Kusi nació en Huancayo en 1977, es historiadora. Su padre fue un activo militante de izquierda. A los 10 años migró con su familia a Praga (capital de la ex Checoslovaquia) para no estar expuestos al peligro de atentados de Sendero Luminoso, grupos paramilitares o de que su padre sea injustamente detenido. Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos entre el año 1996 y el 2000, y es madre soltera de una adolescente.

Audio completo

Álbum

Algunas imágenes y una canción, para compartir con ustedes...

Mi padre y yo

Son pocas las fotos que tengo de cuando era muy pequeñita. Esta es una de ellas; estábamos allí, en ese valle lindo que es el Valle del Mantaro. Cada vez que la veo me reconforta mucho y siento la protección de mi papá, sobre todo ahora que ya no está físicamente y recuerdo con nostalgia esos domingos cuando íbamos de paseo y pasábamos momentos bonitos en familia.

Mi hija y yo

Nosotras

El derecho a vivir en paz

El derecho a vivir en paz, de Víctor Jara. El compromiso que mi papá sentía con su causa social siempre estuvo muy presente a lo largo de su vida y por supuesto, de la nuestra también al habérnosla transmitido. Esta es una de las canciones que quizás refleje con toda claridad y honestidad el sentir que tuvo mi papá para contribuir en la construcción de un mundo más justo y mejor. Recuerdo que de niña estas canciones siempre se escuchaban en mi casa y en la última etapa de vida de mi papá, una vez salimos a pasear y pidió que la pongan mientras íbamos en el carro.

Línea de tiempo

  • 1977

    Nacimiento

    Huancayo

  • 1983

    Recuerdos de mayor violencia e inseguridad

  • 1988

    Migración

    Praga (capital de la ex Checoslovaquia)

  • 1990

    Regreso a Lima

  • 1996

    Ingreso a San Marcos

  • 2000

    Terminó la carrera de historia

  • 2004

    Licenciatura

  • 2005

    Nacimiento de su hija

  • 2009

    Archivo Marina Núñez

  • 2010

    Maestría en Gerencia (UNI)

  • 2010

    Congreso

  • 2017

    Termina la maestría

  • 2019

    UCH

  • 2020

    UPC

  • 2021

    Congreso

Transcripción

Esta transcripción se ha generando automáticamente y su precisión puede variar.

Kusi es la hija de un activo político de izquierda, que ejerció su militancia en el Huancayo de los 80s. Ante la constante amenaza de que su padre sea asesinado o injustamente encarcelado, su familia tuvo que migrar a Checoslovaquia. Aunque su familia estuvo a salvo, ella nos relata lo difícil que fue adaptarse a ese país y retornar al propio. A través de su relato de vida, Kusi nos ofrece una perspectiva sobre cómo los proyectos sociales y los modos de ejercer la política fueron cambiando, y lo que ahora siente que significa para el país haber vivido el conflicto armado interno.

Historia de vida de Kusi

Tamia

Entonces ahora sí vamos a ver, me vas a contar tu vida, pero así con más detalles
Teníamos tus hitos… y hay que tratar de olvidarnos de la grabadora, es difícil, pero ya. Tú me contabas que naciste el 15 de junio del 77 en Huancayo, ¿no? Entonces ahí cuéntame, ¿cómo fue tu infancia?

Kusi

Mi infancia era un poco accidentada porque mi papá estaba muy ausente y bueno, teníamos algunas carencias.
Vivíamos en la casa de mi abuelo y mi abuelo era una persona un poco complicada, no nada grave, pero eso era un poco complicado.

Tamia

¿Tu abuelo paterno?

Kusi

No, materno, el papá de mi mamá.

Tamia

¿Y por qué era complicado?

Kusi

Porque tomaba y bueno ya respecto a lo que era antes, ya no era ni la sombra, porque sí antes era más, era violento y bueno, yo nunca he querido saber los detalles porque me voy a poner mal, pero mis tíos siempre dicen, ¿no?, o sea, no lo detallan, pero sí dicen cosas: “no, ya no era ni la sombra, no, él ya estaba…”.
Pero sí por ejemplo, llegaba a veces tomado y era chistoso, pero cuando eres niña si te asusta porque empezaba como a tomar lista: [nombre de familiar], [nombre de familiar], [nombre de familiar] y ya sabías, pues, que estaba, que estaba borracho y bueno, era un poco renegón también, pero en verdad nada grave, pero si se sentía como una atmósfera un poquito densa y además como mi papá no estaba, también había como densidad en el reclamo permanente de mi mamá respecto de su ausencia y que mi mamá se sentía como abrumada con todos los quehaceres de la casa, que obviamente la entiendo, no solo por el quehacer de la casa que es jodido, sino también porque habían carencias y porque además obviamente ella se postergaba a sí misma, ¿no? Y entonces además…

Tamia

¿Y cómo así se postergaba?

Kusi

Porque ella no se desarrollaba a sí misma, o sea, trabajando, digamos, teniendo lo que ella posiblemente pudo haber querido, ¿no?
O sea, ella para empezar que ella estudió algo que después mientras fue estudiando ya no le gustó y cuando le dijo a mi abuelita que ya no quería estudiar eso, mi abuelita le dijo no, tienes que terminar y empezaste, termina, termina.
Entonces lo terminó pero ni siquiera sacó nada y además ya para terminar, este salió embarazada de mi hermana.
Entonces había como esa frustración

Tamia

¿Y qué estudió?

Kusi

Trabajo social y bueno, ya después se dedicó a mi hermana y estaba sola, o sea, y mi hermana era como bien enfermiza y mi papá que no estaba… Entonces bueno, eso.

Tamia

¿Y tu papá vivía con ustedes?

Kusi

Sí, sí, sí, vivía con nosotros, pero todo el día estaba en el partido.
No tenía la suficiente conciencia como para darse cuenta que en realidad él tenía una familia y tenía que ser responsable completamente de ella, ¿no?
Entonces era joven, un joven absolutamente inconsciente, porque también yo entiendo, él viene de una casa de inconscientes.
Entonces, este, sumamente irresponsable, no era nada, nada, nada responsable hacía, pues cumplía, pero podía estar 24/7en el partido e incluso ya volviendo del partido se quedaba horas hablando con sus amigos, hacia esas cosas… y nosotras totalmente postergadas, o sea, no estaba.

Tamia

¿Y cómo sentían ustedes eso de que esté tanto con el partido. O sea, tu mamá como

Kusi

Mi mamá le reclamaba, ¿no? Siempre le ha reclamado, pero era como el reclamo, la queja permanente.
Pero que solo era queja, ¿no?, se quejaba, se quejaba, se quejaba.

Tamia

¿Y ella no tenía así como afinidad para militar?

Kusi

Sí, mi mamá también cuando era joven ella militaba.
No sé cuándo dejó de militar exactamente, pero sí, mi mamá también.
O sea, ellos se han conocido en la universidad y durante toda la vida universitaria ellos han militado.
Mi papá militaba desde los 17 años y mi mamá supongo que cuando entró a la universidad.
Y todo el tiempo que han estado en la universidad, ellos han hecho vida política, o sea, siempre estaban en protestas, detenidos en las manifestaciones, eso siempre.
Pero obviamente ya mi mamá se daba cuenta de que ya con una bebé las cosas eran distintas.
Pero sí me acuerdo, yo desde que tengo uso de razón, yo siempre he ido a mítines , incluso a marchas.
Y mi hermana sí ha pasado cosas más delicadas.
Mi hermana una vez, mi papá, hay un paro creo memorable del 78 y mi papá, no sé por qué extraña razón, lo sacó mi hermana a la calle y cuando empezó la violencia la dejó y no sé por qué, porque tenía que, o sea, era algo propio de la marcha, no sé.
Y mi hermana vio que mataban a una persona y eso ella para ella es un trauma, ¿no?
Y o sea, ella ya ahorita lo ha superado, pero hubo mucho tiempo de su vida que no podía ver sangre, esas cosas.
Y bueno, ese tipo de cosas, o sea, obviamente con mi hermana todo ha sido más difícil porque mi papá si era irresponsable, era mucho más irresponsable con mi hermana que conmigo.
Y esa es, o sea, pero bueno, nosotras, yo sí he vivido, o sea, marchas, violencia nunca he visto, pero sí marchas, mítines, yo iba al partido, o sea, era como parte de mi vida, era eso.
Yo he nacido viendo este cuadros de Marx, de Lenin, hoces y martillos.
Eso era normal para mí era absolutamente natural.

Tamia

¿El partido donde militaba tu papá era…?

Kusi

El Partido Comunista peruano

Tamia

Que no es Sendero Luminoso

Kusi

Que no es el Partido Comunista del Perú… “del Perú” es Sendero.
Mi papá era él es bueno, hasta que ha fallecido ha sido miembro del Partido Comunista peruano

Tamia

que era un grupo dentro de Izquierda Unida.

Kusi

Dentro de Izquierda Unida.

Tamia

Entonces ahí todo esto que has contado ha sido en Huancayo.

Kusi

Sí.

Tamia

Ellos estudiaron en la Universidad del Centro.

Kusi

Del Centro, sí.

Tamia

¿Y me quieres seguir contando sobre cuando eras chiquita? O sea, me has contado de tu vida familiar en la casa de tu abuelo, de tu abuela, tu abuela. ¿Tú abuela qué…?

Kusi

Mi abuelita se separó de mi abuelito, ¿no?
Justamente porque mi abuelito era así, tenía estas cosas .
Y mi abuelita se vino a vivir a Lima, no sé exactamente en qué año, pero sí cuando sus dos menores hijas estaban todavía chibolitas.
Y en ese momento estaba en Lima mi abuelita.
Mi mamá dice que sí, mi abuelita vino a Huancayo cuando nosotras nacimos, vino a ayudarle.
Pero digamos que ella tenía su vida acá en Lima.
Y justamente ya después cuando nosotras vinimos a Lima, nosotras siempre vivimos con ella, hasta que mi abuelita falleció.

Tamia

Entonces tú estás acá, has vivido en Huancayo como hasta los seis años.

Kusi

Sí, un poco antes de cumplir seis años ya.

Tamia

Entonces acá ya es como ya empieza 1980, que ya empieza el conflicto. Tu infancia está en realidad se superpone al conflicto un montón. Y antes de pasar un poco a ese tema sobre cómo fuiste así incorporando qué cosa es ser una niña con ese género, con el género de mujer, ¿cómo te sentías respecto a eso? ¿Tienes algún recuerdo de haber dicho esto es ser, esto es lo que debemos hacer como mujeres así de chiquita?

Kusi

La verdad que no, no tengo mucho esa conciencia porque en mi familia en general nunca ha habido esta cosa machista, que me pueda haber hecho sentir una diferencia.
Ni mi papá ni mi mamá son machistas y no había.
Y bueno, con [nombre de su hermano de crianza] nunca hubo ninguna distinción de que porque él era hombre ni nada.
Todos, todos en la casa hacíamos de todo.
Nunca he tenido esa , esa cosa del género puntualmente.
Lo que sí te podría decir que si era una carga para mí era ser china.
A mí me molestaba que me dieran china, me molestaba ser china porque siempre sentía como una sorna detrás de esa afirmación y me sentía como hasta cierto punto marginada.

Tamia

Cuando era chiquitita, desde chiquita lo has sentido.

Kusi

Sí, sí, O sea, no sé si todos lo habrían hecho en ese sentido, pero yo lo sentía así.
Y nada, o sea, siempre había como está… como mucho énfasis en esto de que los tres éramos que en realidad es bien absurdo, porque es un tema de raza, y las razas no existen.
Entonces mi hermana era negra, yo era china y [nombre de su hermano de crianza] era blanco.
O sea, eran cosas absurdas, pero que sin querer, que sin que se pueda uno dar cuenta, a mí me molestaban bastante.
Pero nunca lo expresaba, porque de niña tampoco llegaba a tener esa conciencia de que eso era lo que me molestaba.
Pero sí era como que yo no quiero ser china porque soy china.
De hecho, mi mamá cuenta que yo le decía “Mamá, por qué me dicen china si yo me siento normal”, no?
Cosas así, porque sí, claro, siempre ha habido esa sorna detrás de los chinos, de que hablan así, se burlan, esas cosas.
Y a mí sí me molestaba bastante.

Tamia

Y entonces tú tienes a tu hermana [nombre de su hermana] y [nombre de su hermano de crianza].

