Un podcast para pensar el presente desde nuestras memorias

A TI NO TE HA PASADO NADA

La onda expansiva

A los 17 años, Mariana sobrevivió a un atentado de Sendero Luminoso: la explosión de un cochebomba. Tres décadas después, conversamos con ella sobre sus recuerdos y sobre las secuelas de este violento episodio.

+ CRÉDITOS

Título: A ti no te ha pasado nada.

Investigación y producción: La Oruga – Francesca Uccelli, José Carlos Agüero, Tamia Portugal y Rosa Vera

Realización: La Plebe-Teresa Cabrera.

Edición y posproducción: La Plebe-Katia Villavicencio.

Voces: Mariana (protagonista), Rafael Ramírez (narrador).

Ilustración: tomada del Concurso Nacional de Historietas sobre Derechos Humanos realizado el 2017 por la Comisión Multisectorial de Alto Nivel (CMAN).  

Cortina musical: Time To Run, autor Dexter Britain.

Piezas musicales: Vals peruano Desdén / Labile Polvere del pianista Mattia Vlad Morleo / Sad Dramatic March un contenido de MusicLFiles. Liberados bajo licencia Creative Commons.

Fecha de publicación: Septiembre 2021.

Comparte este episodio en:

Entre 1980 y el 2000 el Perú vivió un periodo de convulsión política enorme, que por su gravedad, magnitud y características fue denominada por la Comisión de la Verdad y Reconciliación como un conflicto armado interno. Los grupos subversivos Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL) y Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) declararon la guerra al Estado peruano, iniciando una dinámica de violencia que dejó 69 mil víctimas mortales, cerca de 20 mil personas desaparecidas, alrededor de medio millón de desplazados forzados, por lo menos cinco mil casos de violencia sexual y un número no determinado de esterilizaciones forzadas, torturas y otras graves violaciones a los derechos humanos.

La capital del país siempre fue un objetivo estratégico de Sendero Luminoso. Los frecuentes atentados que atacaron indiscriminadamente a la población civil en Lima formaron parte de esta estrategia. Sendero Luminoso previó que, debido al centralismo, los atentados urbanos serían mejor registrados y difundidos por los medios de comunicación a nivel nacional, y por tanto tendrían mayor impacto en el objetivo de aterrorizar a la población.

En Lima se registran atentados desde los inicios de los 80, sin embargo, estos van aumentando progresivamente hasta que a fines de la década se vuelven tan frecuentes que logran que la ciudadanía sienta que la inseguridad y el terror se han apoderado de sus calles.

La violencia urbana tenía como propósito el terror y la debilitación del Estado, para ello se realizaron paros armados, asesinatos selectivos a dirigentes y autoridades, apagones, coches bombas y atentados contra instituciones públicas, empresarios, partidos políticos, sindicatos, universitarios y sociedad civil en general. Las acciones terroristas en Lima alcanzan su pico más alto entre 1989 y 1992, en una suerte de generalización y escalada de la violencia que se percibe como incontrolable. En este contexto, Lima es declarada zona de emergencia y es recién con la captura de Abimael Guzmán que la sensación de ciudad sitiada va bajando paulatinamente.

Entonces, sí, en Lima también hubo víctimas y a inicios de la década del 90 se puede decir que la ciudad entera fue víctima del terror. Sin embargo, el origen rural del conflicto, la procedencia rural y campesina de la gran mayoría de las víctimas y la crueldad de la violencia vivida en zonas de exclusión y pobreza, han contribuido a hacer menos visibles y atendibles a las víctimas urbanas. Para dar cuenta de la dimensión de la violencia y reparar a sus víctimas en el 2012 se crea el Consejo de Reparaciones que se encarga de elaborar el Registro Único de Víctimas (RUV). El registro reconoce como víctima “a las personas o grupos de personas que sufrieron vulneración a sus derechos humanos durante el proceso de violencia entre mayo 1980 y noviembre 2000”. Se excluye del registro a los miembros de las organizaciones subversivas. Hasta el momento el RUV acredita 249,535 personas y comunidades afectadas por la violencia, de las cuales 142,662 son víctimas directas y 85,908 son familiares de víctimas fallecidas o desaparecidas.

