad es la sopa, que la sopa estuviera bien, que tuviera quinoa, que tuviera bueno, buenas cosas para ellos.

En cambio para nosotros lo contrario, que el segundo estuviera más nutrido, era así porque estábamos en otra etapa nosotros.

La gente antigua dice que la sopa es lo que se debe estar bien y el segundo es un complemento, entonces nosotros estamos en esa etapa.

Entonces esas mamás que habíamos era la señora [menciona varios nombres de mujeres que participaban en el comedor], quien más, alguien más entró?

Tamia

¿Era otra [nombre de Martina] además de ti?

Martina

Yo.

Entonces alguien más era, éramos cinco jóvenes, aquí vamos a hacer [menciona dos nombres más de mujeres del comedor].

Entonces esas mamás estábamos con que teníamos todos niños pequeños y nuestros niños comían esa comida pero con muchísima dificultad.

Nosotros no queríamos eso, queríamos cambiar las cosas.

Entonces comenzamos a cambiar insumos, con los mismos costos, pero insumos, cambiar insumos, por ejemplo, si la sopa no tenía brócoli, echarle brócoli, más verduras y bueno y si el segundo que sea lo mismo, mejor presentado para que los niños tengan mirando, que tengan ganas de comer y así.

Una lucha constante, constante. Las mamás peleaban duro “que así no, que así no, que así no”, peleaban durísimo, pero a la larga pues personas jóvenes ganaron porque la gente venía muchísimo más y había más capaz acogida y se dieron cuenta que lo que estábamos haciendo estaba bien. Así es.

Tamia

Y entre ustedes las jóvenes se apoyaban además en el comedor se conocían fuera?

Martina

Teníamos hijos en el colegio, la mayoría teníamos hijos en el colegio y nos conocíamos por eso, por el colegio más que nada.

Los niños primero habían estudiado el nido casi todos juntos, luego la primaria juntos, entonces de ahí nos conocíamos. Entonces por eso que nos agrupamos bastante y todo esto.

Tamia

Ya hemos entrado a los 80s, es la época también en la que hay más presencia de…

Martina

No, no, no, yo estoy en el…

O sea, mira, cuando yo me caso, en el 87.

Tamia

87.

Martina

Yo me caso en el 87.

Martina

Mi niño nace pues en el 87, porque yo me casé embarazada en septiembre.

Yo estaba embarazada siete meses.

Mi niño nace en noviembre, ese año mismo.

Luego tuve otro niño en el 89 y luego el otro en el 91.

Entonces ya pues más o menos ya jovencitos están los niños en el 2000 están jovencitos.

Es donde yo entro al comedor en el 2000.

Pero ya tenía conocimiento pues, en el 95, el 2000 ya tenía un conocimiento de comedor. ¿Cómo era señorita, cómo era? Estaba en el tiempo del chino, ¿no? O sea, regalaban plátanos. Me acuerdo que me regalaban también plátanos a mí… ¿y cómo se llama? Y obligaban a ir a las marchas. Recuerdo mucho ahí era el 2000… en el 95, en el 96 era como de vez en cuando me llevaban para ir a cocinar. De vez en cuando, no era siempre. Entonces yo iba a cocinar ahí, pero no sabía cómo era. Yo pensé que era un restaurante, nunca supe que era un comedor. Pensé que era un restaurante que me estaban ayudando. De vez en cuando me llamaban para cocinar.

Tamia

Era de los fujimoristas.

Martina

Era el Pronaa, como siempre, el comedor que existía.

Tamia

El Prona entonces.

Martina

Tamia

Pero era aparte de este comedor.

Martina

No, ese mismo comedor era del estado.

Un comedor del estado en ese tiempo era prona en el mismo comedor.

Tamia

Pero dices que los llevaban a las marchas…

Martina

Claro, obligaban en ese tiempo obligaban, o sea, decían todos obligaron a marchar y porque era la marcha era para apoyar al fujimorismo.

En ese tiempo te obligaban.

Si te obligaban, venía el carro, te llevaban… y a cambio, a cambio te mandaban, como se llama, a veces un poco de víveres, a veces te mandaban plata, una vez te mandaban cebolla y así era. Eso era a cambio… y así era en la época de Fujimori.

Tamia

¿Y tú querías ir?

Martina

No, yo no, no quería ir.

Yo peleaba duro porque yo decía «cómo vamos a ir a alentar a un partido si no sabemos cómo es, quiénes son, no sabemos cómo podemos decir chino, chino, chino».

Su propuesta está buena, pero nosotros no sabemos si eso es real o no.

Y lo otro es que es que así por ejemplo, como Alan García, que en aquellos tiempos, en el 80 ochenta, en el 85, 80, cuando él era pues era el “dios”, todo el mundo votaba por él, decía una cosa y otra cosa, su mensaje era era antisocial… o sea, era contra los EE.UU. y contra la derecha y todo eso. Y yo decía de que pues que eso estaba no estaba tan bien que digamos, porque a la hora de laborar no funcionó, no funcionó porque no se puede, no se puede… es como la época del Velasco, no se puede “decir todo por igual”, cuando el campesino no está preparado, quitarle al hacendado todos sus bienes y decir «toma, te doy a ti para que tú trabajes». Pero el campesino está preparado, tú tienes que primero prepararlo para que el campesino pueda asumir este espacio, este espacio donde es el hacendado que sabe cómo va a sembrar, que sabe cuál es la semilla, cuál es el abono, como todo eso.

Si tú le entregas a manos limpias a un grupo de personas, pues si no están bien organizados no lo van a hacer, lo van a quemar.

Es así, ha pasado en mi tierra también eso.

Hay muchas haciendas que se han ido al hueco porque el gobierno dijo sabe que esto pertenece al pueblo y al pueblo, el pueblo no sabe administrar porque es recurso para manejar, es capital para manejar semillas, abonos, personal, es dinero, hay un capital.

Entonces sí, si de la noche a la mía te entrega una tierra, sabe que esto produce lo si no tengo capitán, cómo lo produzco, si no estoy preparada, preparada, como lo como la afronto todo, si me viene una de repente una me viene estos gusanitos que vienen como le dicen eso…

Tamia

¿Una plaga?

Martina

Una plaga, como, si no estoy preparada ¿cómo lo hago?

Entonces esas cosas no están bien. Entonces yo le decía, por ejemplo, el chino dice chino, chino, perfecto, muy bien, ya bueno, yo en mi mente decía «va a venir un montón de gente extranjera y pobre, mi pueblo como está la sierra está abandonado y más pobre de lo que estamos vamos a ser». Yo decía así.