Kusi

[nombre de su hermano de crianza] es mi hermano de crianza. [Nombre de su hermano de crianza] llegó a mi casa cuando yo nací. Su mamá trabajaba en la casa de mi tía.
Y después, o sea, es como que mi familia materna la vio crecer porque, bueno, esas cosas feas que pasaban antes, que estaban normalizadas, de que los niños trabajan. Mi abuelita era profesora rural y conoció a la mamá de [nombre de la mamá de su hermano de crianza] en un pueblo que se llama Huamancaca. No estoy segura si ahora ya es provincia, pero en ese momento era como un pueblo y la mamá de [nombre de la mamá de su hermano de crianza] no tendría recursos y la mandó a trabajar a [nombre de la mamá de su hermano de crianza] a la casa de mi tía. Y en algún momento [nombre de la mamá de su hermano de crianza]se embarazó de un venezolano, como un mochilero, que nunca más regresó. Y su hijo era [nombre de su hermano de crianza]. [Nombre de la mamá de su hermano de crianza] no tenía donde vivir, entonces mi mamá le dijo que vaya a vivir a la casa. Y nosotros nos hemos criado como hermanos. Y el papá de [nombre de su hermano de crianza] era mi papá. Eso es. O sea, [nombre de su hermano de crianza] es igualito a mi papá. Hay gente que dice el único que se parece a [nombre de su papa] el [nombre de su hermano de crianza], porque son, o sea, él ha tomado todas las formas, la forma de hablar, la forma de caminar, la forma de ser, es de mi papá.

Tamia

O sea, los dos lo asumieron como.

Kusi

A pesar de que [nombre de su hermano de crianza] trataba, yo pienso, de también un poco buscar su identidad , porque en algún momento mi papá le dijo que para ponerle su apellido y él no quiso. Él tiene su apellido. Y él buscó también, ya más grande, hace unos años, buscó a su papá. Ya está muerto su papá. Y bueno, su papá entiendo que supongo que para suavizar un poco, cuando contaban lo de su papá, decían que él después de irse de acá, se había… como era un mochilero, así de izquierda, dijeron que se había ido a Chile, y justo había pasado lo de Salvador Allende. Entonces había como creo que quisieron formarse el mito de que posiblemente lo habían matado en ese momento, pero lo real es que era un pendejo. Porque cuando [nombre de su hermano de crianza] lo buscó en Facebook así, tenía 3000 hermanos, se había muerto de cirrosis. O sea, no era tan bonita la historia. Pero él sí ha tenido tiene contacto con su familia. Han venido sus tías a verlo, y creo que de vez en cuando sí tiene contacto con ellos. Pero sí, para él, este, mi papá es su papá, y nosotros somos hermanos, los tres somos hermanos.

Tamia

¿Y tú siempre lo sentiste como un hermano?

Kusi

Sí, porque además [nombre de su hermano de crianza] es un chico sumamente bueno. Es bueno, bueno, bueno, buenísima persona, muy noble, muy que siempre jugaba conmigo, porque yo también me sentía bien sola, porque la distancia con mi hermana también era grande. Y en cambio él me tenía más paciencia. Él siempre jugaba conmigo. Él me enseñó a montar bicicleta.

Tamia

Él es un poquito mayor que tú.

Kusi

Él también es cuatro años mayor que yo. Pero como tiene mucha paciencia en general él es una persona que tiene mucha paciencia. Era más, digamos, más cercano en ese sentido. Y por ejemplo, yo nunca en mi vida me he peleado con él. Como es que es tan bueno, tú le puedes insultar y se queda callado. ¿Es así, no?

Tamia

Entonces acá tú marcaste los seis años, y era porque mejor tú cuéntalo.

Kusi

Creo que es un poco antes de que cumpla seis años. Nos vinimos acá a lima con mi mamá. Mi mamá quería venir para para trabajar, porque estaba harta de esa vida de ama de casa, de esas ausencias de mi papá. Y justo mi tía estaba formando su colegio. Entonces el primer local que tuvo el colegio estaba en Pueblo libre, y ahí llegamos a vivir con mi mamá, que era una casa grande, acondicionada a esas casas antiguas que había en Pueblo libre, y acondicionada para ser colegio. O sea, empezaba con creo que sólo tenía tres, cuatro, cinco años y primer grado o algo así. Y yo fui ahí a hacer primer grado, y ahí vivíamos con mi abuelita, y mi mamá enseñaba en cinco años. El problema es que no teníamos casa. Después el colegio se mudó a otro local en Lince, y también nos mudamos. Y bueno, nosotros si no teníamos casa, ni tampoco posibilidades de alquilar nada, porque mi papá solamente en ese momento era profesor de la universidad, pero creo que estaba en el rango más misio, no era un super sueldo, ¿no? Y bueno, después cuando mi papá ya pudo estar un poco mejor, ya nos fuimos a vivir aparte con mi abuelita, ya vino mi hermana de Huancayo y a las cuatro ya nos fuimos a vivir a otra casa en Lince también.

Tamia

Y cómo fue… tú eres chiquita, ¿pero te acuerdas cómo fue eso de separarte de tu hermana, de [nombre de su hermano de crianza], de tu papá?

Kusi

No me acuerdo tanto que me haya dolido la separación misma de las personas, sino que sí me acuerdo que no vivir en Huancayo si no me gustaba. O sea, Lima nunca me ha gustado mucho porque a Lima siempre la asocio como… es triste, como siempre está nublado y eso no me gustaba. Y bueno, creo que de niña yo no cuestionaba las cosas que me pasaban, sino que era como lo que tocaba.

Tamia

Y este y acá esto que marcaste en rojo, ¿era…?

Kusi

El momento en que ya empieza más fuerte el conflicto armado y también las amenazas a mi papá.

Tamia

Empezaste a sentir que estaba en una situación…

Kusi

más complicada. Sobre todo también cuando mi papá, cuando matan al alcalde, a [nombre del alcalde], y ya mi papá pasa a ser alcalde y ya era como casi normales las amenazas que él recibía todos los días. O sea, por ejemplo, en esa época, te acuerdas que era bien difícil tener teléfono fijo? Entonces ya cuando hubo teléfono en la casa, era la novedad del teléfono, pero también era, venía con amenaza siempre y este… era, era difícil porque sí me asustaba que le pudieran matar a mi papá y mi papá… pero al mismo tiempo mi papá nunca mostraba miedo. No sé si lo tendría, pero él jamás iba a demostrar tengo miedo, me puedo morir, me pueden matar, nunca. Siempre él decía “no te preocupes, nadie se muere la víspera”. Siempre, siempre decía eso. Y este, a pesar de todas las cosas que pasaban, que siempre lo amenazaban, que siempre. Porque no sólo era el problema de Sendero, también era y este, ¿cómo se llama? Este no solo era el problema de Sendero, sino también era… Ahí está mi papá…

Tamia

¿Qué pasó… un pajarito? [risas]

Kusi

Se entró hasta la planta. [risas]

Tamia

Qué bonito.

Kusi

No solo era el problema de Sendero, sino también de Rodrigo Franco, porque mi papá desde toda la vida siempre ha sido enemigo del Apra y los apristas también lo odiaban porque mi papá también siempre ha tenido eso de que no… se manda nomás, no se amilana. No, no se amilanaba, no, no le importaba enfrentarse al presidente, no le importaba ese tipo de cosas porque lo que siempre creo que primó en él era ser consecuente con lo que él creía. Entonces el la Apra le hacía cosas terribles, o sea, desde la universidad siempre fue fuerte porque le pegaban y en la época de Alan García estuvo preso 1000 veces. Igual mi papá también contestaba más o menos igual. Porque, por ejemplo, cuando… te conté la vez pasada que cuando alguien quiso ir a Huancayo o fue no sé si iba a ir, mi papá no lo recibió. Hacía ese tipo de cosas. Y el Rodrigo Franco también era parte de las amenazas. No se llegó a establecer si la bomba la puso Rodrigo Franco o la puso Sendero en la casa. Y durante… en realidad mi papá solo llegó a ser alcalde dos años, pero él postuló a una reelección. Durante la campaña de la reelección, los apristas…  mataron a una persona que no sé si era aprista o no sé qué era… una mujer, solo me acuerdo que era una mujer. Y decían que mi papá la había matado. E incluso pasearon su ataúd por todo Huancayo diciendo [su apellido] asesino, ¿no? Ese tipo de cosas eran feas y en todos lados decían que mi papá la había matado. Y así, obviamente mi papá no ganó nada. Y al mismo tiempo, bueno, pasó lo de la bomba, pasó que lo detuvieron. Él tenía esta acusación de que era del MRTA, obviamente sin ninguna prueba. Porque en realidad lo que mi papá sí siempre tuvo era nexos con, o sea, no nexos, mi papá era parte del partido y además tenían pues relaciones como directas con Rusia, con esas cosas que pasaban que eran normal en ese momento.

Tamia

¿Y quién mató a ese alcalde?

Kusi

El [comando paramilitar] Rodrigo Franco.

Tamia

¿Y la bomba? Dices que no sabes si fue… la bomba.

Kusi

No se sabe si fue Sendero o fue Rodrigo Franco.

Tamia

Y en ese momento tú estás en Lima.

Kusi

Yo estaba en Lima. El que el que sí se ganó contra la bomba es [nombre de su hermano de crianza], porque, o sea, creo que él estaba solo y reventó la bomba. Y [nombre de su hermano de crianza] es una persona que nervioso, él es así. Pienso que la bomba debe haberlo afectado bastante hasta el día de hoy. Obviamente él no lo verbaliza, pero yo creo que sí, eso sí, sí ha sido para él como traumático.

Tamia

¿Y tu mami? O sea, ¿cómo te enteraste tú, tu mamá?

Kusi

Yo no sé si me he enterado por sapa, o porque me han dicho. Porque como te conté la vez pasada, a mí no me contaban muchas cosas porque como yo era la más chiquita, sino que yo me enteraba o porque las escuchaba. Así como lo que escuché cuando cuando le detuvieron a mi papá, que escuché en la radio que lo habían detenido. No recuerdo que se hayan sentado y me hayan dicho “han puesto una bomba”. No me acuerdo, o sea, no sé cómo lo habría sabido, pero sí se hablaba con naturalidad. O sea, qué [nombre de su hermano de crianza] se pudo morir y todas esas cosas que se habían volado en la puerta del garaje y que habían puesto la bomba. Además era casi casi natural que por protestas y en esos momentos, como yo siempre, como toda mi vida ha sido así, o sea que mis papás yo sabía que se protestaba, que era normal protestar, que era normal ser del partido, que era normal ser de izquierda, que eran este normal también… parte de eso era que lo podían detener en cualquier momento. A mi papá muchas veces lo han detenido, muchas veces. La diferencia con estas otras dos detenciones es que entraban a la casa, allanaban y se lo cargaban y desaparecía. Tampoco era la primera vez que a mi papá lo querían desaparecer, ya antes, antes de que yo nazca, antes de que se case con mi mamá, creo que incluso creo que sólo eran amigos y dio la casualidad que mi tío, yo tenía un tío PIP (Policía de investigaciones del Perú), que era de la PIP y él estaba trabajando en Puno, entonces cuando eran muchachitos una vez lo cargaron a mi papá junto con otros chicos y lo llevaron a Puno y mi tío escuchó que los iban a matar y en Lima, en Huancayo no se sabía dónde estaban. Entonces mi tío le dijo a mi mamá y los chicos que dice que son de Huancayo que están algo ha pasado y tengan cuidado, no sé qué, entonces ahí el partido supo y ya los quieren matar, no sé qué y así es que se pudieron este, los pudieron rescatar, porque en verdad en esa época pasada parece mucho eso de que te detenían y te daban vueltas por todos lados y podían, te fondeaban. Entonces otra vez pasó eso en estas dos últimas detenciones y, pero era como que naturalizado, que mi papá estuviera en la DIRCOTE. Si era duro, duro porque si me daba cuenta que había cosas que no me querían decir, de las condiciones en las que estaba, de la última vez me acuerdo que mi mamá traía bolsas así y yo decía “que hay ahí?” Y era mi mamá me decía no, no veas, no veas porque es que hay otros chicos que han estado mal, o sea, porque es eso que creo que habían detenido, habían entrado también a San Marcos, allanar, se habían cargado un montón de chicos y con ellos estaba mi papá y bueno, era un hueco donde estaban 80 y sin baño… y era parte de no, o sea nosotros lo asumíamos como que así era. Pero sí, si había angustia, angustia porque lo podían matar, angustia porque le podía pasar algo, angustia porque estaba en la cárcel, y ya era mucho tiempo, porque antes en una marcha, en una de estos, pues te detienen y sale pues máximo días, ¿no? Pero acá ya era un mes, ya era un poquito más feo y la familia siempre estaba pendiente, ¿no? Mis tías, tanto en la parte de mamá como en la parte de papá, una era, o sea una de las hermanas de mi mamá cocinaba, cocinaba bastante, o sea es como la cocinera que cocina rico, esa es la clásica y en la parte de mi papá también y ellas se turnaba para llevarle su comida a mi papá y a l DIRCOTE, comida que obviamente, nunca le llegó… Y ya cuando salió de la cárcel, me acuerdo claramente que una vez fui con mi mamá, no sé si a Faucett o Aéreo Perú, y mi mamá estaba pidiendo algo así como un apoyo para… para que mi papá salga del país porque lo podían matar y me acuerdo que le negaron diciendo que no había fundamento, que no había justificación

Tamia

¿A quién le pidió ese apoyo?

Kusi

No sé si a Faucett o Aero Perú incluso, no sé, alguien, pero me acuerdo eso, que le negaron y mi mamá decía que sí, si había fundamento porque acababan de matar al alcalde de Ayacucho, algo así. La cosa es que nunca nos ayudaron y después ya se dio la oportunidad de ir a Praga porque sí era como urgente que mi papá salga del país porque si en cualquier momento o era la policía o era Sendero o era Rodrigo Franco que lo podían matar.