La información de contexto se ha resumido a partir de:

El informe de la CVR, cuando trata la violencia en Lima Metropolitana.
Aqui

Para mayor información sobre el atentado: 

http://aquiseviolaronderechoshumanos.blogspot.com/2014/10/intervencion-11-coche-bomba-en-el.html

Cortina de la Oruga: The time to run de Dexter Britain]

NARRADOR: Hola, esta es La Oruga, un podcast para pensar el presente desde nuestras memorias.

Imagina que vas a este lugar, sola, sin decirle a nadie. Es un lugar en el que ya estuviste antes, hace exactamente un año, y ahora vuelves, a la misma hora y con la misma ropa del año pasado. Y te quedas allí un rato, en silencio. Es una especie de ritual invisible. ¿Qué puede llevarte a hacer algo así?

MARIANA: Bueno, me imagino que puede ser algo raro para algunas personas, incluso viéndolo desde ahora, también podría ser raro para mí. Pero entonces no me lo parecía y para mi era como celebrar un cumpleaños porque finalmente ese día había vuelto a nacer y también se había quedado ahí un pedacito de mí.

[Cortina de la Oruga: The time to run de Dexter Britain]

NARRADOR: Esta es la Oruga. Un podcast para pensar el presente desde nuestras memorias. Hoy presentamos: “A ti no te ha pasado nada”.

MARIANA: Yo era una chica común y corriente de 17 años. Y tenía una vida bien común y corriente para una chica de mi edad. Estaba saliendo del colegio, recién salida del colegio, iba al coro de la parroquia. Me preparaba para dar el examen de ingreso para estudiar en la universidad y además también iba al coro de la universidad porque me encantaba la música y todavía me sigue gustando. Y era un muy buen coro.

[Música: Coro Aleluya]

MARIANA: [Risas] Bueno, ni remotamente así, además cantábamos otro tipo de música, pero ni remotamente sonaba tan así. Pero era bueno… Justamente una noche saliendo de ensayar. Nos fuimos a tomar nuestro carro al paradero que está en frente de lo que entonces era el Ministerio de Economía y Finanzas y que ahora es el Ministerio Público. Y cuando estábamos ahí parados esperando fue que sucedió… el hecho.

[Fuerte sonido de una explosión. A lo que le sigue la voz agitada de una periodista en vivo reportando desde la calle: “Desde tempranas horas se vienen realizando las tareas de limpieza en las puertas del Ministerio de Economía en la Av. Abancay, donde el estallido de un…]

Este es un diario el día siguiente de la explosión, donde hacen una crónica de lo que sucedió.

NARRADOR: El hecho fue un atentado con coche bomba. Sendero Luminoso, el grupo maoísta que había declarado la guerra al Estado peruano lo hizo explotar cerca de las nueve y media de la noche del 23 de marzo de 1990. Cargado, repleto de dinamita. El vehículo destrozado impactó en todas direcciones. Varias personas murieron, otras quedaron heridas. A Mariana le cayó un metal que casi le parte el brazo izquierdo por completo.

MARIANA: Yo en realidad tuve mucha suerte. Tuve suerte de que el coche no tuviera mucha dinamita, tuve suerte de que el metal me cayera de costado, tuve suerte de que en la herida se salvaran intactos el nervio y la arteria y que por eso me pudieran salvar el brazo. Si me hubiera dado el golpe del metal de frente o de espaldas, probablemente habría muerto.

Fue muy jodido todo, durante tres años tuve que someterme a seis cirugías solamente para recuperar la funcionalidad del brazo… Y al final quedó funcional, pero cinco centímetros más chico, y con unas cicatrices inmensas.

*[Ruido de protesta estudiantil universitaria] *

MARIANA: En la universidad había siempre muchas protestas, muchas luchas. Pero yo no participaba de ellas, aunque estuviera de acuerdo porque el temor a dañarme el brazo me detenía. Y hubo entonces varias cosas que dejé de hacer. Lo único que no dejé de hacer en esas épocas fue cantar porque me encantaba la música criolla.

[Música: fragmento del vals criollo que se oye cantar: “Desdeñosa, semejante a los dioses, yo seguiré luchando con mi suerte…”]

Este es el archivador donde guardo cosas relacionadas con mi brazo. Ahí está la historia clínica del seguro social, mi certificado del RUV, los resultados de algunos rayos X y cosas por el estilo.

MARIANA: No sé si desdeñosa, vanidosa de todas maneras, recontra presumida, claro que era. Supongo que, como muchos y muchas adolescentes, pero a partir de entonces ya no podía presumir de mucho porque me consideraba… deforme.