Tamia

Tú pensabas en tu tierra…

Martina

Yo pensaba en mi tierra, yo le digo, todo lo que está pasando ahorita, por ejemplo, digo no, todo lo que está pasando ahorita es el olvido del gobierno.

La gente envenena porque la gente no está preparada, la gente vive, envenena a la gente, la gente inocente, porque la gente de las sierras es muy crédula de las cosas.

Entonces sabes que este gobierno no hace esto, lo cogen, para bueno o para mal, lo cogen, entonces les engañan.

¿Por qué?

Pero es el olvido del gobierno.

Porque recuerdo, si en mi época hubiera habido educación allá hubiera habido escuelas buenas, protección a los menores, alimentación buena, como ahora que dan hasta Bono dan a los de la zona, hubiera habido buena educación, la gente no hubiera migrado, no estuviéramos así de desordenado, no ser, no estuviéramos así la gente estuviera en su pueblo.

¿Después del terrorismo, qué ha pasado? El gobierno los ha dejado y los ha tirado ¿Y qué más ha pasado? Nada más, no ha pasado más. Entonces la gente, la gente con malas intenciones se aprovecha de eso. Pero es el olvido del estado la consecuencia de todo esto.

No podemos decir que no es eso es mentira.

No es mentira, es verdad.

El estado mucho de las… nosotros deberíamos, deberíamos poner, no sé, alfombra la gente que vive en la estancia, que hace patria, que hace, que siembra, que protege sus tierras, esa gente vale oro.

Porque mañana más tarde, así tengamos la casa llena de oro, de diamantes, no va a haber comida, no haber agua, todo va a estar contaminado.

¿Entonces de qué estamos hablando?

Ahorita vamos a tener todo riqueza, pero mañana no vamos a tener nada porque todo va a estar contaminado.

Entonces eso no sé si el gobierno lo ve o no le conviene, no lo sé.

Tamia

Y ahora que has… bueno, tú piensas entonces que esas políticas eran abandonar a la gente y que iban a enriquecer… Lo que quiero es esa conexión entre la gente y que la política de Fujimori no iba a funcionar para ellos.

Martina

Porque mire , yo pensaba así, pero hasta cierto punto me equivoqué, porque en mi tierra si funciona. Fujimori puso agua, puso desagüe, puso luz, trajo el agua donde no podía, teníamos, ahora tenemos agua, tenemos desagüe, tenemos carreteras, tenemos ha llegado donde, donde los gobiernos nunca habían llegado, donde estábamos totalmente abandonados, Fujimori ha llegado. Es por eso que la gente de la sierra quiere mucho a Fujimori.

Claro, es muy votado, pero… ¿pero a cambio de que? A cambio de apoderarse de muchas minas, a cambio de apoderarse de empresas, de muchísimas empresas, de rematar muchísimas empresas, no sabemos cómo, a cambio de todo eso.

Por ejemplo, sé que en Ica, Fujimori ha sido dueño de todo Ica, de todos los sembrios de Ica, date cuenta, imagínate si hubiera un buen gobierno, ¿tú crees que podría pasar eso?

Tú sabes, esa gente como el sol quema sus espaldas, como trabaja por una miseria.

Pero es porque el Estado se olvida de ellos, se olvida.

Yo creo que con el tiempo el gobierno tiene que entregar que los agricultores y la gente que vive en las alturas es lo más sagrado que tenemos, porque ellos son los que protegen nuestros alimentos, nuestros, nuestros, nuestras tierras para mañana, para más adelante.

Ellos son los que cuidan, porque sus aguas ¿para quién es?

Ellos van a morir igual, pero las generaciones que vienen, para ellos es.

Tamia

Ya, ya te entiendo… ¿Y cómo fue vivir esa época que has mencionado del terrorismo?

Martina

Yo cuando llego allá en el 87, que te digo, en el 87 llegó pues ya había esos signos de violencia que volaban las torres, que de pronto se iba la luz, que se de pronto pero eran alejados, alejados, no eran tan constantes.

Estamos hablando del 85,  87, no era mucho.

Pero de ahí se agudiza, se agudiza, el 89, 90, se agudiza Súper, súper, super [distrito de Lima Norte].

Esa parte donde tú has ido era completamente rojo

Era el mapa en ese tiempo todo es rojo, todo rojo, todo rojo…

Y esa era verdad, porque yo recuerdo en la noche me gustaba sentarme en el patio a observar la las estrellas, porque en ese tiempo no había mucha gente, no había alumbrado eléctrico, entonces se podía observar las estrellas.

Me gusta sentarme en el patio y mirar el cielo.

Entonces yo recuerdo mucho para la parte de allá había una pared así grande, un cerrito grande, así media echadita, la hoz y el martillo, pero yo no sabía qué cosa era eso, porque está aprendiendo eso.

Entonces, después de otro día, para este lado de acá, la hoz y el martillo de pronto desaparecía.

Los bancos, en la pista había bancos, el banco Popular, me acuerdo, eso de pronto desapareció al otro día.

Cómo se llama después acá en [Distrito de Lima Norte]

Una torre volada, no teníamos luz, varios días no teníamos luz nosotros.

Entonces ahí donde mi esposo era policía, me dice, yo le digo lo que es, lo que está pasando, este terrorismo, se la me explica pues no, me dice, no, está brava, me dice, no voy a poder venir, me dice, a la casa porque me quieren matar.

El 92 era eso.

Yo porque estoy amenazado, me dice, así, porque si tú no has hecho nada, me dice.

No, me dice, cualquier policía está amenazado de muerte.

No puedo venir, me dice.

Y él vendía de noche, venía así escondido, camuflado, venía así con otra ropa indigente, así venía él.

Él venía así entonces a ver a sus niños, su esposa, venía y venía.

Entonces ha sido muy fuerte.

Tamia

¿Y si no, dónde se quedaba?

Martina

Así muy fuerte.

Y de ahí si no se quedaban al cuartel, no venía, no venía, no venía.

Hasta en el 89 me parece.

En el 95 para 2000 lo mandan a Ayacucho, lo mandan a Huancayo, mejor dicho.

Y ahí me escribe, me escribe, no me acuerdo, al celular debe haber sido, supongo que sí, o al teléfono habrá llamado, no me acuerdo mucho, pero me dice no tengo comida, [nombre de Martina], me dice así, pero en la [nse] le digo, «sí, dile a los paisanitos que te vendan».

«No», me dice, «acá tú no puedes comprar nada», me dice, «si tú tienes que tomar agua de arriba, acá tú no puedes comprar nada, nadie te va a vender nada».