Tamia

¿Sendero también lo amenazaba?

Kusi

Sí, sí, también lo amenazaba, o sea, igual mi papá ya tenía una enemista con Sendero desde antes porque en realidad mi papá cuando salió de su casa, cuando terminó el colegio a los 17 años se fue a estudiar a Huamanga y ahí en Huamanga las cabezas de la universidad eran Abimael, era esta facción de Sendero, los maoístas y mi papá se peleaba con ellos hasta que lo botaron, y a raíz de que lo votaron es que mi papá se va a Huancayo.

Tamia

¿Tu papá estudió filosofía, no?

Kusi

No, no, mi papá estudió sociología y después hizo su doctorado en filosofía, y después, ya de mayor, básicamente sólo enseñaba filosofía.

Tamia

Y una pregunta, en todo este tiempo, bueno que estaban en Lima y ahorita estamos entrando a Praga, ¿no?, ¿eran pareja tu mamá y tu papá?

Kusi

No lo sé, no sé, teóricamente no, teóricamente no, pero yo creo que iban y venían, no sé en qué términos hablarían, no se llevaban mal, pero sí, mi mamá siempre era reclamo porque como mi papá era descuidado, irresponsable, siempre había reclamos de mi mamá, pero mi papá siempre venía a Lima a vernos por lo menos dos veces al mes y en las vacaciones nosotros siempre íbamos a Huancayo. Si había siempre contacto con mi papá, no es que nos abandonaba así, ¿no? Pero si tenía estas cosas que de irresponsable, ¿no? A veces con la plata incluso, creo, pero no estoy segura de que, o sea, se supone que cuando se vinieron estaban separados, pero ni ellos mismos saben, creo.

Tamia

¿Cuando se vinieron a dónde, a Lima?

Kusi

A Lima.

Tamia

O sea, en este tránsito entre que tú tenías seis años y el 88.

Kusi

Era muy ambigua, era ambigua la situación.

Tamia

¿Y él se fue a Lima también en algún momento?

Kusi

No

Tamia

¿Siempre estuvo en Huancayo, venía a visitarlas?

Kusi

Él no podía vivir en Lima porque mi papá tenía asma, inmediatamente. Si se quedaba más de una semana ya le daba su ataque y moría, súper fuerte. Mi papá recién ha venido a vivir acá a Lima en 98, nueve. Porque ya no le quedaba de otra, porque antes él no podía, no podía, o sea, ya pepeando hace un montón supongo que se habría quedado porque antes siempre era una semana y ya tenía que quedar el oxígeno. Era bien, bien, bien delicado su asma.

Tamia

Y acá entonces salió esta posibilidad de que se vayan del país.

Kusi

Mjú.

Tamia

¿Eso cómo fue, como apareció como en el panorama?

Kusi

Eso es parte del Partido, porque mi papá, nosotros fuimos a Praga y mi papá era en Praga había una revista que se llamaba Revista Internacional, que era una revista del Partido. Y la Revista Internacional tenía representantes de todos los países del mundo donde había Partido Comunista. Y mi papá fue como representante de Perú.

Tamia

¿Él se fue primero?

Kusi

No, nos fuimos, nos fuimos mi papá, mi mamá, [nombre de su hermano de crianza] y yo. Y mi hermana se quedó a terminar quinto de media. Y después que terminó ella, fue.

Tamia

Tu hermana se quedó con tu abuela.

Kusi

Sí.

Tamia

¿Y por qué decidieron que ustedes también fueran?

Kusi

Porque se iba… era como que se iba a toda la familia. Supongo que ahí en ese momento mis papás se habrían amistado, estarían así y habrían decidido que nos íbamos todos. Y nos fuimos pues. Y luego este, incluso no sé, no sé porque habrían decidido que nos veíamos todos, pero nos fuimos todos.

Tamia

Entonces se fueron tu mamá, tu papá, [nombre de su hermano de crianza] y tú. ¿Y cómo fue ahí? Porque bueno, otro idioma, otro país, otro continente.

Kusi

Sí, a mí no me gustaba en verdad. Yo extrañaba un montón Perú. Y este, para mí fue bien difícil porque, bueno, en principio otro idioma, iba al colegio, pero al mismo tiempo no hacía nada porque se supone que tenía que hasta que aprende el idioma. En verdad mi vida escolar era un desastre porque primero era como una alumna libre, luego cuando ya dejé de hacer como alumna libre, creo que me jalaban en todo pues, porque entendía la mitad el checo es un idioma bien, bien, bien difícil. Y este, ya llegó un momento incluso que como nosotras nos íbamos a regresar… allá el año escolar empieza en septiembre y como ya era un hecho que nos íbamos a regresar en abril del siguiente año. Yo le dije «papá yo ya no quiero ir al colegio y ya no fui». Y claro, o sea, eso yo estaba en nada pues, o sea, no sabía nada a nivel académico era un desastre.

Tamia

¿Cuántos años tenía cuando fuiste?

Kusi

10 para cumplir 11. Y bueno, mi papá me puso un profesor de matemática que era un estudiante peruano que algo hacía, pero en verdad no me gustaba, no, y no me gustaba hablar checo tampoco. O sea, sí hablaba por necesidad. Tenía una amiga con la que más paraba en el colegio, en el primer departamento donde llegamos, ahí es donde estuvimos como año y medio. Y después como medio año mi papá quiso mudarse, eso tampoco me gustó porque mi papá quiso mudarse a un departamento que era feo, pero que era más cerca de su trabajo porque el otro era más lejos. Claro, no había punto de comparación de que el tráfico, sino que era más lejos. Pero esas ciudades son sumamente ordenadas, los checos son muy rígidos, todo es mucho orden, el metro funciona a la perfección, tienen sistemas de transporte perfectos. Entonces, pero mi papá quería estar más, más cerca de su trabajo y nos mudamos a otro departamento y ahí fue como un acto de rebeldía que yo le dije “ah, entonces si nos mudamos yo no voy a ir a un colegio nuevo», porque ahí en esa época no sé si seguir haciendo así ahora, uno iba al colegio que estaba más cercano de tu barrio y yo ya pues cambiar otra vez de colegio para mí era una penitencia porque los chicos son complicados, además son racistas, es todo. Y decía yo no me voy a otra vez yo no voy a ir a estar acomodándome en otro colegio, así que yo ya no voy a… no voy a… ir y ya nos vamos a ir a Perú, entonces ya no voy a ir. Ah, porque además en ese momento, este, ya mis papás tenían problemas otra vez como pareja. Entonces mi mamá tuvo una crisis de depresión y vino acá a Perú como un mes y ahí fue que nos mudamos. Entonces ya era, supongo que era porque ellos ya otra vez se iban a separar, era que nosotras nos íbamos a regresar. Él de repente se quedaba, pero sí se quedó un rato más, pero ya no, o sea, pienso que se hubiera quedado más tiempo, sino que justo vino la caída del muro y todo eso.

Tamia

Y tu mami mientras estuvo ahí, ¿qué hacía, a que se dedica?

Kusi

Era ama de casa y también conoció a una checa que no sé qué era, era lingüista y le mandaba algunas cosas a corregir, entonces a veces, a veces tenía así trabajitos para corregir y ya.

Tamia

Y cómo era eso de ser peruana, Checoslovaquia, que habías dicho que…

Kusi

Era difícil. Porque los checos son bien racistas y luego además también te miran como un bicho raro, porque además como yo soy china es como qué cosa es esto, ¿no? Y no, pues no son muy amigables, o sea, al comienzo quieren, es como que te miran como un bicho raro, como la novedad de verdad, como un animalito, te miran así, ¿no? Y se burlan o cosas así y después ya dejas de ser la novedad y ni te miran. Y en ese sentido yo solamente tenía una amiga y no era, no era muy bonito porque son bien, este, son rudos, son, o sea, son como todo lo bueno que pueden tener lo tienen, pero entre ellos, porque son blancos, que se yo, pero ya con otra, con el diferente, ya se olvidan del respeto, se olvidan del orden, se olvidan de todo, entonces no eran amigables.

Tamia

Y los profesores, las profesoras.

Kusi

Las profesoras, yo tenía, me acuerdo sobre todo de la tutora que tenía en el primer colegio, bueno, en el único colegio, era bien rígida, era una vieja así medio amargada, rígida, no era amable. Me acuerdo que una vez me hizo cantar en español, yo no quería y me quedé callada y me dijo “no te vas a ir hasta que cantes” [risa]. O sea, eran así, no eran, o sea, era un sistema así de mucha rigidez, pero, o sea, como te digo, entre ellos sí son respetuosos, pero ya todo eso se acaba cuando se trata de otro color. Entonces, este, era difícil, no me gustaba, no me acostumbraba, o sea, Praga es una ciudad preciosa, posiblemente sea una de las ciudades más preciosas del mundo, y en el momento que yo estaba era súper ordenada, o sea, ahora he sabido de otras personas que han ido ahorita, porque estamos hablando de hace casi 40 años, que estaban medio vacío, entonces tú podías ver todos los atractivos que tiene con tranquilidad. Ahora no puedes ver nada, ¿no? Porque está repleta de turistas, es más complicado, pero en ese momento era una ciudad súper tranquila, o sea, no, ni la sombra de lo que es Lima, ni ahora ni nunca, no había rateros, no había ningún peligro, podías salir hasta la hora que quisieras, no te pasaba absolutamente nada, el transporte era perfecto, es sumamente perfecto. Pero así con todas esas perfecciones yo no me sentía bien, porque no era mi casa, no me gustaba la comida, tenía que comer en el colegio, por ejemplo, me acostumbraba, pero comía poco y ese tipo de cosas. Yo extrañaba mi comida, extrañaba a mi abuelita, por más que acá era una situación precaria, no era la casa más bonita, Lima es fea, todo eso, pero eso de sentirte en tu casa es una cosa que con la que yo no puedo, no puedo convivir.

Tamia

Y bueno, volviste a Lima, ¿y hay algo de Praga que tú recuerdes como algo positivo?

Kusi

O sea, sí, o sea, como te digo, Praga es una ciudad preciosa, es linda, es linda, pero no es mi casa.

Tamia

¿Y algo respecto de ti? ¿Algo que hayas aprendido, bueno, que te haya llevado para ti de tu formación en ese momento, que haya formado parte de tu identidad?

Kusi

Creo que nada, o sea, no es que todo lo haya sentido feo. Era linda Praga, era ordenadísima. Y luego ya era también como esta ambivalencia, porque un momento fuimos a París, y París es Lima y yo lloraba, no, vámonos a práctica. Odiaba, ya no soportaba el desorden también, ¿no? Supongo que para mí lo que puedo poner como que era lo más lindo era este orden y esta sensación de seguridad de que nada malo te va a pasar. No sé si la tengan hasta ahorita, pero ponte en Praga era común en las puertas de los supermercados que dejaban así enfilados a los bebitos, cosas así, ¿no? Porque sabes que no te va a pasar nada. Esa seguridad, eso es bien bonito y ese orden en una ciudad tan bonita, porque en verdad Praga es bien bonita, es bien bonita, pero no es mi casa, pues, es ajena. O sea, yo puedo, yo a mí me encantaría ir a pasear otra vez, pero no es mi casa.

Tamia

Sí pues, además se han ido por una situación que no era como…

Kusi

Claro

Tamia

No era vamos a probar algo, sino por la dificultad que hay acá.

Kusi

Y luego también el regreso fue complicado porque éramos otra vez mi mamá y yo solas. Y ese regreso también fue bien difícil porque justo mi mamá antes de regresar se fue a Frankfurt con una amiga y regresando, saliendo del tren, se cayó y se rompió la pata y estaba enyesada. Pero ya estaba programado el vuelo para regresarnos nosotras y era igual, era chiquita, pues, ¿no?  Tenía 12 para cumplir 13 recién. Y el vuelo pues era varias escalas, o sea, Praga, Moscú, Moscú, Canadá y de ahí Panamá, creo, de ahí recién Lima, entonces. Algunas veces había que bajar del avión y yo tenía que estar sola con las maletas, o sea, con las mochilas y con la silla de ruedas de mi mamá. Eso para mí, me acuerdo que fue, pucha, fue complicado porque estábamos solas y luego ya la familia otra vez se desmembró y obviamente ahí mis papás odiándose. Me acuerdo, clarísimo.

Tamia

¿Odian qué?