[Música: acorde de guitarra]

MARIANA: Yo nunca he querido he querido hacerme la víctima, ni buscar la compasión de nadie, porque además odio la posibilidad de ser vulnerable, jamás me sentí vulnerable antes, detesto la posibilidad de ser vulnerable ahora o que alguien pueda verme de esa manera. Entonces, cuando pasó todo esto yo traté de ser… bien deportiva y creo que así lo asumí.

NARRADOR: Dicen que luego de un shock las personas deben pasar por momentos de dolor, descanso, de duelo, y de ser posible, ser acompañados para superar lo vivido.

MARIANA: Probablemente yo tendría que haber hecho un duelo por mi brazo, porque ya no está el brazo que era mío. Pero yo solamente seguí adelante y entonces, creo que no procesé la pena o lo que pasó no lo procesé del todo bien.

[Música: Sad dramatic march continua bajito tras el testimonio siguiente]

MARIANA: No tuve tiempo de hacer luto porque estaba esmerada en que el brazo funcionara. Entonces, de lutos, nada. Pero de todas maneras yo tenía mi propio ritual personal que nadie sabía. En el aniversario, en el primer aniversario, fui a pararme al mismo sitio, con una ropa igualita que tenía el año anterior y solamente estuve ahí parada un rato, pensando, recordando y luego me fui. Los siguientes años ya no lo repetí o tal vez lo repetí una vez más. A partir de ahí solamente celebro en mi casa cada vez que llega la fecha y me doy unas palmaditas en la espalda para felicitarme.

Para celebrar el 30 Aniversario, porque me cansé de dar explicaciones y porque quería levantarme por las mañanas y ver algo bello en mi brazo.

[Música: Sad dramatic march]

MARIANA: Creo que al principio era un poco violenta mi relación con el brazo y violenta también mi relación con la gente que me miraba en la calle. En invierno no pienso tanto en mi brazo porque finalmente está cubierto. Mi problema siempre se acerca… cuando se acerca el verano porque llega el momento de hacer la presentación en sociedad y siempre va a haber alguna persona nueva que me va a preguntar qué te pasó. Y entonces ahí empieza este pensamiento recurrente de qué piensa la gente que yo hago para cubrir o no cubrir, o interpretar, lo que ellos piensan respecto de lo que yo hago para cubrir o no cubrir el brazo. Y entonces invierto bastante tiempo pensando en eso. Pensando que si me visto de cierta manera van a pensar “te has vestido así, para cubrir el brazo” o “¿por qué mejor no te cubriste el brazo?”. Y entonces, paso mucho tiempo pensando en eso.

MARIANA: La relación con las cicatrices siempre ha sido un poco peculiar… sobre todo, al principio, porque eran mucho más notorias, eran mucho más grandes. Tal vez sí tenía, un poco, la intención de cubrirlas un poco más, pero también era más agresiva al mostrarlas. Porque supongo que, si la gente me ofendía mirándome, yo también los podía ofender mostrándoles algo desagradable. Y entonces fue que me pasó una circunstancia que, mirándola desde ahora, es tal vez chistosa o tal vez no debí hacerlo. [Risas]

[Ruido de voces en reunión social]

MARIANA: Pero estaba en una reunión y había un muchacho que tenía una cicatriz ínfima, invisible, minúscula en la cara y que estaba obsesionado con hacerse una microcirugía para desaparecerla del todo. Y a mí me molestaba profundamente que él insistiera con ese tema, porque insistía, insistía muchísimo. Entonces yo le dije sabes qué, yo te voy a mostrar lo que es una verdadera cicatriz y…. ¡JUA! le mostré la cicatriz y se quedó pasmado, y no supo que decir. Lo desarmé por completo.

NARRADOR: Estas escuchando “A ti no te ha pasado nada”. Un episodio de La Oruga. Un podcast para pensar el presente desde nuestras memorias.

[Efecto de sonido escribiendo en un teclado]

Registro y seguimiento del daño.

NARRADOR: A ver, el Consejo de Reparaciones, la oficina del Estado que se encarga de inscribir a los afectados por el conflicto armado interno, les da a todos los que cubren los requisitos una constancia que dice: “El consejo de Reparaciones certifica que el ciudadano XXX identificado con DNI número tal tal tal, ha sido afectado en sus derechos y por ello el Estado se conduele por la desprotección y los daños sufridos a raíz de los hechos de violencia que ocurrieron entre mayo de 1980 y noviembre 2000.