«¿Pero los vecinos no te quieren vender? Tienen su vaquita, tienen sus corderos, hay bastante leche en Huancayo» «No, nadie te quiere quiere vender», «pero pero dile a algún niño y alguna ancianita» «No», me dice, «acá tú no sabes, tú no sabes si el niño es terrorista, el anciano terrorista, tú no sabes quién, es que nadie te puede… ellos están un niño me acaba de decir que ellos están completamente prohibido que nos den de comer a nosotros. Completamente prohibido, si no los matan».

Y dice una anciana, pues de tanto que había un grupo de policía, estaban de sed, de hambre todavía han comido dos días y estaban ya como con lo que llevan, nomás estaban comiendo.

Y se les había acabado ya eso ya, porque llevan eso para la campaña como rancho, se les había acabado ya.

Entonces no podían llevar más, porque la base no podían tampoco a la base.

Entonces dice que le dicen papito, ven, mi hijito, a cinco policías le dan de comer, porque estaba en un grupo y otro grupo se había quedado fuera.

Le da de comer y nos dijo si en la mañana o en la noche el señor, la señora, con toda su familia apareció muerta, es diciendo ahí con su letrero, diciendo que esto es para que en la próxima no vuelvas a dar de comer a esos perros.

Imagínate.

Entonces estábamos así, o sea, fuerte, fuerte.

Y en mi barrio, pues ni que hablar.

Tamia
Pero entonces [siglas de organización cultural] se hace sobre qué es [siglas de organización cultural]? ¿Eso sí me puedes contar?

Martina

Sí, [nombre de organización cultural].

Tamia

¿Y ustedes cómo están asociadas con [siglas de organización cultural]?

Martina

Ahí entramos pues en el 2001 hemos entrado ahí, no?

Nosotros tenemos como a [nombre de promotor cultural] como coordinador general y nosotros somos como digo, el soporte, el soporte.

Por ejemplo, nosotros nos toca lo que es el tema de los alimentos y otro grupo que lo que es Tramoya, otro grupo que es el teatro.

Y así nos repartimos las labores.

Y cada vez que hay el festival, pues no estamos siempre en el tema de lo que es la comida.

Tamia

¿Y por qué les ha interesado ser parte de eso?

Martina

Mira, al principio fue como jugando, como jugando fue.

Entramos porque éramos muy jóvenes.

La mamás que estábamos entrando ahí en 2000, estamos hablando 2001, entonces entramos como jugando porque nos gusta la cocina.

Con el tiempo, con el grupo de mamás que nos juntamos, le gustaba mucho la cocina, [nombre de compañera del comedor] le encantaba la cocina.

Entonces vamos, si era cocina, vamos a cocinar, no hay problema.

No había otro tema.

El tema del teatro a nosotros no nos interesaba para nada, pero yo sí hice teatro porque me gusta el teatro, me encanta.

Pero con el tema, con los temas políticos muy a fondo que ellos llevan, no nos metemos, somos soportes solo de alimentación, nada más.

Y si hay que, si tenemos que hacer algún evento y podemos ayudar, también estamos ahí nosotros nada más.

Tamia

¿Y cuáles son esos asuntos políticos?

Martina

Son de… Supongo que son son movimientos fuertes de izquierda radical, izquierda tradicional, supongo que debe ser eso.

Y pues en esos temas tampoco ya no entramos ya, porque son cosas muy fuertes.

Y pues no, yo creo que…

Tamia

Ustedes están más en la parte de cultura…

Martina

Sí, en la parte cultural sí, en la parte cultural sí podemos apoyar ahí, si es que tenemos, si de repente tenemos oportunidad de hacer teatro, lo hacemos, o tenemos que apoyar en algún evento, lo hacemos y ya.

Y así estamos en eso.

Tamia

Y «somos mamás», dices…

Martina

Sí.

Tamia

¿Qué significa eso? ¿Por eso no entran a la parte más política?

Martina

Lo que pasa es, uno, somos mamás y tenemos hijos, pues a veces la política tiene sus cosas feas, de repente pueden chocar con tus hijos o con los más indefensos de la casa.

Entonces yo creo que no haya habido esas cosas, entonces no, el perseguido fue mi esposo y yo creo que he aprendido bastante de eso, entonces no, tranquilo.

Tamia

El perseguido fue tu esposo en esta época que contabas.

Martina

Claro, entonces durante muchísimo tiempo, entonces aprendimos de eso, entonces no, no, para nosotros no.

Sí, pero hay que defender lo que es, lo que es bueno para la patria, siempre hay que defender lo que está mal, hay que decirlo, no es pecado decirlo, lo que está bien también hay que aplaudir y ya, pero en cosas más.

Tamia

¿Y cuáles son las cosas que están bien, tú sientes?

Martina

Para mí las cosas que están bien, casi nada está bien, porque los políticos que entran solo se aprovechan de las oportunidades que hay en el estado para ellos y pocos son los que hacen lo correcto, pocos los que hacen lo correcto, más se dedican en las cosas vanas, si la presidenta se operó, que el rol, cosas estúpidas, mínimas, inservibles, ellos deberían estar ocupados, que le metan preso, juicio, que le hagan un juicio perfecto, pero no merece que el periodismo se ocupe días y semanas y sobre esos temas tan estúpidos que le denuncien, que haya un vacío legal, que se lo chanten como se dice, pero hay cosas muchísimo más importantes que pelear, que discutir.

Entonces para mí es eso, para eso lo hemos elegido a los congresistas, por eso tenemos nuestros representantes, pero esos representantes yo creo que cuando entran se olvidan de todo.

Entonces eso ahorita por ejemplo, teníamos año tras año, decíamos “la izquierda, un gobierno de izquierda va a hacer las cosas correctas, un gobierno de izquierda va a hacer las cosas correctas”.

Por ejemplo, de Ollanta lo que puedo rescatar es que hizo el Kali Warma, que lo hayan llevado una mala administración no quita lo bueno que fue.

Kali Warma es muy bueno, a mi barrio llega en buen estado todas las cosas, es muy bueno para mí no está bien que de pronto le cambien el nombre, es como decía comida[nombre del comedor], hace comidas tóxicas, le cambio de nombre, no por eso va a cambiar, no va a cambiar, va a cambiar estructuralmente cuando abajo como está normando, fijando la cosas, viendo los dirigentes cómo van, cómo andan, eso es normal, no cambiar nombres, no cambiar afiches, eso no va a cambiar.