Kusi

Odiándose. O sea, ya estaban peleados, ¿no? Ya estaban peleados y bueno, ya no pudieron quedarse más por esto de que ya cayó el muro y todo, todo se terminó y se fueron a México. Y en México, bueno, de ahí mi hermano se tuvo que ir a Cuba. Porque [nombre de su hermana] los alcanzó. Sí, terminó el colegio y nos alcanzó y estuvo aprendiendo, o sea, se supone que iba a estudiar arte en la universidad, pero los estudiantes todos siempre extranjeros. Antes de empezar a estudiar la facultad tenían que pasar un año de idioma. Entonces ahí estaba en el año de idioma. Creo que ya había empezado. O sea, igual yo en ese momento decía paso un año y ya surgí aprendes, ¿no? Pero para ellos en verdad no era tan fácil. Yo recién me he dado cuenta ahora porque para mí sí era más fácil porque yo estaba entre checos, entonces no me quedaba otra. Igual cuando no es niño es más fácil porque piensas en el idioma. Para mí fue más fácil aprender y creo que sabía más que ellos ahora que me doy cuenta. Porque ellos dicen que a pesar de haber estado un año en la interna, igual convivían con latinos. Entonces igual hablaban español y sólo hablaban checo durante la clase. Y dicen que a pesar de haber pasado un año, no sabía, no entendían completamente una clase, por ejemplo.
Tamia

¿Y por qué estaban entre latinos nada más?

Kusi

Porque era como que se iban a internados ahí a aprender checo. Pero todos extranjeros

Tamia

Ah, ¿no vivían con ustedes?

Kusi

No, iban los fines de semana.

Tamia

Y este entonces ustedes tú te regresas con tu mamá a Lima, [nombre de su hermana] se queda un rato más con tu papá, se van a México cuando cae el muro.

Kusi

[nombre de su hermano de crianza] se va a Cuba. Sí, sí, va a México también un tiempo, pero de ahí mi papá le consiguió la beca para irse a Cuba y se puede estudiar a Cuba. Mi hermana se quedó con mi papá en México. Y bueno, se supone que mi papá estaba… tenía la beca para estudiar una maestría en la UNAM y ya se vino y mi hermana se quedó sola. Eso también fue un conflicto porque mi hermana era jovencita, se quedó sola, casi en el aire.
Teóricamente estaba el apoyo de mis tías, pero mis tías no se portaron bien y este, mi hermana estuvo como 10 años sola en México. Fue un momento duro para ella también. Y no podía, no podía regresar porque igual acá en Lima no teníamos nada y ella está en esa ambivalencia hasta que llegó un momento que ella dijo yo tengo que ir a mi país, acá no tengo nada allá tampoco tengo nada, pero en mi país. Y regresó. Y cuando regresó también fue difícil porque como que no teníamos espacio, esas cosas. Pero bueno, o sea, tenía que volver, ¿no? Y porque allá no estudiaba, solo trabajaba para mantenerse. Y ahí cuando regresó recién pudo estudiar

Tamia

Ah, no estudió en México…

Kusi

No, tenía que mantenerse.

Tamia

Tu papá sí estudió en México, ¿no?

Kusi

Pero no, él no terminó. Se vino.

Tamia

Sí, se vino antes de terminar.

Kusi

No terminó nada.

Tamia

Entonces ya regresan a Lima en 1990, tú y tu mami, y ahí como bueno, [nombre de su hermana] llega 10 años después, dices y se van encontrando, o sea, van nuevamente todos regresando al país.

Kusi

Sí.

Tamia

¿Y cómo fue regresar al país?

Kusi

Para mí regresar a mi país fue bonito porque era como mi casa. Lo que fue, fue ver el colegio porque como estaba en nada, o sea, yo también tengo esa como carga de que siento que nunca me han enseñado nada, sino que yo he tenido que acomodarme a lo que iban a enseñarme. No sé cómo explicarlo, pero era, o sea, por ejemplo, en este caso del colegio era yo estaba en nada y nadie le importaba que yo estuviera en nada, sino que de frente me daban la información y si no rendía me ponían cero y me jalaban. Nadie se tomaba el trabajo de decirme…

Tamia

… qué ha sido tu vida en este tiempo…

Kusi

“Pucha, vamos a enseñarte este vacío”

Tamia

Para adaptarte, ¿no?

Kusi

Claro, no, nunca. Y eso en ningún lado. Entonces me costó un montón el colegio, me costó un montón todo segundo y medio era un desastre académicamente porque no sabía nada. Tenía un huecazo, pues, un huecazo que porque era prácticamente como que dos años no había estudiado. Entonces eso sí me costó bastante. Pero yo estaba contenta por regresar, ¿no? Contenta de estar con mis amigos, contenta de estar en mi país, en mi comida, mi abuelita, esas cosas sí me gustaban.

Tamia

Y ahí ya eres una adolescente, pues, ¿no? Y ahí retomo la pregunta anterior. De repente ya ahí sí tenías como algunos referentes de lo que es ser una mujer o cuáles eran nuestras vulnerabilidades o el lugar que nos daban acá, tú has pasado por Praga también, nuestro rol como mujeres. Cómo fuiste viendo eso, cómo te fuiste ubicando, qué te molestaba, en qué te sentías más bien cómoda. ¿O no fue algo que tú sintieras que tuvieras que incorporar, sino que simplemente era parte de ti?

Kusi

Lo que sentía, el choque que más se puede sentir es esto de la seguridad. Que bueno, también se siente en Praga o más que la seguridad, la vulnerabilidad de ser mujer y que te puede pasar algo por ser mujer, es decir, que te metan la mano, que te digan cosas. Eso también incluso en Praga era un peligro en la medida en que por más que sea un espacio seguro, el patriarcado está por encima de todo. Entonces sí, acá en Lima sí me sentía más insegura por eso, porque eso de que te violen o que te metan la mano o que los cobradores que te dicen cosas así desagradables, invasivas de tu intimidad, eso era lo que me costaba más asumir o lidiar, convivir con eso. Eso era lo que más me complicaba. Pero como te digo, como en mi casa no había machismo ni nada de esas cosas en ese sentido. Y además, bueno, ya en este momento todas éramos mujeres, mi mamá, mi abuelita y yo. Ya. Este… es que también hay una cosa de familiar que hay como matriarcado en mi familia, que algo debe pasar psicológicamente que no lo puedo identificar. Pero la mayoría, el 99 % son mujeres solas. O sea, no hay esto de nunca ha habido esta sensación de que a pesar de que pueda ser mujer sola, eso se convierte en una carga, sino que nosotros podemos solas. Y mi abuela estaba sola, mi mamá estaba sola, mis tías varias, no todas, varias solas. Bueno, actualmente yo solamente tengo una prima que está casada, el resto estamos todas separadas y solas. O sea, no sé cómo puedo expresarlo, no sé cómo puedo entenderlo. Pero es algo así como que la presencia masculina no está muy presente. Y es como que nosotras, por cómo se ha venido la vida, hemos tenido que cubrir esa presencia masculina, ya sea económicamente o emocionalmente, a nosotras mismas y a nuestros hijos.

Tamia

Y tú llegas en el 93 y todavía sigue el conflicto. ¿Tu papá cuándo regresa? ¿Más adelante?

Kusi

No, no, no. Nosotras regresamos en el 90, mi papá regresa en el 91. O sea que igual en medio de. Sí, y este, ya estaba como más replegado el asunto contra él, ¿no? Ya no sentíamos como la amenaza puntual contra él, porque como ya él había estado en otra. Pero si era una constante, bueno, la inestabilidad económica, no tenía trabajo y tuvo uno lo sacaron Me acuerdo que consiguió una cosa en el Gobierno Regional de Junín y luego porque había puesto que eran región. ¿No sé cómo eso de la región ha ido y venido, ¿no? Entonces la cosa es que en un momento que justo se les enganchó, deshicieron las regiones, entonces se quedó sin trabajo. Y creo que sí, creo que fue algo así, justo cuando deshicieron y ahí él se quedó sin trabajo. Entonces eran cosas así. Entonces mi papá, un momento, como acá no había nada, se tuvo que ir a vivir a Miami, donde vivía mi tía, su hermana. Estuvo un año ahí trabajando en esas cosas precarias que trabajamos los latinos allá. Y luego volvió también estuvo bastante tiempo sin trabajo y de ahí ya concursó a la universidad. Pero ya en ese momento ya no había partido prácticamente. Entonces ya su ejercicio político era prácticamente nulo, porque no había ya casi nada. Ya todo lo que tuviera que ver con izquierda estaba súper mal visto, súper estigmatizado. Casi no había ya miembros del partido, serían tres y porque el resto ya habían fugado. Ya es la crisis más aguda del partido. Entonces ya casi no había ejercicio político de parte de él. Entonces este, nada, ya empieza a caer Sendero, ya es como que ya todo se va, como que es un momento que se suelta todo. Y también pasa esto que te dije, que ya archivan la investigación o juicio que tenían contra él y ya es como que ya es un momento de que se liberan esas cosas que tienen que ver con el conflicto armado.

Tamia

¿Pero y tú lo sentías acá en Lima mientras estudiabas? O sea, ya no tan directamente tal vez hacia tu papá, pero tú lo sentías en tu vida cotidiana, ¿o no?

Kusi

No.

Tamia

Porque bueno, digamos formalmente el conflicto es hasta el 2000, digamos, y han seguido habiendo, digamos, atentados y todo. En el 93 ya bajan, pero esta etapa.

Kusi

Yo, para serte sincera, yo sentía más fuerte casi hasta que cae Abimael, porque era eso pues, que me acuerdo que en el colegio siempre era esa cosa de que a cada rato había bombas, pues, ¿no? Y también eso de que en el colegio a veces había esos paros y a [nombre del director de su colegio] no le importaba. Entonces si había ese temor de un coche bomba, de un sobre bomba, de que podías pasar por cualquier lado y te podía caer algo, ¿no? Pero ese temor, ¿no? De que en ese momento se puso tan fuerte acá en Lima, porque bueno, en el resto del Perú ya había sido el triple de fuerte. Y sí me daba miedo porque además yo no tenía estas comodidades que podían tener otras personas de que su papá les iba a recoger en su carro o su mamá, ¿no? Yo digo, nosotros no teníamos plata, no teníamos carro, no teníamos nada. Entonces yo sola tenía que vérmelas y tenía que cuidarme sola, no solo de las cosas de un violador, de un metemano, que se yo, sino también de que el sendero en algún momento me daba la vuelta y me podía caer algo. Ese temor sí siempre había, hasta un poco después de que cayó Abimael. Pero ya después, hasta como mencionas, como hasta el 2000, yo no lo he sentido tanto así. En la universidad si había este contacto, como que he tenido contacto con personas que han pertenecido a Sendero, pero ya siempre bajo esta mirada de que estaba mal visto y con la vergüenza de ellos, ¿no? De que, de que bueno, por ahí no va, ¿no? Pero sí, sí, sí, sí, sí estableces relaciones con personas que han sido Sendero, que tenían familiares presos, que, que directamente les había tocado más directamente, o sea, en la medida en que eran miembros de… Pero no era una atmósfera, digamos, o sea, contaban, ¿no? Pero ya también yo estoy en un momento, yo entro a la universidad en un momento en la que estaba intervenida, no había forma de mover un dedo sin que te cayera un soldado encima, ¿no? Entonces, pero sí contaban de cómo había sido antes. Y claro, felizme… yo prefiero que esté intervenida, o sea, suena horrible también que esté intervenida, pero antes era horrible, yo no hubiera podido estudiar. O sea, era permanente que entraban a las aulas empezaban a arengar, te obligaban, qué sé yo. En San Marcos era bien difícil. No tengo idea cómo podían terminar de estudiar así. Porque además también no solo intervenían permanentemente, o sea, se metían e irrumpían en las aulas. Era común. Alumnos también que eran parte de. Había profesores… y ya me perturbaba el asunto. Yo tenía un profesor que era muy bueno, posiblemente uno de los mejores profesores que haya tenido, que eran muy pocos, de un curso que a mí me encantaba, que era filosofía de la historia. Sabía un montón, un montón este señor, pero era claro que era… No sé si habría llegado a pertenecer, no creo, porque nunca se supo que lo cargaron y nadie. En esa época era bien común que el que más o menos tenía, incluso los que no tenían se los cargaban, pero él nunca. Entonces me hacía pensar, pero. Pero él hablaba así desbocadamente en las clases, de que sí, que la lucha más, que no sé qué. Entonces me acuerdo que me molestaba, o sea, me ponía de mal humor. Yo salía irritada de la clase cuando él le hablaba eso. O sea, cuando no hablaba yo era feliz. Me encantaba la clase, aprendía un montón, me encantaba escuchar todo lo que él sabía, porque sabía un montón y me gustaba ese curso. Pero cuando empezaba a hablar de Sendero, de no sé qué cosas, ya no lo soportaba, me irritaba.

Tamia

¿Y por qué sientes que salía esta irritación?