MARIANA: Yo fui a registrarme porque estaba de acuerdo con las conclusiones y recomendaciones de la Comisión de la Verdad y dije me voy a inscribir, pero de ahí a que yo dijera yo soy víctima. No es que yo me reconociera precisamente como una víctima. Y tampoco es que… me la hicieran muy fácil al momento de inscribirme. O sea, yo tenía todo para demostrarlo… pero ni yo me sentía muy víctima porque me parecía un poquito poca cosa en comparación con otras… Justo antes de darme el certificado, me llamaron a casa del Registro. Querían completar alguna información supongo para darme el certificado. Y me preguntaron si yo había quedado discapacitada. Entonces yo les dije que no, que no había quedado discapacitada… Y me dijeron “ah ya, ¿no verdad?”. Y fue como, a ti no te ha pasado nada… Entonces fue la sensación de que, sin haber perdido el brazo, sin haber quedado discapacitada, sin haber interrumpido mi vida, porque yo continué estudiando y luego trabajando, era un poco, como que ni para mí ni para ellos, era realmente una víctima. Por eso pienso, qué tan relevante podría ser mi historia comparada con la historia de otras personas que han sufrido un montón.

NARRADOR: Hoy presentamos a ti no te ha pasado nada.

Este certificado de víctima lo tiene archivado en un folder. Es raro ese certificado. Mariana hizo los trámites para tenerlo, pero ni ella, ni quienes se lo entregaron, quedaron muy convencidos de que realmente lo fuera. Es decir, sí, Mariana se salvó de morir la vez del cochebomba, casi pierde el brazo, están las operaciones, las cicatrices. En el folder ha escrito con plumón “EL BRAZO”. Como si fuera el brazo, y no ella, la víctima.

MARIANA: Han pasado casi 30 años, porque esto me pasó cuando yo tenía 17 y hoy tengo 46, y a estas alturas hay muchas cosas que me siguen afectando. No son solo las cicatrices que son visibles obviamente, aunque probablemente sean más visibles para mí que para otras personas, hay otras personas seguramente ni las notan. Si no que también creo que necesito terapia psicológica. Me da la impresión, aunque seguramente un psicólogo podría opinar lo contrario, que tengo algunos miedos, algunos terrores que vienen de ese estrés postraumático que no se trató entonces. Y además también tengo secuelas físicas porque finalmente al tener un brazo más corto que el otro, ser un poco asimétrica, eso me ha producido una desviación en la columna y esa desviación a la larga produce contracturas y esas contracturas me han generado problemas de cuello y ahora tengo inicio de artrosis en el cuello. Así que después de casi 30 años todavía me sigue pasando factura.

NARRADOR: ¿Qué es ser una víctima? ¿Puede uno dejar de serlo? ¿Puede alguien que literalmente ha sufrido en carne propia la violencia, dejar atrás esta condición?

Mi certificado de víctima, uno más entre miles.

MARIANA: Yo tenía unos sentimientos encontrados respecto de si hacerme cirugía estética o no. Tal vez porque pensaba que, si las hacía, estaba negando en parte en la persona que yo me había convertido… gracias a, y digo gracias a, lo que había pasado. Y finalmente cuando decidí hacerme las intervenciones, me las hice y estaba bastante satisfecha con el resultado… me acuerdo que una amiga me dijo que se había decepcionado un poco de que yo me hubiera operado. Porque ella pensaba que yo era una persona muy valiente y que estaba por encima del concepto de belleza. No se lo dije en ese momento, pero me ofendió profundamente por qué, quién era ella para decirme cómo me debía sentir yo respecto de mi cuerpo. Era mi cuerpo. Operarlo era mi decisión. Por qué tenía ella que opinar al respecto.

[Cortina de la Oruga: The time to run de Dexter Britain]

NARRADOR: La historia de Mariana, la historia de su brazo es la historia de cómo las guerras entran en el cuerpo de quienes las viven y no se van nunca más. Es la historia de los destrozos que dejan las explosiones en las ciudades atacadas, edificios destruidos, cuerpos marcados. También es la historia de lo que las peruanas y peruanos de hoy tenemos en común: vivimos con las consecuencias.