Entonces yo en desapuerdo que cambien la de Kali Warma, no, no está bien, está muy bueno el Kali Warma, como ningún año, uno de los mejores, uno de los mejores productos llega a mi barrio, llega variado, llegan yogurts muy buenos, ni en Metro lo encuentro, es el yogur, llegan unos pancitos muy sabrosos de diferentes sabores, no tienen, no tienen esos bromatos que echan en todas las panaderías, llegan como snack, les llegan como wafler le digan, pero son de quinoa, de kiwicha, es muy bueno, muy bueno sus alimentos, muy buenos alimentos.

Tamia

ue ahora lo quieren cambiar, ¿no?

Martina

Claro, lo quieren cambiar, le han cambiado de nombre.

Por eso te digo que el hecho que le cambien de nombre no va a cambiar las cosas.

Eso no es, no es, no porque le cambien el nombre de la universidad va a cambiar las cosas.

No, es mentira.

Hay que ver dónde está la falla.

Eso para mí es eso.

Tamia

¿Y entre el Pronaa y el Kali Warma…?

Martina

El Pronaa es alimentación  , que te da lo básico, el estado te da para que tú puedas cocinar.

Y Kali Warma es alimentación exclusivamente para niños de dos a seis años creo, a siete años creo que es.

Para mí está muy bueno, es muy bueno que le den el colegio perfecto, muy bueno, porque si lo llevan a la casa ahora creo que van a cocinar.

Qué estupidez más grande, estupidez más grande.

¿Quién va a cocinar?

¿Usted cree que van a echar una buena alimentación  ?

Hay que haber corrupción más que antes.

En cambio cuando todo está envasado, todo esto es les damos, hasta huevo cocido le dan a los niños.

Solo hay que normar nada más que huevo esté en un buen punto, que los alimentos lleguen a la hora, que la fecha de vencimiento tiene que ser, tiene que ser buena y todo eso, nada más el lugar de almacenamiento que es adecuado.

Tamia

¿Y antes había corrupción dices?

Martina

Claro, antes, antes te…

Digo que en el tema, no sé, no me consta que haya habido corrupción, pero en la época de pronaa había, había momentos que nos llegaban a bastantes alimentos, había, había momentos que nos llegaba poco y nos hacían firmar documentos y eso era eso.

Tamia

Y regresando a tu maternidad,  o sea, cuando en las épocas estas del terrorismo, tú eres mamá, tus hijos eran chiquitos y cómo sentías ser mamá mientras.

Martina

Ay Dios mío, era duro porque ni desayuno sabía hacer así.

Es que en ese tiempo recuerdo que había el bajo de leche y cómo se llama?

Y me acuerdo que mi suegra ahora me empadrona, porque tengo tres niños, me empadrona, entonces tenía que recoger leche en una casa, mis hijos no lo tomaban.

Entonces yo creo que después cambiaron de leche.

Había una leche que me daban, pero me daban en sobres, era enci la leche en sí en sobres, rojo era y verde ese lecho.

Cuando yo lo preparaba si lo tomaba, pero me daban crudo, pero cuando me lo daban preparado no lo tomaban porque lo quemaría, que le harían la leche, no lo tomaban.

Pero cuando yo lo preparaba así normal, lo tomaban ellos en el base de leche.

Tamia

Y sentías que estaban seguros cuando iban al colegio o no sentías que…

Martina

Yo me encargaba que sea seguro, porque yo lo dejaba dentro del colegio, recogía, yo me aseguraba por todos los lados, porque decía el portero señor, mi niño no sale hasta que yo venga, no entregue a nadie.

Yo era muy, muy cuidadosa para mis hijos, no?

Entonces yo los dejaba dentro, yo los recogía, y si una persona tenía que recoger a alguien, yo ya le había dicho al señor ya.

Entonces yo los cuidaba bastante y pues para mí la seguridad, importantísimo.

Cuando mis hijos tuvieron en secundaria, ellos no salían a la calle así nomás, no salían porque pues las bombas, las cosas estaban a la orden del día, la droga estaba a la orden del día en la zona.

Era horrible.

Y ellos no salían así nomás, salían a familiares nada más.

Tamia

¿Y ahora tus hijos ya que edad tienen?

El mayor tiene treinta y cinco, los demás tienen treinta y tres, treinta y uno, algo así.

Son adultos, ya tienen ya tienen su profesión, uno están casados.

Tamia

Y cuando hablas de las drogas, ¿cómo era el barrio?

Martina

La droga era full hasta hace poco, hasta ¿cuántos años atrás?

A ver, a ver, estamos hablando más o menos tres años, cuatro años atrás.

Era horrible, se había agudizado.

Porque arriba en el cementerio hay un foco, hay un foco de mucha gente, mucha gente, gente que le gusta eso.

Entonces a raíz de muchas denuncias, de muchas cosas, los han podido desmembrar.

¿Cómo se dice ese grupo?

Esto es como que ahora ya no hay eso, ya no hay ese punto y no hay ese foco.

Son dos familias que son uno de [zona de su distrito] y otro del cementerio.

Ahora ya no hay mucho de eso.

Ya, ya no hay.

Pero el cinco años atrás era para morirse

Estabamos pensando irnos de ahí.

Tamia

¿Por qué?, ¿cómo sentían ese ambiente?

Martina

En la esquina, en mi casa vendían, pero mientras que yo los botaba, se iban.

Luego de ahí seguían en las noches más allá también toda esa cuadrita era como una zona roja, así que vendía las noches que siempre estaban las motos y todo eso.

Siempre te vas a pelear, algunos está fumado, te va a contestar mal.

Pero cuando tú le dices joven, por favor, por favor, de ahí no está prohibido.

Y algunos se y algunos no, algunos son malcriados.

Entonces tanto llamar a la policía, tanto fastidiarlos, ya, o sea, casi está erradicado en la zona ya.

Sí.

Tamia

Y este tú me has contado estos eventos tan desagradables, tan negativos, de acoso, profesor, de tu cuñado. ¿Cómo ha sido criar a tres varones, teniendo esas experiencias en tu mente?

Martina

Pero bueno, yo creo que fue como que la crianza es donde está la la fórmula, pienso yo.

Pero eso eso no quita que de repente tus hijos también pueden hacer eso, no?

No quita, no?

Pero siempre hablando, aconsejando, diciendo, pero pues si te quedas con eso, siempre estás con esa de confianza, pero bueno, siempre conversable, las cosas claras, las cosas transparentes.

Bueno pues hasta ahora no tengo ningún problema con ninguno de ellos.

Gracias [a dios].