Kusi

Porque justificaba las muertes. Justificaba que, o sea, casi, casi como que no tenía nada de malo que haya pasado, todo lo que pasó. Y no era un juego, pues, porque el país había estado destruido. ¿Entonces, cómo justificas esas cosas? Tanta… Sobre todo, a mí lo que más me duele en verdad, es lo que pasó con los campesinos. Eso es lo que a mí más me duele. Ni siquiera puede ser horrible lo que voy a decir… pero lo Tarata… Todas esas cosas son horribles. Pero lo más canalla para mí es lo que han hecho en las comunidades. O sea, no hay forma de justificar que hayan hecho lo que han hecho en todas las comunidades campesinas. Eso no tiene nombre. Porque los campesinos, donde sea que vayas, son la punta más vulnerable que hay en una sociedad. Esta es una sociedad que lo último que va a validar es quien nos da de comer, y ellos nos dan de comer. Y que hayan hecho eso con personas así, para mí es una cosa que no tiene nombre. No hay. Me parece imperdonable entonces que hable tan alegremente de así, cuando han muerto personas, no solo muertos, sino que han sido violadas, han sido torturados, desmembrados. Hay historias atroces. ¿Cómo puedes hablar como que eso estuvo bien, estás loco? No, todo eso a mí me sacaba de quicio y salía molesta, pero también era incapaz de decirle al profesor, ¿no? Además, en esa época también era todo mucho más vertical, incapaz de yo cuestionarlo y me iba a sacar la mierda y me iba a jalar y entonces salía con esa impotencia, movida y me molestaba.

Tamia

Y este, no todos saben lo que pasó en las comunidades. ¿Tú cómo llegaste a saber eso? O sea, tú has vivido en Huancayo de chiquita, pero has pasado en Lima, has estado fuera del país, pero ¿cómo llegaste a conocer eso que en Lima generalmente se dice que las personas de Lima no conocían?

Kusi

Bueno, mi mamá me contaba y luego las personas que trabajaban en la casa nos contaban. O sea, todas, todas las personas que han pasado por la casa tenían una historia, cada una más terrible que la otra. Y todas venían de comunidades ni siquiera tan chicas, ¿no? De pueblos un poco más grandes en los que les obligaban, entraban, hacían cosas atroces, todas, todas tienen una historia así. Y a mí todo eso me partía el alma, me parecía inconcebible. Y luego ya te empiezas a informar de que van saliendo las fosas en la que tanto han intervenido los senderistas como los militares. Los dos bandos son cada uno más otros que el otro. Esas cosas son inconcebibles, no las puede justificar bajo ningún punto de vista.

Tamia

Y la universidad está intervenida, como dices tú. ¿Cómo has sentido eso? ¿Cómo lo sentiste mientras estudiabas?

Kusi

Sentías como que como que había una presencia ahí oscura, estaban los tanques, los soldados, siempre. Y. Esa presencia era como que básicamente te hacía entender que no podías hacer otra cosa fuera de lo que tenías que hacer. Podías cuestionar una que otra cosita, pero nada más, ¿no? Porque ya te podían caer. O sea, daba miedo, esas presencias daban miedo. Y este y bueno, también nosotros somos, nuestra generación es parte de esto de que a pesar de que yo vengo del colegio que vengo, eso también es más como aparente, porque en verdad sí es real que siempre había verticalidad respecto de los profesores. Entonces yo de repente en el colegio podía un poco tener un poquito más de libertad en decir, pero no, no sé qué, pero igual no me iban a escuchar. Pero en la universidad no había forma, a ninguno de mis profesores le importaba si estaba bien, si estaba mal, si me jalaba, me jalaba. No les interesaba si había entendido. O sea, era una situación totalmente vertical, de una lejanía completa respecto del alumno profesor y yo era más bien tímida. Entonces yo no entendía cómo, o sea, no sólo no entendía, sino no concebía este acercamiento que podían tener algunos alumnos con los profesores porque yo ni siquiera sabría qué decirle a un profesor, o sea, para conversar un poco más. ¿Qué le voy a decir? No tengo nada que decirle. Entonces siempre sentía así la relación con mis profesores. Entonces no. Y bueno, no era bonito.

Tamia

Igual tú pasas, o sea, hay una diferencia entre lo que has contado de tu mamá y tu papá estudiando en un ambiente en el que ellos podían ser, o sea, tenían como una identidad política y actuaban políticamente dentro de organizaciones. ¿Eso cómo lo has vivido tú? ¿Cómo lo sentiste en la universidad? ¿Alguna vez te interesó?, ¿no te interesó?

[Pausa]

Tamia

Te preguntaba esto de la diferencia entre los años de estudiante, de tus padres, que eran parte de una organización política y todo, cuando estabas en San Marcos, que además estaba intervenida, pero no sé si tú también tenías esos enganches políticos. Cómo veías tú la política cuando eras.

Kusi

La política en mi casa, a nivel de mi familia, tanto paterna como materna, es muy importante. O sea, es como que parte medular de las conversaciones cotidianas. Lo que más vas a hablar es de política, de lo que está pasando políticamente. Es casi prioritario, tanto de la parte de papá como de mamá. Pero yo, a mí me gusta, me gusta saber, o sea, yo siempre estoy informada porque me interesa, a pesar de que hay momentos en que ya no quiere saber nada porque todo está tan feo. Pero siempre, siempre, siempre me he mantenido informada o medianamente informada de lo que pasaba políticamente. Porque, además, hasta cierto punto me gusta.
En algún momento yo pensé estudiar… me habría gustado estudiar ciencia política, sino que en mi época no había, había derecho y ciencia política y derecho sí, no me gusta. Pero si hubiera habido ciencia política sola, yo hubiera estudiado ciencia política, pienso. Me gusta la política, pero… y siempre he tenido mi posición política. Yo creo en la igualdad, creo que debemos vivir en una comunidad donde todos deberíamos tener las mismas oportunidades. En esas cosas son como la base de las cosas en las que yo creo. Pero también cuando estaba en la universidad me daba cuenta de que definitivamente ya no podía pertenecer a ningún grupo político. No había como… como que ya también es ese momento de las crisis de partidos en las que empiezas, empiezas a un poco darte cuenta, porque de repente siempre yo me da cuenta, porque de repente pienso que de repente siempre fue así, de que no es que los políticos y los miembros de los partidos tuvieran un, digamos, un interés particular por el ideal que están buscando de sociedad, sino por intereses personales. Entonces eso me molestaba mucho, el oportunismo, la viveza, eso me hacía desanimarme de cómo buscar algo que me fuera a enrumbar en determinado grupo político. Para mí lo que yo más veía era eso, que había mucho oportunismo, mucho… Por ejemplo, ahí en San Marcos, en mi facultad había un montón de poseros que era bien evidente, bueno, evidente para mí, porque cuando yo les decía otro, creo que no se daban cuenta, pero era evidente que más era el figuretismo que la identificación por un genuino convencimiento de ciertos ideales. Entonces eso ya para mí eso genera un inmediato rechazo. Entonces ahí también radicaba un poco este descontento que yo tenía con la universidad, que no encontraba digamos, espacios que puedan acogerme tanto amicalmente como de ideales, de pensamientos políticos. Por eso nunca me hallé, no, no, mis amigos, o sea, digamos mis compañeros estaban en otra, eran bien tontos, eran infantiles, no sé, pues dos, tres pensarían un poco en lo que yo, pero no había, no había esa atmósfera que podían haber encontrado mis papás en su tiempo. Entonces… Eso era también parte de mi descontento, para nada me hallaba, ni de una ni de otra forma.

Tamia

¿A ti te hubiera gustado que haya algo?

Kusi

Sí, me habría gustado, me habría y también yo siempre cuando era joven anhelaba esto de pertenecer a un grupo de amigos. Yo decía: ¿por qué yo no pertenezco? ¿Por qué yo no tengo un grupo grande de amigos con los que pueda compartir unas fiestas, unas salidas, que se yo? Pero luego ya me he dado cuenta que yo no estoy capacitada para tener eso, porque yo también soy pesada, porque yo pues de 50 personas me caen dos, pero eso ya me he dado cuenta ya vieja, no, sería imposible que yo pueda pertenecer a un grupo, porque de verdad, de 50 personas yo puedo escoger a dos que me gusten, el resto siempre algo me va a molestar, entonces no tengo esa capacidad para tolerar cosas de los demás que yo inmediatamente puedo calificar como imbécil, esto es un esto no tengo esa forma de ser. Entonces, pero sí era como un pendiente que yo he tenido años, ¿no? Recién lo he entendido pues ahora 10 años, pero todo ese tiempo para mí era como que “por qué yo”, ¿no? Y evidentemente en la universidad jamás habría encontrado nada.

Tamia

Igual teniendo amistades o conexiones, hubiera podido por lo menos conversar sobre temas que a ti te interesan, que tienen que ver con política, y eso no lo encontraste

Kusi

No. Encontrabas una polític… Sí había personas interesadas en la política eran más por oportunismo, por figuretear, por esto, ¿no? No por un genuino convencimiento de que yo quiero aportar a un cambio. No, nunca vi eso.

Tamia

Y la intervención, o sea, esta presencia oscura, ¿no? Pero entonces no ha tenido que ver con que tú seas activa políticamente.

Kusi

No era, no era real, o sea, no, no encontraba algo que fuera, digamos, sincero. No, no había.

Tamia

Y este, bueno, has estado entre el 96 y el 2004… años de universidad, en cinco años. ¿Y este, y cómo fue hacer tu carrera? ¿Tú estudiaste historia, no es cierto? Ya, tú dices que los profes no se ocupaban mucho, pero ¿qué sientes acerca de lo que aprendiste? ¿Te ha sido útil?

Kusi

Yo siento que no aprendí nada. Yo siento que todo lo que pude haber aprendido momentáneamente puede haber sido de memoria por la inmediatez de las evaluaciones, pero así viéndolo en el tiempo. Por ejemplo, hace unos años, unos tres años, hice un diplomado de docencia universitaria y me di cuenta que yo no aprendí nada, que yo estaba totalmente perdida en el sistema universitario y que prácticamente he tenido que ser autodidacta. A mí nunca me han orientado en nada, o sea, el sistema universitario, por lo menos en mi época y en esa universidad, era así. O sea, por ejemplo, yo veo que ahora hay introducción a la vida universitaria. A mí me habría encantado porque yo casi, casi como que llegaba así a otro planeta, escuchaba y entre además que tengo esto que a veces escucho y no escucho, me desconectaba rápido y si es que, con más razón, si es que estaban hablando tonterías. La mayoría de los profesores son bien mediocres, entonces pocos son los que me han aportado a mi conocimiento real. Entonces yo de verdad siento que, por ejemplo, a mí todo el mundo, o sea, yo digo que soy historiadora y todo el mundo puede pensar aquello me sé la Guerra del Pacífico de pe a pa o la independencia o los incas, que yo no sé nada, no sé nada. Lo poco que sé lo he aprendido después. Y hay muchas cosas que no sé nada porque siento además que las currículas no aportan a que uno, o no aportaban en el momento que yo estudiaba a que uno tuviera un aprendizaje consciente, sino que era más un aprendizaje mecánico, un aprendizaje demasiado como tradicional, que no, que no hace que el estudiante en realidad interiorice lo que está aprendiendo. Entonces yo, yo aprendí bien poquito, bien poquito, a pesar de que no era una mala estudiante. Lo que pasa es que yo siempre he tratado de cumplir, cumplo, cumplo, cumplo. Y como te digo, si en algún momento me sacaba buena nota o qué sé yo, que también en San Marcos es difícil, esa es otra de las cosas que, por ejemplo, en las universidades particulares es bien fácil que te pongan un 16, un 17 en las universidades del estado. Eso es ganarte la lotería, ¿no? Pero yo siempre, yo todo mi esto trataba de cumplir y pasar. Entonces eso, eso siento que tengo un vacío enorme respecto a todo lo que debería saber y no sé.

Tamia

Después te has licenciado, hiciste tu tesis, esto lo pusiste como un hito importante para ti. Sí, porque era algo que tenía que hacer definitivamente. No me habría quedado tranquila sino… era como cerrar el círculo. Y además yo ni bien egresé, trabajaba, así como ayudante de investigación con varios investigadores un poco que un año, por ejemplo, lleno estaba en eso y no avanzaba mi tesis. Y mi papá me dijo ya, este, ya no vas a trabajar, tienes que hacer tu tesis y ya. Entonces en el sentido de que no necesitas buscar dinero, yo te voy a dar todo y tienes que hacer tu tesis, yo te voy a pagar todo. Y ya pues me dediqué a hacer mi tesis. Mi papá es el que me asesoró. Yo no busqué asesor de ningún lado, todo lo hacía con mi papá. Y ya cuando yo tuve la tesis lista, fui a la universidad y dije aquí está mi tesis, asígnenme a quien quieran que me revisen y ya. Y así fue.

Tamia

¿Y acá has seguido viviendo tú con tu mamá, con tu abuela?

Kusi

No, mi abuelita falleció en el 2002.

Tamia

Y este y bueno, igual fue pasando el tiempo y es como dices que fue pasando el conflicto en la universidad, estaba la presencia de los militares, estaba Sendero y ya después fue como quedando un poco atrás ese temor y esa violencia que viste más, sobre todo de chiquita.

Kusi

Y que luego también esto coincidía, o sea, porque también, o sea, sí es cierto que todos los 80, parte de los 90 era esta bruma senderista horrible sobre, sobre el país, pero también estaba la bruma horrible del fujimorismo. Y ya justo cuando yo estaba terminando la universidad, cae Fujimori, ¿no? En noviembre del 2000. Pero yo ya estaba salida, entonces a mí ya no me importaba nada, yo ya quería irme de la universidad y si tomaron mi facultad, me llegaba altamente. O sea, yo ya, yo quería irme. Entonces, este… pero también al mismo tiempo era este Alivio de ya se fue este desgraciado. También eso, eso es lo que sentía. No solo era sendero, también fue el fujimorismo, que era como la cosa fea que tenía el país y que felizmente ya también se iba.