El poema ”El Envío” de José Watanabe  El huso de la palabra (1989) ha sido un descubrimiento muy reciente: un compañero de trabajo lo compartió en un chat a raíz del incendio de Villa El Salvador, y me di cuenta de que calzaba perfecto conmigo.

MARIANA: ¿Y por qué los relatos que valen, tienen que ser solamente los trágicos? Yo entiendo que sensibilizan más a las personas porque escuchar a alguien llorar, de todas maneras, los va hacer sentir empatía. Pero también hay historias como la mía, que son chiquitas, y que también podrían estar ahí, que podrían servir de algo.

[Cortina de la Oruga: The time to run de Dexter Britain]

Gracias por compartir con nosotros este episodio de La Oruga, un podcast para pensar en el presente desde nuestras memorias. Hemos escuchado “A ti no te ha pasado nada”, una historia real, contada por su protagonista, bajo el nombre ficticio de Mariana. Soy Rafael Ramírez, narrador de este episodio. Las entrevistas con Mariana estuvieron a cargo de Francesca Uccelli, y el guion es resultado del trabajo del equipo de investigación conformado por Rosa Vera, Tamia Portugal, José Carlos Agüero y Francesca Uccelli. La producción es un trabajo de La Plebe, con edición de audio de Katia Villavicencio y coordinación de Teresa Cabrera.

En este episodio hemos escuchado el vals peruano Desdén, así como fragmentos de Labile Polvere, del pianista Mattia Vlad Morleo y de Sad Dramatic March, un contenido de MusicLFiles. Para nuestra cortina hemos usado The Time To Run, un tema de Dexter Britain, liberado bajo una licencia Creative Commons.

La Oruga es parte del proyecto el presente de la memoria del Instituto de Estudios Peruanos. Puedes escuchar los episodios de nuestra primera temporada desde nuestra web la oruga.pe, donde encontrarás más información acerca de las historias, y también ideas de cómo usar este material en tu escuela, universidad o grupo de estudios. Te invitamos a compartir este contenido si te ha parecido interesante. Síguenos en Spotify y búscanos en redes sociales como LA ORUGA. Hasta pronto.

+ PREGUNTAS

En este episodio se narra la historia de una mujer que sufrió un atentado en la ciudad de Lima hace mucho tiempo atrás, cuando tenía 17 años, y cómo este suceso marcó su vida de distintas maneras, pero cómo –a pesar de ello– no se siente como una víctima. Esta historia plantea reflexiones sobre la necesidad de hablar, procesar y escucharnos y sobre quién tiene derecho a hacerlo luego de la violencia vivida.

Conocer: ¿Sabías de la historia de víctimas como Mariana? ¿Cómo te ha afectado conocer su historia?

Significado: ¿Cómo crees que se siente Mariana sabiendo que no es una víctima «tradicional»? ¿Se puede decir que hay víctimas que «de verdad» sufrieron y otras que no? ¿Qué significa minimizar su historia?

Responsabilidad: ¿Quién/es es/son responsable/s de lo que le pasa a Mariana hoy? ¿Qué dice su testimonio sobre nuestra sociedad actual? ¿Quién define quién es o no una víctima? ¿Cuánto sufrimiento y dolor es suficiente o necesario para alcanzar tal categoría?

Testimonio: Para este podcast, la mujer que dio su testimonio participa con su voz, pero decidió no usar su verdadero nombre, ¿por qué piensas que tomó esa decisión?

Este álbum recoge imágenes, objetos, textos, recuerdos que Mariana quiso compartir con La Oruga. 
Recorte periodístico de Página libre
Este es un diario el día siguiente de la explosión, donde hacen una crónica de lo que sucedió.
Informe de rayos-x
Registro y seguimiento del daño.
Folder
Este es el archivador donde guardo cosas relacionadas con mi brazo. Ahí está la historia clínica del seguro social, mi certificado del RUV, los resultados de algunos rayos X y cosas por el estilo.
Registro Único de Víctima
Mi certificado de víctima, uno más entre miles.
Este poema ha sido un descubrimiento muy reciente, me di cuenta de que calzaba perfecto conmigo.
Tatuaje
Para celebrar el 30 Aniversario, porque me cansé de dar explicaciones y porque quería levantarme por las mañanas y ver algo bello en mi brazo.