Tamia

Y les has contado como no…?

Martina

No, esa parte de mi vida no les he contado, no les he contado.

Tamia

No, pero cómo es portarse…

Martina

Claro, le digo, bueno siempre le digo pues no siempre correctas, cada ser humano sabe lo que es correcto, de ahí que hagan, que lo hagan o no lo hagan, eso va a depender de ustedes.

Así que yo les he dado el mejor ejemplo que les he podido dar, pero seguramente que en algo también me he equivocado.

Ustedes traten de sacar lo mejor de ustedes y eso nada más.

Tamia

Y me has hablado de mujeres en tu vida, bueno tu mamá ha sido un referente para ti, en qué sentido ha sido un referente, que crees que.

Martina

Bueno, mi mamá no le tengo mucha referencia decía ella, porque era muy sumisa y eso es en parte malo, porque mi papá era pegalón y yo creo que parte de eso tengo yo, toca haber aguantado a un ser humano, a mi esposo que ha tenido un montón de parejas por aquí, por allá, ella te ha sacado hijos por aquí, por allá y encima yo cinco hijos, algo de eso debo tener yo.

Entonces, pero yo no sé por qué quiero tanto a mi papá, no lo sé.

Mis hermanas dicen que mi papá era acosador, que mi papá era violador, así dicen mis hermanas, pero conmigo fue una persona muy buena, muy bella, o sea me compraba mis cosas, no me hacía faltar nada, nunca, nunca me pasó nada con mi papá, yo siempre andaba con mi papá, arriba, abajo, andaba con mi papá, nunca me pasó nada con mi papá, pero algunas de mis hermanas dicen que no era así, pero no sé por qué.

Hasta ahora le extrañó mucho a mi papá esta semana después de… bueno es la segunda vez que después que fallece, después de treinta a cuarenta años me sueño con él y he llorado tanto porque yo siempre le había reclamado mi papá porque no aparece, porque no aparece y le reclamaba pues donde yo le decía de que quería ir a ese sitio, no?

Ese sitio donde te estoy diciendo cuando era, cuando era niña yo quiero ir, volver alguna vez donde vivía, entonces en mi sueño también le reclamaba eso para porque me has dejado tanto tiempo, que esto que el otro, porque me has dejado así, no ha habido quien me defiende, pero si me he podido defender yo sola, pero ese no sé por qué será porque hablaré así, porque no es has estado tú que me defienda y entonces.

Y él ha fallecido cuando tú eras pequeña?

Yo tenía mi niña, mi niño estaba tenía dos hijos cuando nació…

Él habrá fallecido en el 89 no, en el 90 y…

En el 90, en el 90.

Tamia

Cuando tú ya estabas en Lima.

Martina

Claro, tenía dos niños y [nse] años.

Tamia

¿Y tu mamá entonces?

Martina

Mi mamá falleció de cáncer acá en Lima.
Pero recuerdo de mi mamá solo recuerdo de que tenía una cabella, era muy frondosa, era ondulado su cabello?
Muy ondulado su cabello y peleaba mucho con su cabello, pero era muy, que te digo, muy apacible, demasiado apacible.
Muy callada, muy tranquila.
Nunca recuerdo que me haya jaloneado.
No, nunca.
Nada, nada.

Tamia

¿Y todos los hermanos tuyos son de la misma mamá?

Martina

Sí, todos también.

Todos, sí.

Tamia

Ya, y me dices que has tenido entonces… Yo me quedé en el tercer hijo, pero han venido dos más.

Martina

Sí, de ahí del segundo hijo recuerdo que cuando mi hijo tenía más o menos tres años, yo tendría mi niño [nombre de uno de sus hijos], que ahorita está malito en su cabecita.
Entonces él tenía tres añitos y o cuatro años me enteró que mi esposo tenía otra familia, estaba embarazada y fui hacia su casa de la mujer y todo eso y tenía una niña.
Nosotros estamos puros varones.
Me enfermé, toda esa carga lo llevé a mí con mi embarazo, mi hijo sufre de los nervios y fui al doctor que me ligara y también le reclamé a mi esposo que… y el juró y se juró de acuerdo que haber jurado por su hijo.
Eso no es mi hijo, mentira, esa mujer está mintiendo, no es mi hijo, no es mi hijo.
Mentira es eso, no es mi hija.

Yo seguí pasando el tiempo y mi esposo había dejado la policía y se había metido chofer, como habría arreglado la situación, la corrupción me acuerdo, me dice.

Y seguí viviendo de la miseria, tenía cuatro niños y me decía de que estaba trabajando y que se quedaba en la casa de la señora de la combi porque no había forma que regrese porque muy tarde terminaba.

Terminó a las doce, dos am

mejor me quedo en su casa para el otro día salía a las cinco, hacía el cuento.

Entonces  yo le creía, me dice más bajas a las diez para darte la plata de la comida y los chicos.

Me dice así, yo bajaba obediente, bajaba, pero de ahí pues no era así….

Mi niño paró, le vino, le miró, le hice los papeles, todo, me fui a mi casa y ahí me enteré que era su hija y estaba embarazada de nuevo la mujer.

Y él me dijo no, cuentos chinos, pero yo creo que haber creído.

Ese es cuento después de haber hecho ya lo primero.

Entonces no, yo creo que por culpa mía fue.

No debía haber creído, no debía haber insistido.

Por más tres hijos que tenía, no sabía sobre mis derechos, no sabía que tenía que podía demandarlo por alimentos porque era casada.

Por alimentos o para que me llevara a vivir a una casa aparte que pagué el alquiler y todo eso.

No, no sabía nada de eso.

Me quedé con mis hijos ahí, seguir viviendo la pobreza, la miseria.

Y así pasó el tiempo, señorita y de nuevo embarazada con mi otra hija.

Tamia

¿Tienes una hija entonces?

Martina

Claro.

Tamia

Y así del mismo…

Martina

Del mismo señor.

Pero ya no viven juntos.

No, no… vivimos juntos.

[nombre del padre de sus hijos] vive en la casa, él no vivimos juntos, no tenemos vida de pareja muchísimo tiempo.

Pero si vive en la casa.

Tamia

¿Tu tercero es una niña?

Martina

No, el quinto.

Tamia

El quinto. Entonces la última.

Martina

La última.

Así señorita.

Tamia

¿Y cuántos años tiene tu niña?

Martina

Tiene veintidos.

Tamia

Y cómo ha sido criar una niña?

Martina

Uy, ha sido difícil, difícil señorita, complicado.