Tamia

Porque en esta época también, bueno, desaparecen estudiantes y todo.

Kusi

Claro, bueno, ya cuando yo entro a la universidad, no. Esto de La Cantuta, esas cosas fueron antes, ¿no? pero claro, o sea, siempre había esos relatos que te cuento que decían que se estudiaba así, se hacía basada, que pasaban esas cosas. Algunos profesores que se los cargaron, por ejemplo, [nombre de su profesor ] se mataba de risa, este profesor que te digo se mataba de risa. Que había un otro profesor [nombre de profesor], que nada que ver porque se lo habían cargado una vez y se moría de miedo. Esas cosas eran bien relatos cotidianos.

Tamia

Entonces el fujimorismo también era como una presencia…

Kusi

Fea…

Tamia

¿Cómo le pondrías un adjetivo?

Kusi

Como de terror también. O sea, era otra parte del terror, la cara del terror de parte del estado que tampoco dejaba vivir tranquila, no nos dejaba tampoco a través de sus formas dictatoriales, no había institucionalidad, no había nada pues, ¿no? Eso también era feo. Y al mismo tiempo, a partir de la caída de Abimael, ya todo lo que tiene que ver con “rojo” se convierte en una estigmatización fuerte. Entonces, cuando mi papá postula para ser nombrado en La Cantuta, el hecho de haber sido, de ser una persona izquierda fue también una traba porque fue un año entero que no le validaron su nombramiento y que le tuvo que apelar a otras instancias. Y eso era parte del fujimorismo también. Eso también para la familia fue difícil porque no teníamos pues comida y era parte de lo que el fujimorismo hacía.

Tamia

Y el tema de tu papá, bueno, está este estigma, ¿no? ¿Pero ya no había, seguía el temor de que algo le pudiera pasar o…?

Kusi

Ya no, ya no.

Tamia

Entonces después tu papá fue profesor de La Cantuta y después ya fue más, mucho más adelante rector.

Kusi

Sí, fue primero decano y después fue director de la escuela de posgrado y después ya rector.

Tamia

Entonces acá, acá aparece otro hito, [nombre de su hija], me quieres contar cómo fue eso, ¿cómo cambió tu vida?

Kusi

La maternidad era algo que yo siempre anhelaba. Yo de chiquita quería tener seis hijos y entonces no tengo la menor idea, supongo que yo me sentía sola, como era la menor y siempre estaba sola, ¿no? Estaba mi papá, mi mamá tenía que estar ocupada en la casa, mi hermana no me tenía paciencia. Creo que por ahí puede venir, ¿no?

Tamia

Pero nunca hubo como una impronta de tu mami, por ejemplo, de ah, bueno, hija, te vas a casar, vas a tener tus hijos.

Kusi

No, no, no había, no era así. Era yo que me generaba esas expectativas de tener hijito, casarme y este y entonces yo siempre había querido ser mamá, siempre, siempre, siempre estaba. Y tenía también dentro de este porque yo ahorita lo interpreto como una desorientación en realidad, de no darme cuenta de que en realidad yo tenía que vivir mi vida y no para otros, por más que sea mi hijo. O sea, yo ahorita que soy mamá, obviamente me doy cuenta de que sin [nombre de su hija] mi vida estaría coja, que es importantísima para mí, que de todas maneras la volvería a tener 1000 veces, pero solamente a [nombre de su hija], no podría tener más hijos. Y este, pero también dentro de esta desorientación está esto de que ya también se me pasaba el tren y yo tenía 26 años, 27. [risas] Es una locura ahorita escuchar eso, pero en mi cabeza en ese momento era así. Entonces de mi cabeza era mi cabeza, no tanto de mi familia, la verdad.

Tamia

¿Y de la sociedad?

Kusi

De la sociedad sí, también. O sea, de hecho, claro, hay cosas que socialmente de todas maneras me han impactado. Por ejemplo, nosotras somos de los 90, y en los 90 había que ser esquelético. Eso lo tengo.

Tamia

Esquelética

Kusi

Esquelética, claro, los hombres, no nosotras. Y si yo hasta ahorita no consigo la gordura, esas cosas, sí tengo un problema. O sea, si hubiera estado, pienso que, si hubiera estado un poco más loca, habría tenido anorexia, bulimia, pero no puedo engordarme, me perturban esas cosas. Si me perturba y está dentro de mi estereotipo muy interiorizado que hay que ser flaco. Entonces, dentro de esas cosas que yo tenía desde que tenía que ser mamá, no tan vieja, que se yo, que me pasaba el tren, ya me embaracé de [nombre de su hija] y pero para mí, y en la medida en que yo soy la menor y nunca había convivido con bebitos, yo solamente yo lo que siempre había, lo que sí me había pasado mucho es que a mí me encantaban los niños. Un montón de veces había tenido niños a mi cargo. O sea, una tarde esas cosas, mis primitos, mis sobrinitos, cositas así, amiguitos, ¿no? Pero no un bebito a cargo, que era mi hijo, además. Entonces yo no sabía cambiar un pañal, no sabía cambiarle la ropa, no sabía nada, llegaba en cero. Y fue sumamente duro para mí. O sea, hay gente que dice ya me olvidé, no hay forma de que yo me olvide de eso, no me voy. Me acuerdo de cada hora, de cada día, de cada todo. Para mí fue durísimo ser mamá, durísimo. He sufrido mucho. El embarazo lo pasé perfecto, mi parto fue perfecto, rápido, un parto rápido, un parto con los maltratos que tiene la salud pública, pero fue rápido. Felizmente nació [nombre de su hija], yo estaba feliz, pero esa felicidad se me fue a las 24 horas cuando empiezan a llorar. No sabes qué pasa, pasa, no sabes que tú hasta el día de hoy no sé qué cosa quería mi bebita, ¿no? Porque lo dicen ay, las mamás saben identificar cuando es leche. Yo no sé nada, ¿qué querría? No tengo la menor idea. Mejor dicho, era mi intranquilidad, no era yo que estaba tan nerviosa. Porque en verdad yo tuve depresión postparto, estuve un mes en una depresión fuerte y que espero felizmente eso no impidió que yo le pueda relatar a mi bebita, que yo pudiera… y siempre tuve el apoyo de mi familia. Mi papá no era el más feliz, pero siempre me apoyó.

Tamia

¿En qué sentido?

Kusi

No estaba contento de que yo me case, de que yo tenga mi bebé, no estaba contento. Tenía otras expectativas más académicas para mí y este… pero a pesar de eso, él siempre me ayudó económicamente.

Tamia

O sea, él pensaba que casándote teniendo una bebé ya no ibas a poder…

Kusi

Desarrollarme. Sí, porque yo supongo que él me habría escuchado decirle yo quería 80 hijitos, ¿no? Y yo me acuerdo claramente que antes de casarme él me dijo olvídate de tener tantos hijos. Me acuerdo clarísimo que me dijo eso y yo no entendí [risas], pero claro, yo ahora lo entiendo. Y este bueno, llegó [nombre de su hija] y este obviamente si no hubiera tenido la ayuda de mis padres, no habría podido, porque mi papá me ayudaba económicamente y mi mamá estaba ahí siempre con mi bebita ayudándome en todo. Pero para mí sí, el primer año fue durísimo, porque a pesar de que mi mamá me ayudaba bastante, tampoco es que todo le endilgaba a mi mamá. O sea, creo que yo habría querido, pero mi mamá sabiamente no me lo decía. Pero era tácito, que este es tu bebé y te tienes que encargar. Yo me aterraba de quedarme solo en la casa, cosas así. Para yo era como una niña, mejor dicho, era una niña con una bebita, entonces me moría de miedo y me costaba un montón y sentía que estaba en una cárcel porque tampoco es que podía salir. Yo sentía que no podía salir siempre, que ya no podía ser mi vida como antes y que porque, además, como yo estaba tan nerviosa, [nombre de su hija] lloraba de cualquier cosa. Si yo cambiarla en la calle, era un chongazo. Esas cosas que hay bebitos que son más tranquilos porque sus mamás están más tranquilas. Mi bebita no era una bebita tranquila.

Tamia

Me parece una pregunta un poco más personal, pero ¿por qué sientes que tú lo viviste tan nerviosa?

Kusi

Porque tenía miedo que le pase algo.

Tamia

¿Tenías ese temor así?

Kusi

Sí, sí, yo tenía miedo que o que… esté que hasta ahorita tengo, ¿no? Que esté mal de algo. O sea, soy así, creo. Porque, por ejemplo, ¿ahora con el perrito yo decía será normal esto? Inmediatamente me dan. Entonces por eso yo tampoco quiero hacerme más responsable, ¿no? Porque ay no, va a tener algo y yo ay, no puedo hacer con esto, ¿no? Entonces tengo eso que creo que de repente de mi mamá que se hace un mundo por cosas así un poco más cotidianas. Porque, por ejemplo, cuando [nombre de su hija] se enfermaba, para mí era atroz. O sea, ya solo sentir algo y ya pucha, ya me fregué. Cuando en verdad tenía que tomarlo más tranquila. Era cosa de ir al médico, pero para mí era no, un mundo y todo. El primer año fue lo más duro todavía más duro, ya. Porque [nombre de su hija] no era una bebita tranquila, era bien inquieta, se tiraba, se caía 1000 veces, era complicado. Ya después al año ya para mí fue más tranquilo. Era una bebita bien tranquilita. Sí, tranquila, ya no molestaba, nunca tenía problemas con el destete, más bien ella me choteó. O sea, era tranquila. [nombre de su hija] era una niña muy buena.

Tamia

Mira, por algo no has mencionado el papá de [nombre de su hija].

Kusi

Sí, no existe.

Tamia

No, tocamos.

Kusi

No, si quieres lo tocamos. Pero es una persona que no ha hecho nada. No nos ha aportado nada, no se ha hecho cargo de su hija hasta el día de hoy. No existe para ella. No lo conoce. Él no tiene interés de conocerla. [nombre de su hija] tampoco. Yo le he preguntado si quiere conocer a su papá. Y como te mencioné antes, he tratado siempre de que ella no sienta esto de que su papá nos hace falta, su papá no nos hace falta. El que se lo pierde es él, no nosotras. Yo puedo sola con todo, con los 3000 errores, 3000 millones de errores al día. Pero es parte de. Pero no lo necesitamos a él para nada. Y porque si he visto, o sea, ponte en el colegio, ¿[nombre de su hija] no era la única niña que no tenía papá, ¿no? Que las mamás siempre mencionan esto como que es un pesar, como que les pesa. A mí no me pesó, más bien al contrario, creo. Y he tenido la suerte de que mi papá sea su papá. Porque mi papá asumió como un papá su rol literal, tanto económica como papá. Siempre que podía se escapaba para estar con ella. Hizo todo lo que no hizo con nosotras. Se iba al parque, la sacaba, la jugaba, se ponía de cabeza. Todo lo que [nombre de su hija] quería, él hacía todo, todo, todo.

Tamia

Bueno, hay un tema también, igual vamos a seguir con los puntos que has puesto acá, pero tal vez ahora que estamos en [nombre de su hija], ¿cómo ha sido criar una niña, una niña pequeña?

Kusi

Yo siento…

Tamia

¿Cómo has sentido que tienes que enseñarle algo de su género? O ¿cómo has sentido esa relación con el género, con este rol social asignado desde fuera, pero que al mismo tiempo uno reproduce sin querer o queriendo o consciente o inconscientemente cuando cría a una criatura?