Le juro que no sabía ni cómo limpiarla, porque el varón agarra cuando le iba a ser la ducha, una niña diferente para peinarla, para asearla, su higiene, ha sido muy, muy tedioso.

Es como es otra vida.

Una niña es otra vida, es diferente.

Hasta que se valga por sí sola, hasta que sepa cambiarse.

Estár cuidando constantemente de todo.

Y encima que tenía hijitos varones, aunque ellos siempre me la cuidaban, pero igual siempre hay que ensuciarse la mente un poquito, para tener más cuidado.

Y así señorita.

Tamia

Y ya crecieron todos…

Martina

Sí, todos están terminando la universidad.

[Nombre de uno de sus hijos]  ya está terminando la universidad, este año termina.

[Nombre de su hija] va a entrar al tercer año recién.

Y así está.

Tamia

Entonces cuando tú dices “en la miseria”, igual ellos han podido…

Martina

Sí, porque yo lo que decía era señorita, no tienen casa, no han tenido una buena casa como debe ser.

Una… unos niños han tenido una vida como debe ser, entonces tiene que tener una carrera para que puedan tener un futuro.

Entonces eso me he enfocado ahorita.

He trabajado, hecho de todo para que pueda entrar en educación.

Me peleaba, mucho con mi esposo para que por lo menos le dé su educación a mis hijos.

Los primeros entraron a la universidad estatal, igual el gasto era fuerte porque estudiaban arquitectura fuerte más que nada con mayor.

Luego con los los últimos están privados, porque no estaban en el segundo año no agarraban lo que es el cupo para estatal, no agarraban.

Entonces lo puse en privado.

Así que ahora pago, pagamos, mi esposo paga una parte, yo pago otra parte y pagamos todo lo que juntamos para la educación de los chicos, nada más.

Tamia

Y este pero en toda tu historia que me estás contando, hay alguna mujer que tú sí sientas que haya sido un referente, una compañera, alguien que haya te haya ayudado, apoyado, mostrado algo que tú sí sientes que ha sido importante para ti?

Martina

Mujer… yo creo que un apoyo emocional ha sido mi amiga [nombre de su compañera del comedor], que ha fallecido.

Pero yo no podría decir que era totalmente sincera.

Nadie.

Porque yo creo que desde el momento que te traicionan, tú piensas que nadie es sincera contigo.

Nadie.

Entonces desde que yo digo no a mi esposo, yo digo no a él, me conoce como que si recién hubiera nacido.

Estuve con él y le di toda mi confianza, todo mi apoyo, absolutamente todo a él.

Me olvidé del resto y eso uno de los errores que uno que yo he cometido y eso nunca debió ser así.

Me olvidé familia, amigos, todo.

Cuando él hizo eso, me quedé solita en el aire y eso no debió ser.

Yo creo que a partir de ahí uno no confía más en nadie.

No confías más en nadie.

Y si confías, confías por ratitos y es que algo siente que hay una algo te están, no te están en algo te están fallando.

Cortas la cortas la comunicación.

Entonces me pasa eso a mí bastante.

Lo difícilmente confío en las personas.

Difícilmente confío en la persona.

Primero lo estudio y lo miro, bueno, le puedo decir algo y si es que siento que me va a traicionar, no, ahí lo corto todo absolutamente.

Entonces eso ha pasado con muchas compañeras, pero la que mejor me llevaba con [compañera del comedor], la que ha fallecido.

Tamia

Porque era ella la major?

Martina

¿Perdón?

Tamia

Porque sientes que ha sido la mejor.

Martina

La mejor en el sentido de que con la que mejor me ha llevado.

Era una persona muy alegre y siempre me sacaba de mi depresión.

A veces yo le decía de que, como se llama, me está pasando algunas cosas, pero ella sabía mucho más que yo y no me lo decía.

Entonces eso me molestaba mucho porque yo decía de que si tú eres mi amiga, dímelo todo lo que tú sepas, dímelo, dímelo, no, no lo ocultes, no lo murmures por ahí, dímelo a mi cara.

Yo te voy a saber escuchar porque soy la persona indicada al que debes decir.

Entonces siempre había esos líos, ¿no?

Entonces no, ni siquiera puedo confiar en mis hermanas, no confío en nadie.

No confío en nadie tampoco.

Yo dije si mi esposo lo conocí chiquillo, porque lo conocía a los dieciocho años, él me ha hecho todo lo que me ha hecho, me ha mentido tal como me ha mentido.

Yo creo que nadie más, nadie.

Yo creo que todo el mundo sabe mentir, todo el mundo sabe.

Hipócrita.

Así, así es así me quedo con eso.

Tamia

Y este podemos ir cerrando, no? Este quiero una pregunta, es ¿por qué has aceptado conversar aquí?

Martina

Es porque a ti no te conozco tú no me conoces y lo que lo que tú escribas, como es anónimo, normal.

Por eso. Siempre yo me ha pasado siempre así con personas ajenas a todos.

No me conocen, no te conozco.

Y bueno, pues no, como es anónimo.

Tamia

Bueno, y por qué te interesa que tu historia pueda ser escuchada por otras personas?

Martina

Para que a otra personas no le pueda pasar lo que me pasó a mí.

Eso.

Tamia

Y a qué, a qué te estás refiriendo específicamente?

Uno es de no tener tantos hijos y otro es pues no comer tanta, tanta basura, como decir así, no?

Tamia

Refiriéndote a?

Martina

Al comedor, cuando yo más necesitaba comida, comía así, basura, no era así, no era bonito eso.

Podemos ser pobres, pero porque tenemos que recibir lo último.

Tamia

¿Y tú ahora que trabajas en el comedor?

Yo trato de dar lo mejor que puedo y siempre pienso así, ¿por qué tienes que dar lo que ya no quieres?

Por ejemplo, cuando regalan cositas a veces para los niños, recuerdo una fecha, mi propia familia no me regaló unos pantalones rotos para mis hijos y eso lo tengo, no me puedo olvidar porque está bien, yo soy, yo también soy pobre ahora, sigo siendo pobre, pero cuando yo regalo algo, lo plancho bien, lo coso, le pongo botoncitos y que le falta, lo reviso bien y lo regalo.

Y se tiene que ser así, no puede regalar y es familia.

Entonces yo cuando a ver, me traigo rapitas así de los niños, los reviso bonito, así en el comedor, lo reviso y entonces lo doblo bonito, bonito y así lo doy a los niños para que los niños no se sientan mal, porque yo sé lo que es eso y así lo hago.

Y la comida también es lo mejor que puedo, lo mejor que puedo.

Si pudiera dar más, pudiera dar más.

Tamia

¿Y a lo largo del tiempo, tú sientes que has aportado a la organización?

Martina

Me lo dicen, pero yo hago lo que es correcto, nada más.

Yo hago lo que es correcto y la gente a veces me lo dice «Oye, oye, yo te admiro por tal motivo, por tal razón, oye, yo te admiro con tantos problemas has puesto delante de tus hijos y determina el tanto, ya está bien, pero no tengo casa», no tengo casa, que es lo que más anhelo, no tengo casa.

Un espacio donde yo pueda recibir a mis amistades, a mis amigos, no tengo.

Entonces eso es lo que me falta.

Ojalá un día pueda hacerlo.

Tamia

Y sobre los años del conflicto que tú has dicho, del terrorismo, qué le contarías a otra persona, a un joven, a alguien que no lo haya vivido? ¿Qué mensaje darías acerca de esa época?

Martina

Que lean mucho, que lean mucho lo que, por lo que pasamos y que no se dejen llevar por lo que dice la gente, sino que lea mucho.

Y si tiene alguna duda, que vayan a provincia y que pregunten qué pasaron nuestros padres.

Con mi papá que vino con los cuando tenía    años, no recuerdo que la tendría, un grupo de terroristas se metieron a la casa y quisieron llevarle todos los animalitos que tenían, que tenía tres caballos,  dos  vaquitas, si no le entregaban lo mataban.

Tuvo que dar mi mamá solita ahí enfrentada a todo eso, le quitaron uno de todas maneras, pero no pues, cómo te vas a meter con gente que trabaja día a día, que vive de eso, como dónde está la política, esa política que si eres de izquierda, cómo vas a hacer daño a tu propia gente, cómo le vas a quitar, no puedes hacer eso.

Pero hubo también un terrorismo, bueno, en una provincia de [region del sur andino], [provincial de esa region del sur andino], ahí la ley era todo el mundo trabaja, cinco a.m.

todo el mundo trabaja, nadie roba, nadie saca la vuelta, ni mujer ni varón, el que hacía eso era castigado plena plaza.

Entonces como que está malo que te castiguen, pero te estamos encaminando, o sea la fuerza encaminando a ser correcto.

Y eso recuerda… se acuerda mucho de eso.

Claro, [provincia de region del sur andino] se acuerda mucho de eso, mi amiga [compañera del comedor] de ahí y recuerda mucho de sus padres contaron eso cuando vinieron de la sierra, nos contaron eso.

Entonces hay lugares que sí ha habido una buena, como una buena, con un buen seguimiento de reformar a la gente, no como antes, los que no robes, amasu ama y ama heia, no sea flojo, no sea ladrón, no robes, todas esas cosas.

Entonces bueno, hay lugares que han funcionado, pero quitar las cosas a la gente, así sea pobre o rico, no estoy de acuerdo con eso.

Yo pienso que las personas siempre deben merecer las cosas, siempre.

Si quieres algo trabajador lo vas a conseguir, pero no, no quitando a los demás, no a la fuerza.

Esas personas también fueron pobres como nosotros, pero trabajaron como burros para tener lo que tienen.

Así es, pienso así señorita.

Tamia

¿Y para solucionar la pobreza que tú has visto en tu barrio, qué es lo que se tendría que hacer?

Martina

Educación, educación.

Si nosotros tuviéramos solo  , si nosotros, cada uno de nosotros tuviéramos la consigna de no botar un papel a la calle, señorita, nuestra calle fueran limpias, solo esa consigna chiquitita fuera limpias.

Si cada vecino dijera en los barrios «¿sabes qué?

Vamos a tener nuestra calle, limpiamos en orden», solo eso.

A las autoridades no les conviene ponerlos en orden, porque para qué?

Para que sigan robando en el municipio, para que sigan, sigan acá y esto falta cambiar una tierra por otra.

Hay un trabajo, de trabajo no les conviene señorita, no les conviene eso.

Ir a la playa: normas estrictas para no contaminar así como nos da la playa, un ambiente bonito, una tierra bonita, déjalo como tal cual, porque tenemos que contaminar, porque tenemos que darle, si la más nos da, nos da satisfacción de poder disfrutar de esas aguas maravillosas, con alas, con todo, porque tenemos que llenarle de llenarle de esas cremas que nos echamos, como se llama, estos bloqueadores, estos aceites, toda esa contaminación se va por litros y litros de baño, no?

Es la naturaleza.

Cada uno de nosotros somos culpables de los cambios climáticos que tenemos ahorita, cada uno de nosotros.

Tamia

Una última pregunta, yendo hacia atrás, ahora que dijiste las tres consignas de los incas, cómo fue ir aprendiendo el castellano?

Martina

Ay, señorita mote, señorita, como diciendo mezclando, mezclando, o sea, papa con camote, yuca con chocolo, yo que sé, así hablando, hablando de a poquito, de a poquito.

Y en ese tiempo tal vez había el bullying señorita, había la discriminación que tú no podías hablar como masticaba.

Es como cuando uno aprende a hablar inglés o el italiano, ¿no?

Como lo hablas mal, ¿no?

Entonces igual en ese tiempo había una discriminación fatal, que chola, que cochina, que esto, que lo traté de escribir atrozmente.

Hoy en día yo puedo elegir con orgullo de dónde soy, quiénes son padres, qué cosa hay comido, que no he comido con mi vivir, porque es un orgullo hoy en día.

Antes era una vergüenza ser de la sierra, haber comido queso, haber comido cancha, era una vergüenza.

Hoy en día no puedes decirlo con tranquilidad porque como que la gente entiende más y valora un poco más las cosas.

Tamia

¿Sientes que ha cambiado?

Martina

Sí, ha cambiado, bastante cambiado.

No habrá un cien por ciento pero ha cambiado bastante.

Tamia

de lo que tú viviste.

Martina

Sí, sí, un montón.

Sí, así es.

Tamia

Y la última pregunta es, este, ahora que hubo estas represiones, que murió gente en Ayacucho, en Puno, entre el ventidós y el veintitrés, qué piensas, qué opinas de eso que ha pasado de este año, entre el 2022 y el 2023, que mataron a gente en Puno y en Ayacucho?

Tamia

Este, el año pasado, el año pasado, pero diciembre del veintidós y en el 2023…

Martina

sí no he sabido señorita, no me sabía señorita.

Tamia

Sí que llegó bastante gente de provincias a hacer sus protestas.