Kusi

Yo siento que sea mujer, para mí es una bendición. Yo siempre he querido tener una niña y porque siento, como más afinidad con una niñita. Y este es esto que te decía, que es como que en mi familia hay como un matriarcado. Entonces es como una familia de mujeres solas que todas tenemos que salir adelante por nuestros propios medios, solas. Y este eso le enseñaba a ella, le he enseñado que, y ella se defiende bien, ¿no? También es parte de la época en que ella vive. En nuestra época podíamos quedarnos calladas, podíamos permitirlo, podíamos estar desconcertadas. Ellas ya no. Ellas con una cosa machista inmediatamente reaccionan. O por lo menos, no sé si en todos los espacios, pero en donde ella se desempeña, sí. Y ella no sabe claramente cómo está el mundo a nivel de género. Y creo que tiene las suficientes armas para para defenderse de eso. Y no, no se siente pues este porque mi familia no es así, ¿no? Esto de que de que, por ser mujer, porque si yo sí conozco otras, otras personas de mi edad que sí, en su familia, no, que eres mujer y tú no puedes qué cosas así. Pero en mi familia no pasaba eso. ¿Entonces, este no es una no es una traba, al contrario, es más bien como un plus, ¿no? Porque yo la siento como una compañera. Nosotras conversamos, nos contamos cosas. Ella es una chica muy que tiene mucho como un sentido común como muy definido, o sea, tiene mucha lógica. No sé cómo piensa muy bien las cosas, parece grande. A veces me hace darme cuenta de cosas que yo no me doy cuenta, ¿no? Y tiene eso, que es madura y es muy resiliente, que lo que toca, toca, pues no toca, pues no. Ella misma me dice así. Ella misma la muerte de mi papá la asume con más madurez que yo. Como te decía la vez pasada, a mí todavía me cuesta porque mi papá y [nombre de su hija] me dice así es pues que vamos a hacer. Es parte de la vida. Yo sigo como una criatura. ¿Por qué mi papá? Porque me pasan cosas malas. Es un inmaduro. Yo me doy cuenta que es inmaduro, pero no puedo superarlo todavía. Pero [nombre de su hija] me dice la vida es así, la vida es así. La vida no es todo un jardín de rosas. No hay cosas feas. Así es la vida. Si no hay cosas feas, como te das cuenta de lo bueno, de lo bonito. Y nada, como te digo, siempre hemos vivido sin este sentimiento de que nos falta su papá. Y lo de Susanita se lo contaba también. ¿Para ti fue duro? Sí. ¿Y ella ahorita dice en qué cabeza cabe tener hijos? Dice que no hay forma. Ahorita dice que no quiere tener ningún hijo, que de ninguna manera, que ella tiene que hacer sus cosas, que quiere vivir su vida, que no, que, además, este no, que no quiere tener hijos. Entonces volvemos a tu vida. Bueno, igual [nombre de su hija] va a estar ahí todo el tiempo, ¿no? Pero empiezas a trabajar acá, o sea, ya empiezas a combinar más bien maternidad con ayuda de tu familia. Pero, de todas maneras, cuando [nombre de su hija] tiene como cuatro años, entras al archivo del museo de Marina Núñez. Sí, cuando [nombre de su hija] cumplió un añito, yo empecé otra vez con estos como cachuelos de ayudar, pero era medio tiempo, una propina y ya después como creo que el 2008 entero si no tenía nada. Y el 2009 me sale este trabajito que pertenecía a la municipalidad de San Isidro, porque es una casa que queda en, en el Olivar, es una casa museo. Marina Núñez era una escultora boliviana que se casó con Falcón. Había dos Falcones, no me acuerdo, como si mal esposo de ella. La cosa es que uno es más famoso que el otro, escritores. Y el archivo era más de él, ÿ, o sea, sus papeles, todo eso había, porque lo de ellos son esculturas y lo del esposo eran papeles. Entonces entró esta gerente de cultura que tuvo esta intención de ordenar ese archivo. Y ahí trabajé con María, que es una amiga de la universidad. Empezamos así desde cero, o sea, era que nos entregaron unos gabinetes, todo desordenado y nada, ver todo desde cero y era es una cosa que no se sabe mucho. Ordenamos un montón, era un trabajo que era bien bonito. Me gusta ese trabajo. Y encontramos cosas bien bonitas porque es mucho de esta época, de los años del siglo 20, del indigenismo, una época que a mí me parece bien bonita. Había bocetos de humareda de Sabogal, encontramos varias así originales, cosas bien bonitas. Las ordenamos, tratamos de cumplir con todo y este y duró dos años. Y después, justo cuando ya iba a terminar ese contrato, me llamó [nombre de historiador]. Me llamó [nombre de historiador]para para ir a trabajar a la Comisión Bicentenario del Congreso y ya, o sea, terminé lo de Marina e inmediatamente entré ahí y este. Entonces yo lo conozco porque él hace investigaciones sobre historia y siempre lo ha ayudado en sus investigaciones. Y este él siempre supongo que me tenía un poco de cariño porque él decía que otras personas no le cumplían, que eran desordenadas. Por ejemplo, cuando nació [nombre de su hija] me llamaba y no puedo, estoy lactando esas cosas. Entonces yo siempre he tenido contacto con él hasta ahorita. Y bueno, gracias a él es que conozco a [nombre de ex congresista]. Y ya de ahí empecé a trabajar en el congreso. Después de que terminó la comisión, entré a trabajar en el despacho. Estuve ahí varios años. Después, a través de un amigo, me contactó un señor que es bien feo, pero bueno, que en ese momento estaba lo pusieron de jefe del Departamento de Investigación del Congreso y en ese momento el archivo pertenecía al Departamento de Investigación. Entonces él quería hacer un tenía un proyecto para digitalizar la documentación del archivo. Entonces ya me llamó y entré a trabajar al archivo. Estuve ahí como dos años. Después salí, después volví a entrar donde el doctor, después cerraron el congreso, después estuve enseñando, después vino la pandemia, estuve enseñando toda la pandemia y en el 21 regresé, pero ya esta vez a otra área, el área de redacción de actas, hasta septiembre. ¿Y cómo fue trabajar con [nombre de ex congresista], que tenía, no sé, tenía una visión política distinta a la de tu padre? De todas maneras, en realidad, al comienzo lo que pasa es que [nombre de ex congresista] se ha ido degenerando porque él en verdad, al comienzo era más como que se mantenía en el centro, pero entiendo que el devenir del país ha hecho que como que se decante todo de una manera más descarnada. Y entonces ya es como que ha pasado un momento en el que es el sistema mismo que está en juego. Entonces, si yo soy parte de como del sistema y el sistema me está enjuago, me voy a poner al otro lado. Ya no voy a inclinarme por cositas que pueden sonar mejores. Y cuando yo entré a trabajar con él, era una persona que no es casi nada de lo que es ahorita. Era muy amable, era hasta chistoso. Era, como te digo, más centrado políticamente más centrado. En ese momento era el gobierno de Alan y él era de la oposición más acérrima. Varias veces él subía así rojo de haberse perdido con los apristas, eso a mí me encantaba. Entonces en ese momento él no era pues lo que es ahora. Ya después con el pasado del tiempo sí, como persona ya iba, o sea, ya a partir sobre todo del 2016, mejor dicho, ya tomo esta otra postura más de derecha, más de extrema derecha. Y ahí ya me molestaba cada vez más. Pero no tenía opciones para irme en otro lado. Y además yo siempre necesitaba el seguro, entonces me tenía que aguantar. Bueno, y eso también, o sea, si te genera este sentimiento de ambivalencia, de que eres como parte de esta cosa fea, ¿no? Pero que como no tengo muchas opciones. Además, ser historiador es lo más difícil que puede haber dentro de las ciencias sociales. Yo me he dado cuenta que es lo más difícil. ¿No? Es bien difícil. La mayoría de historiadores se dedican a la docencia y a mí no me gusta enseñar. Ya me di cuenta que no sirvo para eso, no me gusta. Y es eso, laboralmente para mí es bien complicado. Pero ya en los últimos tiempos eso se hacía más feo porque ya va siendo menos tolerante a las cosas. Como te decía la vez pasada, es un ambiente súper machista, hasta misógino. Todo lo que dices no sirve, o si no sirve lo dices porque estás loca o él es la neurótica. Para ellos es normal que las mujeres atiendan a sus maridos, ese tipo de discursos o sin contar con lo que hablan políticamente, que les parece normal que maten, que hayan matado a esos indios terrucos. Entonces esas cosas ya no me cada vez me generan más rechazo, no las puedo aguantar y hablar y decir algo en contra, ya inmediatamente eres la loca y ya te miran mal. Es un ambiente bien feo y que cada vez se ha ido poniendo peor. Es como es represivo. Ah, completamente represivo. Es la antítesis de lo que teóricamente debería ser el parlamento. Porque, por ejemplo, lo que yo sí agradezco a la vida es que yo he podido ver a través de la documentación del siglo 19, de cuando se genera el estado peruano y por ejemplo, ellos son tan brutos que ni siquiera tienen la capacidad para destacar eso. Cuando se habla del primer poder del Estado, realmente el Congreso sí es el poder primero del Estado, pero no es el primer poder del Estado para hacer lo que les da la gana, sino es el primer poder del Estado porque de ahí surge el Estado peruano. Tú puedes ver en la documentación cómo se va armando todo el Estado peruano. Es el Congreso el que arma las instituciones, los ministerios, todo genera la estructura del Estado peruano a raíz de la independencia. Eso es una parte bien interesante, bien bonita y que obviamente nadie la rescata. No es ese Congreso que tenemos ahora. Además, nosotros siempre hemos sido una república presidencialista, nunca. Y a pesar de que el Congreso durante muchas décadas ha tenido muchas más prerrogativas de las que tiene ahora, lo que pasa es que ahora la situación, digamos, política tuerce eso para que un poco la institución se comporte de esa forma, como dictatorial. Pero en realidad el Congreso siempre ha tenido mucho más prerrogativas de las que tiene ahora, sino que eran prerrogativas de las que no se abusaba como se abusa ahora. Y bueno, dentro también de esta cosa horrible que pasa ahora con el Congreso es de que posiblemente, bueno, debe saber que todos los archivos del país son un desastre porque no tienen este presupuesto. El Archivo General de la Nación no tiene ni local en un escándalo, ya que están mudando la documentación al costado de la playa, mañana en maremoto y adiós. Y los pagos de los trabajadores spaupérrimos, se trabaja un montón. Bueno, es una situación complicada en los archivos, posiblemente el único archivo del país que tenga el presupuesto que tiene es el archivo del Congreso. Y así y todo tiene la documentación hecha un desastre, no tiene la documentación ordenada, no tiene la documentación bien descrita, no tiene la documentación ni siquiera bien conservada a pesar de tener el presupuesto que tiene, sino que yo lo he visto, el archivo del Congreso tiene es como el botadero del personal que nadie quiere. Entonces ahí tú ves todo, pero ni un historiador, ni una persona capacitada para decir esto, vacía, se asa. Y tienes los documentos, por ejemplo, en folders de plástico, que es una aberración porque el plástico humedece y peor en una ciudad como Lima. ¿Cosas tan elementales como esas que para cualquier archivero es elemental ellos casi casi que tocan el documento con un lapicero, eso es aberrante, cosas que son bien básicas, ya? Y bueno, y toda esa documentación está en ese estado, o sea, está destinada a la destrucción. Entonces el congreso, a pesar de poder hacer todo esto, de poder mantener e incluso hasta un poco empoderarse con esta historia que tiene, no lo hacen, pues su cerebro no lo no tienen esa capacidad a pesar de tener todo para poder un poco validar más la institución. No, no, todo es bueno y todo es un desastre. Todo es un desastre.

Tamia

Esas formas de ver la política, de hacer política hacia, hacia afuera, digamos, hacia buscar igualdad, hacia, mencionaste comunidad, ¿sientes que se mantienen en algún lado, que es posible, que tienen algún sentido en el presente?

Kusi

Sí, o sea, para mí siempre va a hacerme ruido y tener sentido cualquier cosa que pueda tener la intención siquiera de cambios. Nos queda absolutamente claro que esta no es la forma más humana de vivir, tanto sistémica como a nivel de país. Y este ya yo respecto de mis papás, o sea, en principio lo que puedo destacar más es una vez mi hermana le decía eso a mis papás y que obviamente yo lo siento completamente igual y que les agradecemos por eso, que es que el sentido que ellos le han dado a su vida, que nos han transmitido, es esto de hacer algo por el mundo. No es lo común que podemos ver en el resto de la gente que trabaja, consume, chupa y después trabajan, sino que hay un sentido de vida de querer hacer algo, no sólo por una trascendencia, sino por un cambio que pueda, aunque sea pues en tu cuadra, de cambiar las cosas que no están bien, de que no podemos normalizar todo lo que está mal porque no son poca cosa, a lo que mis papás siempre han querido, que es esta igualdad de oportunidades para todos, que es que todos tengamos pan, qué sé yo. Lo que le puedo incorporar ahora también es este sentido más comunitario que tiene que ver con las cuestiones, las formas de ver el sistema andino. Para mí todo radica en la cultura occidental, es occidente el responsable de todo, en el sentido de que es un sistema que en principio gira en torno a la individualidad, en torno al ego, en torno al egoísmo. Y eso es lo que finalmente… en torno a las cuestiones materiales. Y eso es lo que finalmente de alguna forma distorsiona cualquier ideal de igualdad de oportunidades para todos. Cualquier ideal de que todos, aunque sea un pan, lo partamos en 80. Es occidente el que tiene esa raíz, a mi parecer, distorsionada sobre lo que es el mundo. Y en ese sentido yo rescato todos los valores andinos, que son los sentidos de comunidad, los sentidos de que nosotros somos parte de la naturaleza y por tanto no podemos destruirla. Nosotros comemos gracias a la tierra y todo lo que tenemos es gracias a la tierra. Todo eso yo lo incorporo a este sentido de igualdad, de que todos tengamos las mismas oportunidades con la conciencia de que somos parte de la naturaleza, de que no podemos destruir la naturaleza, de que no podemos saquear, de que en nombre de la plata, no podemos ensuciar ríos, no vamos a tener agua que tomar, cualquier plata del universo no te va a valer no tener agua para tomar. Eso es lo que yo incorporo desde mi posición, en la que poco puedo hacer también, ahorita lo que puedo es hacer transmitir todo esto a mi hija, pero quisiera también tener y ver oportunidades para un poco tener una posición más activa. Hasta ahorita no he encontrado la oportunidad para eso.