Martina

No, se lo juro que no me acuerdo señorita, no he visto. Ya ha habido matanza de nuevo en…

Tamia

Puno, mataron a varias personas que estaban manifestándose porque bueno, Castillo hizo un golpe de estado y entró Dina Bouluarte y la gente empezó a protestar porque no le parecía que ya entre.

Martina

Lo que hubo acá, que mataron a dos chicos acá en el centro de Lima, eso.

Sí me acuerdo

Tamia

Eso es anterior.

Después de eso ha sido que han matado gente en Puno, en Cusco.

Martina

No he sabido. Pero lo que puedo decir, lo que pasó en Lima es que ese chico que dicen que o sea, que la policía lo ha matado, él tenía una granada, me dice, porque yo le reclamé a mi esposo porque estaba todavía en ese tiempo de servicio.

¿Qué pasó esto, [nombre del padre de sus hijos]?

Porque estaba la policía que esto que lo mira, mira el vídeo porque ha estado cerca de tomando el vídeo, mira, me dice que es lo que tiene, la misma… lo mismo que tiene, le ha explotado.

Bueno, yo que puedo señorita, no, no, no sé si es verdad, es mentira, pero claro pues, uno no tiene por qué matar a matar a nadie, nadie tiene un derecho a matar a nadie porque tenemos libre a protestar.

Y es cierto pues, no?

Que la, que por ejemplo, hoy día en el Metropolitano, seguro que se lo juro que estoy llorando yo en el Metropolitano porque mire, miren las empresas gigantes, no, ya, perfecto, la inversión está perfecta.

¿Quiénes son los que tienen que hacer valer nuestros derechos?

El Estado, el Estado qué hace?

No nos hacen valer nuestros derechos.

¿Entonces qué hace por Metropolitano?

Los ancianos, todo el niño se ha caído al hueco y se ha ido al hueco otro anciano.

Yo parada, señorita, que me da vueltas y vueltas, me puse a llorar de los nervios.

Entonces nuestros derechos están vulnerados por el mismo estado, porque el estado no, no pone las reglas claras y correctas, no, no nos defiende por un poco de moneda que le dan a ellos, no nos defiende porque cómo es posible que haya seguramente noticia porque gente estaba que llamaba a la prensa, cantidad de gente, señorita, así hemos entrado, señorita.

Entonces, si el estado no nos protege, aquí no vamos a quejar señorita, uno por uno vamos a protestar.

Y los líderes en la época de los noventa, casi todos están encarcelados, casi todos han muerto, todos los líderes, señorita, a partir del noventa, de la época de Fujimori, es que no hay, no hay líderes, señorita, que levanten marchas, que levanten protestas, que tengan la capacidad de juntar gente.

¿Ahora lo que hace, qué hacen cuando hacen protesta?

¿Qué hacen?

Contratan a gente para que hagan desmanes.

Y a veces una protesta buena se convierte en malo porque ellos hacen desmanes y la protesta se enjuicia a los que están protestando, señorita.

Y eso también está mal, porque el Estado no está como debe ser, no está como debe ser nuestros derechos como peruanos.

Ahora con el tema del chino que ha venido, los chinos que han venido, de qué más nos va a pasar a señorita, si el Estado no nos protege, no cuida nuestros derechos, no ve los temas laborales, qué van a hacer nosotros explotados, trabajando así como maquinitas, así por un poco de centavos, porque no tenemos que comer.

Tamia

Eso ya, yo creo que hemos terminado, no sé si hay algo más que quieras agregar…  Voy a entonces a apagarla…

Ficha Técnica

Nombre o seudónimo Martina
Formato Archivo de audio
Serie Historia de vida
Rol Mujer
Número 5
Duración 1 h 37 m
Idioma Español
Perfil

Martina es una mujer apurimeña, de familia campesina de una comunidad quechuahablante. A través de su historia, nos cuenta el devenir de la vida de una mujer migrante, que en busca de educación, se desplaza de las montañas apurimeñas hacia ciudades más grandes, para finalmente asentarse en un barrio periférico de un distrito de Lima Norte con su esposo, en ese entonces, policía. Durante los años del conflicto armado, Martina vive el temor de que su esposo sea asesinado, al mismo tiempo que enfrenta la precariedad y la escasez. Participa desde joven en el comedor popular de su barrio, actualmente trabaja como parte de su directiva, es ama de casa y madre de 5 hijos. En su relato de vida, Martina exige a nuestra sociedad algo esencial: que vivir en condiciones de pobreza no signifique no tener derecho al respeto y a la dignidad.

Ubicación Web https://laoruga.pe/martina/
Fecha de Publicación junio 2025
Lugares Apurímac, Lima
Anonimato

Autorización para nombre: NO

Autorización para voz: SÍ

Autorización para imagen: NO

Autorización para detalles familiares: NO

Fuentes Primaria-Entrevista a la protagonista
Fecha/s de recojo del testimonio 09/12/2024
Acceso a fuente primaria Restringido, bajo solicitud al Archivo Digital de Memoria La Oruga y a la protagonista..
Ubicación Archivo Digital de Memoria La Oruga
Soporte Audio grabado y transcripción por IA
Palabras clave Adolescencia, Asesinato, Ciudadanía, Comunidades campesinas, Discriminación, Educación, Etnicidad, Género, Infancia, Izquierda, Lucha contrasubversiva, Migración, Organizaciones sociales de base, Partidos políticos, Policía, Racismo, Sendero Luminoso, Violencia sexual, zona de emergencia
El epidosio incluye
Audio completoÁlbumLínea de tiempoTranscripciónFicha TécnicaCréditos
Álbum
Vínculo con Currículo Nacional

Areas: Comunicación, Personal Social y Ciencias Sociales

Alerta de contenidos

Lenguaje: No hay uso de lenguaje fuerte, grosero o explícito

Violencia: Se describen escenas de violencia que pueden ser perturbadoras

Contenido Sexual: Se habla de abuso sexual infantil y acoso.

Uso de Drogas: No se menciona el uso de sustancias ilegales o abuso de alcohol

Vínculos con otros episodios
Créditos

Historia de vida de: Martina

Investigación y producción: La Oruga – Tamia Portugal

Edición y posproducción: Adrián Portugal

Ilustración: Fotografía tomada por Tamia Portugal en el barrio de Martina

Cortina musical: Time To run de Dexter Britain

Créditos

Historia de vida de: Martina

Investigación y producción: La Oruga – Tamia Portugal

Edición y posproducción: Adrián Portugal

Ilustración: Fotografía tomada por Tamia Portugal en el barrio de Martina

Cortina musical: Time To run de Dexter Britain

Fecha de publicación: junio 2025

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