Tamia

¿Y cuando pasaron las protestas y los asesinatos del 22, del 23, qué es lo que sentiste? ¿Qué pensaste?

Kusi

Sentía mucha impotencia, estaba muy molesta porque además estaba en el congreso y era como que esta cosa que te digo que hasta me sentía o sea, soy parte de esto que también apoya, apoya estas cosas que en verdad tienen una raíz más racial, que no importa matar a indios, no importa, porque finalmente están defendiendo también a otro indio. Todo eso me hacía pensar que no hemos avanzado nada, que es como si estuviéramos a nivel de ideas cuando yo nací, que se decía “indio de mierda” y cosas por el estilo, porque ahora de repente no se verbaliza, pero si se piensa igual, “que importa que se mueran si eran terrucos”, o cosas así. Siento que como sociedad no hemos avanzado nada, porque no es posible que en pleno siglo 21 todavía, ya sabiéndose todo lo que se sabe, no es posible que pienses que existimos personas que por nuestra raza o por nuestra clase valemos menos. Y en ese sentido no me entra en la cabeza que se pueda matar solo porque piensas distinto. O sea, igual yo sé que no son senderistas, igual si hubieran sido senderistas tampoco tienen por qué ser matados así. Nadie tiene derecho a matar a nadie, y menos el Estado va a matar a sus ciudadanos. No hemos avanzado nada. Estamos en realidad como país debemos ser uno de los países más atrasados de Latinoamérica en casi todo, porque también en los últimos tiempos hemos retrocedido en género, en derechos de género, en derechos humanos, en todos los derechos también. Bueno, junto con eso, los derechos de los LGTBI, o sea, todo estamos, qué sé yo, pues 100 años atrás, no? No hay ninguna conciencia de nada, ninguna conciencia de nada. La gente está envilecida. Y lo que más bien prima por sobre todo es este sentido del consumo ilimitado, del crecimiento económico ilimitado, no? Escuché en algún… hay una… que no me acuerdo exactamente el nombre, de una argentina que menciona esto de que se piensa en un crecimiento económico así, que crece, crece, crece como un cáncer, como un tumor que no tiene cuando terminar de crecer, para qué? Y no se piensa en un bienestar real. Y justamente también este crecimiento ilimitado de todo lo económico, al final en realidad lo que está manifestando y reflejando es que en verdad lo que hay son vacíos emocionales y existenciales. La gente en realidad no tiene un sentido existencial de su ser, y eso lo está tapando con cuestiones materiales y de un consumo ilimitado.

Tamia

Ya vamos cerrando, con una pregunta que te deje un poquito como tarea, pero si no lo has pensado, igual después de conversar tanto, además, si la pensaste después de conversar tanto también, de repente es otra cosa de la que habías pensado. Bueno, después de contarme tanto, yo no he conversado tanto. Tú has vivido entonces un conflicto armado, me lo has contado con detalle, qué te gustaría transmitir hacia otras personas sobre esa etapa de tu vida? O sea, qué aprendizaje, no quiero decir aprendizaje, pero qué te nace de decir hacia afuera de ti, sobre haber vivido esa época?

Kusi

En principio lo más importante creo que es que es esto de que siempre se tiene que conocer, suena bien trillado, pero hay que conocer bien la historia, cómo ha sido. A mí no me sorprendería que en unos años vuelva a surgir otro sendero, en la medida en que como otra vez estamos en el estado en el que otra vez estamos, porque no hemos aprendido nada, porque casi casi todo se repite, porque no puede ser que maten así, con ese nivel de impunidad. Y para las personas que no han sentido directamente estos… es el conflicto armado de esta forma, creo que lo más importante es que se conozca mejor cada posición de todos los protagonistas, tanto de la parte de Sendero, de las víctimas, de los militares, de las personas que directa o indirectamente, como yo, hemos vivido ese momento. Porque sólo así, conociendo y teniendo una conciencia real de lo que fue y lo que significó para el país un momento así puedes comprender una sociedad como la que tenemos. Y en la medida en que comprendas más, interiorizas más todo lo que está mal, no sólo formalmente, porque claro, ahorita hasta hay penas por discriminación de raza, hay penas por discriminación de género, pero qué tanto ha calado y se ha interiorizado y se ha concientizado realmente de lo que eso realmente significa? Está ya penado el feminicidio, pero cada vez que ocurre un feminicidio, “ay pues, pero esta para qué va con ese hombre?” O sea, realmente todo eso solamente puede llegar a interiorizar esto con una conciencia verdadera. Cuando lo conoces, conoces todas las partes, conoces todo lo que pasaba, toda la realidad. A partir de eso es que realmente puedes tener una mejor perspectiva de lo que eso implica para el país y qué cosa, desde nuestra posición, lo poco o mucho que podamos hacer, pueda surgir de una manera más positiva.

Tamia

Eso tú le transmitirías a también.

Kusi

Sí.

Tamia

Y todas estas ideas, porque tu papá, siendo izquierda, creía en la revolución o creía era de una izquierda más democrática?

Kusi

Yo pienso que mi papá ha tenido a lo largo de su vida, ha ido cambiando su posición. Pienso que cuando era más jovencito, como era jovencito, podía tranquilamente haber pertenecido a una guerrilla. Y de hecho, él yo creo que sí creía en la revolución, pero no en una revolución senderista. Pero también entiendo que a medida que han pasado los años, él también ha madurado esa idea. Obviamente se ha dado cuenta de todos los errores que han cometido estos países socialistas, sin que eso implique que la otra parte también haya tenido responsabilidad. Y pienso que ya en sus últimos años lo que más pienso que en lo que más siempre él ha creído es en que tenemos que hacer un mundo mejor. No de repente a través de las armas ni a través de una revolución. Sobre todo, él se dio cuenta de que no hay forma de que él pueda hacer una revolución. Ni él, ni sus camaradas, ni todo el Perú juntos. El sistema es mucho más fuerte que todo. No lo podemos hacer. No lo pudo hacer. Pero sí queda esta como tarea pendiente de buscar las formas de cambiar esto. Eso sí, de todas maneras, estoy segura que él lo tenía en mente, que había que cambiar las cosas para un mundo mejor.

Tamia

¿Y tú?

Kusi

Yo pienso igual que él. Yo pienso igual que él. Definitivamente las cosas se tienen que cambiar, aunque no sea en esta vida. No sé si nos alcanza vida, porque como está el planeta y como no hay ninguna conciencia de que eso cambie tampoco. Pero definitivamente no nos podemos quedar así, no? Todo está muy mal.

Tamia

Y este o sea, él si tuvo, no sé, tu mamá, tu mamá también tuvo esas ideas como de revolución.

Kusi

Sí, también. Menos activa, menos, menos también por ser mujer, no? Menos protagonismo. Pero yo creo que sí, sí, sí lo estuvo. Porque también es algo que en algún momento yo conversaba con mi mamá de cuál es el ideal de sociedad. Porque en realidad siempre tiene que haber ajustes. Tampoco la perfección es el comunismo. Nosotros lo hemos vivido cuando todos somos asalariados del estado. También hay una anomia, hay un desgano, hay una hay una apatía, porque ya sabes que te llega… Siempre tiene que haber ajustes en todo. Y esos ajustes te los va dando en la realidad, porque vas aprendiendo de eso. Y lo mismo también en un caso así, pero no sabría. Me queda claro qué cosa es lo que no va a funcionar, pero cómo hacer un cambio radical? Desde mi punto de. Desde mi actividad, no las conozco. Pienso que podría, no sé, pues en una comunidad no sé, pero al mundo ya soy consciente de que no voy a poder.

Tamia

Y tiene que haber un cambio radical?

Kusi

No, sí, tiene que haber un cambio radical.

Tamia

Claro, radical en el sentido de que tiene que cambiar completamente. Pero tiene que ser de una manera radical o hay otras rutas?

Kusi

No sé si habrán otras rutas, no las conozco. No conozco otras rutas porque incluso a pesar de que hay estos cambios tipo la revolución francesa, nos queda claro que la estructura siempre está, a pesar de que siempre hay ciertos sectores que tienen el dominio y la hegemonía y también otra forma ya de las clases más de abajo, pero que al final en la práctica termina siendo lo mismo. Entonces, bien difícil. Pero pienso nuevamente que la raíz de todo es occidente.

Tamia

Ya, me querías contar algo más que había quedado pendiente.

Kusi

Cuando me preguntabas qué cosa me ha dejado también estas formas de vida que mis papás eligieron y yo como esta forma de ver la sociedad en una posición crítica de cómo se manifiesta ahora, el discurso sistémico en el que dicen que todo es tu responsabilidad, que tú te haces tu éxito, tú, tú, tú, tú, tú, tú, tú, y también si tú eres pobre, eres pobre porque tú no puedes ser rica. Quiero un poco acotar esta idea de que nosotros somos seres históricos y en la medida en que somos seres históricos no podemos asumir una posición porque no es real, digamos, de estar separados de cualquier evento que pueda suceder en la sociedad en cualquier momento de la historia. En mi caso, yo lo que puedo un poco determinar que ha impactado directamente en mi vida y que son hechos que han sucedido a nivel mundial, que obviamente no soy la única, es, por ejemplo, en el caso de mi bisabuelo, que fue migrante japonés y que a raíz de la Segunda Guerra Mundial y del ataque a Pearl Harbor fue secuestrado por EE.UU y llevado a un campo de concentración en Santa Fe, y que eso de todas maneras impactó directamente en el devenir de mi familia. Pienso que si no hubiese pasado eso, que además nunca más pudo regresar, el estado peruano nunca más le dejó regresar, pienso que todo eso impactó directamente en mi familia y pienso que si eso no hubiese pasado, mi abuelo habría tenido una vida mejor y por tanto mi papá. Y también dentro de estas cosas que suceden a nivel, digamos, macro, este contexto de lucha social, de lucha política de los años 70 en los que mis papás eran jóvenes, la caída del muro, mejor dicho, en principio en el contexto de la guerra fría, la caída del muro, el contexto del conflicto armado, el contexto del fujimorismo, ya más puntualmente dentro del país, todos esos hechos y cada uno de ellos han tenido un impacto real y hasta cierto punto directo en el devenir de mi vida, ya sea para bien o para mal. Y eso pasa con todos. Entonces, este discurso de que todo depende de mí, de que yo me puedo mantener al margen de la sociedad, de que la sociedad se puede caer a pedazos y mientras yo… y no es real. Siempre van a haber cosas externas, ya sea políticas, sociales, económicas, a nivel de sociedad, que nos van a impactar siempre. Y eso yo quisiera rescatarlo también porque de hecho a todos, absolutamente todos, ya sea cualquier evento, nos ha tenido que impactar de alguna manera para que nuestra vida se incline de una u otra manera.

Ficha Técnica

Nombre o seudónimo Kusi
Formato Archivo de audio
Serie Historia de vida
Rol Mujer
Número 2
Duración 2 horas 21 minutos
Idioma Español
Perfil

Kusi nació en Huancayo en 1977, es historiadora. Su padre fue un activo militante de izquierda. A los 10 años migró con su familia a Praga (capital de la ex Checoslovaquia) para no estar expuestos al peligro de atentados de Sendero Luminoso, grupos paramilitares o de que su padre sea injustamente detenido. Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos entre el año 1996 y el 2000, y es madre soltera de una adolescente.

Ubicación Web https://laoruga.pe/kusi/
Fecha de Publicación mayo 2025
Lugares Huancayo, Lima, Praga
Anonimato

Autorización para nombre: NO

Autorización para voz: SÍ

Autorización para imagen: NO

Autorización para detalles familiares: NO

Fuentes Entrevista con Kusi
Fecha/s de recojo del testimonio Diciembre del 2024
Acceso a fuente primaria Público
Ubicación Archivo La Oruga
Soporte Audio
Palabras clave Adolescencia, Derechos Humanos, Detenciones arbitrarias, Estudiante universitario, Etnicidad, Género, Hijos e hijas, Infancia, Izquierda, Migración, Racismo, Secuestro, Sendero Luminoso, Terruqueo, Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), Violencia política
El epidosio incluye
Audio completoÁlbumLínea de tiempoTranscripciónFicha TécnicaCréditos
Álbum
Vínculo con Currículo Nacional

Areas: Comunicación, Personal Social y Ciencias Sociales

Alerta de contenidos

Violencia: Se describen escenas de violencia

Contenido Sexual: No hay menciones de contenido sexual

Uso de Drogas: Se menciona alcoholismo

Vínculos con otros episodios
Créditos

Historia de vida de: Kusi

Investigación y producción: La Oruga – Tamia Portugal

Edición y posproducción: Rafael Ramírez

Ilustración: Fotografía familiar de Kusi

Cortina musical: Time To run de Dexter Britain

Créditos

Historia de vida de: Kusi

Investigación y producción: La Oruga – Tamia Portugal

Edición y posproducción: Rafael Ramírez

Ilustración: Fotografía familiar de Kusi

Cortina musical: Time To run de Dexter Britain

Fecha de publicación: mayo 2025

Comparte este episodio en:

Más Historias de vida